Kylie Minogue, un metro y 52 de carisma

La diva llega el martes en plena forma a Barcelona para presentar su disco 'Kiss me once'.

Kylie Minogue, el pasado mayo, en el Festival de Cannes.

Kylie Minogue, el pasado mayo, en el Festival de Cannes.

POR JUAN MANUEL FREIRE

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Existen escépticos del fenómeno Kylie, que a lo tonto ya ha recorrido varias décadas, pero en realidad el fervor por la artista australiana tiene sus explicaciones. Primero, por qué no, están las canciones: inicialmente como parte de la factoría Stock, Aitken & Waterman, y a partir de Impossible Princess en base a una nómina cambiante, atenta a los tiempos, de compositores-productores, Minogue se las ha arreglado para amasar una sonora colección de buenos sencillos.

Su imagen sexi pero poco agresiva -esto último ayuda, quizá, a que los padres permitan a los hijos ser fans- es otro indudable punto a favor. Y las asociaciones con un rockero de culto como Nick Cave, en el dueto Where the wild roses grow, o el cine de autor -actuó en el filme Holy motors, de Leos Carax-, sirven para ganarse simpatías alternativas.

Y después está, claro, su capacidad para aparecer en los papeles de forma regular. Por la prensa rosa hemos conocido todos sus romances, empezando por su noviazgo con otra estrella del pop australiana, Jason Donovan, mientras rodaban la serie Neighbours. Después vino Michael Hutchence, el fallecido cantante de INXS, con quien tuvo una relación entre 1989 y 1991; el pasado verano aseguró «echarle de menos» en el 60 minutes australiano, y dijo haber aprendido mucho de él. «Vimos el mundo y viajamos y viví muchas primeras veces con él. Fue genial». Entre el 2002 y el 2007, vivió un romance con el actor francés Olivier Martinez.

Combate con el cáncer

Fue en ese mismo margen de tiempo cuando le diagnosticaron cáncer de pecho, lo que llevó a posponer la gira Showgirl y cancelar su aparición en Glastonbury 2005. Su tratamiento en Melbourne fue cubierto por la prensa de forma casi abusiva; el primer ministro Steve Bracks llegó a pronunciarse al respecto y avisó a los medios internacionales de que cualquier violación del derecho a la privacidad de Minogue sería castigada.

Finalmente, en el 2010, Kylie se recuperó. «Un milagro», dijo en la misma entrevista de 60 minutes: «Lleva años quedar del todo limpia, así que cuando mi pelo empezó a crecer de nuevo fue muy excitante». Con su superación del cáncer, organizó un concierto benéfico para ayudar a oenegés dedicadas a la investigación de la enfermedad.

Minogue no estuvo sola en su época de recuperación: como bien documentó la prensa nacional, entre el 2008 y el 2013 salió con el modelo catalán Andrés Velencoso, al que conoció cuando ambos filmaban un anuncio para la fragancia (masculina) de Kylie, Inverse. Andrés describió en una ocasión a Kylie como «una mujer dulce, perfecta». Tras la separación del modelo, según parece, ha tardado casi un año en volver al tema de las citas. Ahora está en ello, dice.

Minogue llega a Barcelona en un buen momento, recuperada a todos los niveles y con una colección de canciones, Kiss me once, tan decente como es habitual en ella. La gira de presentación tiene hasta seis canciones del disco, pero ganan los clásicos rescatados (18 en total); suyos o ajenos, porque también hace una versión del Need you tonight de INXS. De nuevo, el recuerdo de Hutchence.

Las críticas han sido buenas. Según escribió Daisy Wyatt en The Independent«la menuda estrella [mide 1,52 metros] pop exuda energía y carisma», y «es probable que tenga una gran década por delante». Otras son más altas, o más atrevidas, o todavía más queridas por los más jóvenes, pero seguro que duran menos que ella.