Andrés Sardá derrocha sensualidad

La firma catalana Andrés Sardá ha vuelto a hacer lo que mejor sabe: llenar de sensualidad y de picardía la pasarela con sus trajes de baño y sus propuestas de corsetería y ropa interior. Ha sido en el arranque de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid, la pasarela Cibeles para los nostálgicos y para todo el mundo.

La encargada de abrir y de cerrar el desfile ha sido esta vez la polifacética, por definirla de alguna manera, Rossy de Palma, a quien le importa un bledo las críticas que dicen que ya está algo crecidita en años y en carnes para estos menesteres.

De la mano de una hiperactiva Nuria Sardá, hija del fundador de la firma y alma de la firma, la caja oscura del recinto de Ifema ha ido pasando por cuatro bloques: primavera y verano, ropa de baño, otoño e invierno y lencería, tocando todos los frentes y pensado en unas piezas que, aunque algo más sencillas que las presentadas, puedan estar lo antes posible en las tiendas. "Hoy es lo que toca. Internet lo ha cambiado todo y nosotros también tenemos que cambiar", ha reconocido la empresaria. 

Desde sus inicios la firma controla muy bien los patrones y los tejidos. Y con un buen casting de modelos todo es mucho más fácil. En esta ocasión ha brillado más la ropa interior que los trajes de baño, una continuación de lo que se ha visto este verano en las playas: bañadores años 80, estética 'navy', braguitas altas y dos piezas reducidas a la mínima expresión. 

En cambio, con la lencería ha vuelto la belleza y la elegancia de lo clásico, con tejidos nobles como el 'crochet' y el encaje 'chantilly'. Los tonos grises, azulados y blancos ha dado paso a los colores negro y al rojo pasión. A nadie se le escapa, y a Sardà menos, que la mayor parte de estas prendas se regalan por Navidad.