NUEVA GENERACIÓN

Tiziana Domínguez: "Nuestro objetivo va más allá de recuperar nuestra esencia"

La hija pequeña de Adolfo Domínguez ejerce de anfitriona en la reapertura de la tienda insignia de Barcelona

Tiziana Domínguez: "Nuestro objetivo va más allá de recuperar nuestra esencia"

Tiziana Domínguez: "Nuestro objetivo va más allá de recuperar nuestra esencia" / periodico

Mireya Roca

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Esta semana, Adolfo Domínguez (AD) ha reabierto su tienda insignia en el paseo de Gràcia de Barcelona. Se trata de la primera  flagship del diseñador gallego en todo el mundo. Para esta ocasión, Tiziana Domínguez, tercera hija del empresario, ejerció de anfitriona durante la velada. La joven, de 32 años, lleva nueve al pie del cañón como diseñadora de la colección femenina y de complementos de la firma, y hace un par de años se fue a cursar estudios  de diseño y patronaje en la prestigiosa Parsons School of Design de Nueva York.

¿Por qué han elegido Barcelona para abrir su primera flagship?

Catalunya es uno de nuestros grandes mercados desde los años 80 cuando abrimos el primer espacio. Tenemos 21 puntos de venta y 17 de ellos están en Barcelona provincia. Esta tienda es histórica desde hace más de una década. Antes tenía una decoración distinta, muy oscura, pero como los tiempos cambian ahora nos hemos inclinado por una fase más liviana y luminosa.

Actualmente, ¿qué funciones desempeña en la compañía su padre?

Él es Adolfo Domínguez y es el presidente del consejo de administración. Desde el principio se encargó de todo y ahora se ocupa más del diseño. Mi hermana mayor, Adriana Domínguez, es la consejera delegada, que se ocupa de las funciones ejecutivas.

Además de estar inmerso en la empresa, a su padre le queda tiempo para escribir libros.

Él escribe desde hace 35 años. Siempre ha trabajado muchísimo y lo ha compaginado con la literatura. La verdad es que a él le gusta hacer de todo: producir, diseñar, dibujar, escribir… Está encima de la colección masculina, de la bisutería, de los bolsos, de los complementos, está en todo. De hecho, yo trabajo mano a mano con él. Ahora, acaba de presentar su nueva obra, Juan Griego, una novela en verso en la que narra la odisea de un oficial de la Armada argentina. 

A las nuevas generaciones de la familia les ha tocado crear un nuevo modelo de empresa, para ello han tenido que reestructurar y cerrar tiendas?

Ahora mismo tenemos una red de ventas de 443 puntos en 29 países. Nuestro mayor mercado es España, pero somos una firma con alcande internacional.

Desde que su hermana y usted han tomado las riendas de AD, la firma ha revolucionado?

Es una firma con más de 40 años de historia y es muy difícil que hoy en día una marca dure tantísimo. AD rompió moldes y ha formado parte de muchas personas en fechas especiales, en los bautizos, en el primer traje para ir a trabajar… Muchos nos cuentan que con su primer sueldo se compraron su primer abrigo AD.

Desde los inicios hasta hoy, cómo ha evolucionado la marca?

Nosotros somos una marca de autor, somos nicho, siempre habrá espacio para eso, pero sin duda el lujo ha evolucionado muchísimo menos. Lo que realmente ha evolucionado es el ‘fast fashion’ (término usado por minoristas de la moda para trasladar las propuestas de las grandes casas de diseño, desde las pasarelas hasta sus tiendas, y capturar alguna tendencia lo más rápido posible). 

En qué se diferencian?

En AD tenemos unas calidades, una confección y un patronaje que no te ofrecen otras firmas. Tenemos una estética propia que no es simplemente ir con el vaivén de las tendencias. 

Pero las tendencias venden, no?

A nivel de tendencias hoy vivimos un revival... Concretamente, el de la sastrería viene fuerte: desconstruida, con volúmenes ochenteros… Nuestro objetivo va más allá de recuperar nuestra esencia, ya que  también brindamos tendencias como volúmenes grandes, el oversize… pero siempre sin comprometer nuestra esencia. 

Cómo definiría AD?

Es espiritual, tiene alma. Es una gran familia. 

Las nuevas estrategias empresariales regenerarán el espíritu clásico de AD?

Estamos volviendo a analizar en el archivo qué piezas brillaron más antaño, porque a veces te desvías y respondes únicamente a las  novedades sin parar ni mirar atrás. Por ejemplo, ponemos el punto de mira en la sastrería, nuestra especialidad, ya que AD empezó siendo una firma de hombre en El Faro; de hecho, la abrió mi abuelo, que se llamaba Adolfo Domínguez, en Orense. Durante toda la vida, mi abuelo confeccionó trajes de hombre y cuando mi padre se incorporó a trabajar empezó creando una colección masculina porque lo realmente fuerte era la sastrería.

Uno de sus principales objetivos es atraer a las nuevas generaciones, a los milennials.

Eso es una manera de verlo muy marketeniana, ya que creo que lo más importante para una firma es dar un sonido diferente. Como diría mi padre: hay que dar tú visión, tus características y cualquiera que conecte en este sentido conectará contigo. Y eso es con lo que estamos intentando trabajar.

Qué vende más la colección de mujer o la de hombre?

Creo que una corriente que domina actualmente a nivel sociológico es la falta de género. Es la lucha contra unas ideas de género tan marcadas como las de antaño. Ahora mismo yo y mi entorno empezamos a llevar prendas de hombre, las empezamos a introducir en nuestro vestuario. 

Entiende la polémica que ha generado la nueva campaña Sé más viejo’

Es una campaña que conecta con la gente que dice que ya está bien de unos valores sociales en los que solo prima la juventud, la belleza, la delgadez extrema… valores que no eran de antaño. Digamos que en este momento que vivimos prima sobre todo la juventud y nosotros, como firma, no queremos que la juventud sea todo. Está muy bien ser joven, pero hay que tener en cuenta los valores de la sabiduría, los valores del paso de los años, los valores de saber más. Cuanta más experiencia tienes, entiendes más de calidad, de diseño y sabes dónde invertir... 

Pero el espot es un alegato contra los hábitos de consumo: comprar mucho, usar y tirar?

Exacto, es propio de la juventud. Todos nos acordamos cuando teníamos 14 años, no teníamos un duro y comprábamos a lo loco, nos lo poníamos un par de veces y después lo tirábamos. Con la edad vas aprendiendo. En nuestras prendas, por ejemplo, se nota lo que valen las prendas, pues no se deconstruyen ni se estropean. Con la edad se va aprendiendo.

¿Cuál es la enseñanza de su padre que más le ha marcado?

Hay muchas, pero una que recuerdo en muchas ocasiones es cuando me dijo: ‘Solos no se hace nada’. Y es que para mí AD es una gran familia. Pero no solo somos la familia en sí, somos un equipo que trabaja día a día. Incluso algunos trabajadores llevan más tiempo que mis padres. Cuando ellos empezaron a trabajar en la empresa de mi abuelo, ya había gente que hoy sigue allí. Y es muy bonito, yo trabajo ahí, en Ourense. También es dónde he crecido. Recuerdo que con 6 años me llevaban a los desfiles que todos ellos,  incluido mis padres, preparaban.