Menos prendas y de la mejor calidad, por favor

Con lágrimas en los ojos, un emocionado Joaquin Verdú salía a saludar al final de su desfile  en la tercera jornada de esta 080 que está metiendo 600 personas en cada ‘show’, lleno total de amigos de las marca, prensa, alumnos de las escuelas de diseño y demás invitados.

Tiene mucho mérito que un señor de 70 años esté demostrando a estas alturas, con más de  40 años de oficio a sus espaldas, puede arrancar los mayores aplausos escuchados en esta 080 gracias a una lección de maestría y de buen hacer. Pocos como él saben trabajar el punto con ese resultado. Abrió el desfile una Lucía Rivera de negro y rosa pálido y lo cerró un modelo con un jersey con capucha en rojo.

También contó en su desfile con Palito Dominguín, la hermana de Bimba Bosé, afincada en Barcelona y que intenta abrirse camino como modelo. Chicas y chicos, la propuesta es muy unisex, con jerséis de mohair con volúmenes conseguidos en forma de una cascada de volantes, un juego cromático que remitía a los jerséis de rombos de toda la vida, faldas que llevan hombres en rojo fuerte pero con bolsillo de pantalón, abrigos que llegan hasta el suelo, jersey calados con una trama exquisita, transparencias incluso… y todo con un cromatismo muy potente, muy limpio, muy vanguardista, que juega con la v de Verdú.  “Quería demostrar que sigo con ganas de hacer cosas y estoy muy feliz. Hasta hemos llenado para ser el primer desfile de la mañana”, decía el maestro. Su nueva aventura empresarial se llama Vú Barcelona by Joaquin Verdú, parte de Igualada, es para todos los géneros y tiene recorrido comercial, pero también la impronta de una artesanía de punto bien pensada y ejecutada.

Un futuro incierto

Un futuro inciertoY en esto llegaron más hombres a la pasarela. Ganador del premio a la mejor colección de diseñador emergente de la pasada 080 ‘exequo’ con Sonia Carrasco, el joven vasco afincado en Barcelona Eñaut  Barruetabeña, al frente de su firma Eñaut, presentaba una colección de hombre llamada ‘Exodus’ y que hace referencia a cómo nos estamos cargando el planeta. “Nos vamos a tener que ir todos de aquí o qué”. Ese es el punto de partida. Había algún conjunto en plateado digno para ir a coger un cohete más que el bus. “Sí, eso es. Yo pensaba, si nos vamos de aquí, qué nos llevamos puesto, pues quizá un pantalón grande que tengas que ajustar con un cinturón grande, lo básico. “Partía de un bloque de 10 ‘looks’ en negro, devastación, oscuridad. Luego introducía ’seis looks’ en azul oscuro casi negro, pasaba al blanco, que es esperanza y finalizaba con los grises. Había contrastes de lana y de poliéster reciclado, algodón y punto”. Y con unas siluetas a veces exageradas, con mucho volumen, que es algo que se ha visto también en otros pases.

Abuela, madre y nieta

Abuela, madre y nietaDetrás de la firma Love Binetti está el diseñador argentino afincado en Nueva York Diego Binetti, que ha tenido el acierto de sacar en su desfile a modelos jóvenes y mujeres más maduras. “Quería mostrar que nos dirigimos a una joven, a una madre y a una abuela”, explicaba en el ‘backstage’ antes de su pase. Binetti, que empezó como estilista para ‘Harpers’s Bazaar’, combina colores y estampados sin cortarse un pelo. Lanzó su primera colección con su nombre en el 2001. Vivió el revés del 11-S en Nueva York, la crisis del 2008, y hoy es miembro del Consejo de Diseñadores de Moda de América.. Y como conoce los vaivenes del negocio sabe ir a lo seguro, a unos básicos que no decepcionan, pero tampoco entusiasman. “Yo busco hacer un buen fondo de armario, una buena camisa, una buena chaqueta… con buenos textiles de calidad pero a un precio que no se dispare. La mujer para la que diseño es fuerte, urbana, viajera. Mostramos tres generaciones de mujeres y empiezo con los azules del mar porque yo soy buceador profesional y navego. Luego ya salimos a tierra, a los atardeceres rojos, a los bosques y al negro del anochecer”.  Tira este hombre de estampados antiguos y no usa tejidos sintéticos. “Lo 'ecofriendly' no es una tendencia, es una necesidad”, asegura.

Y más presencia internacional. Iorgos Elefheriades saludaba al final de su pase consciente de que había gustado su propuesta, sobria y bien estructurada. Este griego que tiene su sede en Atenas  conoce bien la sastrería clásica. Su desfile mostraba sus propuestas para el próximo otoño invierno, una colección para hombre y mujer con detalles muy logrados, como un mono que recuerda un traje o abrigos príncipe de gales con cremalleras y americanas con mangas y cuerpo en distinto color. Utiliza tejidos nobles, como seda, lana, tweed, algodón, piel de oveja, cuero ecológico… todo muy urbano y llevable.

Nada de dos temporadas

El diseñor Pablo Erroz, otro veterano de la pasarela 080, sigue una estrategia que le ha funcionado bien. Nada de verano e invierno. Todo junto en una misma pasarela. "Es algo necesario porque estamos saturados de todo y creo que las colecciones pueden y deben respirar un año completo. A nosotros nos funciona. Considero que la gente viaja todo el año a sitios donde hace calor o hace frío y que así es todo más sostenible". Erroz ha combinado además la moda con otras disciplinas. "Estoy haciendo también interiorismo, como las alfombras con Hispania. También gafas y zapatos". Y no quiere oir ni hablar de etiquetas. "En el desfile has visto a chicos y chicas, pero todo es combinable, todo bebe de lo mismo. Es nuestra responsabilidad". Piezas muy bien acabadas, en colores vivos como el lima, el morado... trajes pijama, vestidos largos, americanas.... "La gran calidad de los tejidos es la que hace que las prendas estén hechas para durar, para tener un armario como debe ser. Cuanto menos poliéster haya, cuanto menos plástico, mejor para el planeta y para todos".