UNA CATÁSTROFE LLEVADA AL CINE

Chesley Sullenberger: el último héroe del aire

En 2009 el piloto evitó una gran tragedia humana. La nueva película de Clint Eastwood, 'Sully', recrea su historia.

El avión de US Airways siniestrado, flotando sobre el río Hudson.

El avión de US Airways siniestrado, flotando sobre el río Hudson.

NANDO SALVÀ

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El pilotaje aéreo moderno se sustenta en una sucesión de rutinas. Millones de horas han sido dedicados a analizar todas las eventualidades posibles, eliminando de los viajes comerciales en avión cualquier riesgo y determinando qué debe hacerse en el improbable caso de que algo vaya mal. De todo eso era consciente Chesley 'Sully' Sullenberger el 15 de enero de 2009 cuando se sentó a los mandos del vuelo 1549 de US Airways, que iba a cubrir el trayecto entre el aeropuerto La Guardia en Nueva York y el aeropuerto Internacional de Charlotte en Carolina del Norte. Tras verificar los datos de peso y estabilidad, la cantidad de combustible necesaria y las velocidades de despegue, crucero y aterrizaje, a las 15:25 ya había puesto el aparato en el aire.

El cielo estaba tranquilo y despejado. Sully vio una bandada de gansos apenas un segundo antes de que, a las 15:27, impactara contra el avión. Oyó los pájaros chocar, luego olió a quemado; comprobó que ambos motores habían sido inutilizados. De repente se encontró a 3.200 pies de altura, cayendo lentamente a tierra con 150 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación además de él a bordo. Inmediatamente respondió ejecutando un aterrizaje de emergencia en el río Hudson. Ningún piloto en la historia de la aviación moderna había llevado a cabo antes un amerizaje con éxito. El pasaje fue rescatado de las gélidas aguas por los ferries que conectan Manhattan y Nueva Jersey; nadie perdió la vida.

LA PELÍCULA

La historia andaba pidiendo a gritos su propia película y siete años después aquí está. 'Sully', dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Tom Hanks, se estrena en España el próximo viernes.

El mundo aclamó inmediatamente a Sullenberger como un héroe. Los medios le dedicaron portadas de diarios y horas de televisión; tanto Bush como Obama lo invitaron a la Casa Blanca; inauguró la SuperBowl. En todo caso, y como la película recuerda, la respuesta psicológica de Sully al trauma fue intensa. Durante semanas su ritmo cardíaco y su presión arterial se mantuvieron alarmantemente altos, y era incapaz de conciliar el sueño durante más de 45 minutos seguidos.

IMPRUDENTES

Pero es otro drama, que tuvo lugar durante los meses siguientes, el que centra Sully. La Junta Nacional de Seguridad del Transporte estadounidense abrió una investigación para determinar si aquella tarde Sullenberger y su tripulación fueron imprudentes al no intentar regresar a La Guardia; los simulacros conducidos tras el accidente sugerían que la maniobra habría sido posible. Los pilotos se enfrentaron a la posible pérdida de sus licencias, o algo peor. En otras palabras, Eastwood se sirve del caso de Sully para atacar a una puntillosa burocracia que impone demasiadas regulaciones, que se apoya en la fiabilidad de la estadística y la tecnología y que ha perdido contacto con el factor humano. Los investigadores que condujeron las pesquisas, todo sea dicho, han refutado el retrato que de ellos ofrece 'Sully'.

Sea como sea, la película sirve para capturar un momento en la cultura popular en el que, brevemente, la figura del piloto volvió a ser heroica como lo era en los 60, cuando los capitanes de uniforme compartían estatus con los actores de Hollywood y los atletas. Antes de que el control de los aviones se automatizara.