EL PERSONAJE DE LA SEMANA

Froilán y la bala perdida

El primogénito de la infanta Elena ha añadido un nuevo sobresalto a la Casa del Rey al destrozarse un dedo del pie derecho con una escopeta del calibre 36 en presencia de su padre, Jaime de Marichalar. El niño atinó a decir: «El abuelo se va a enfadar much

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CARMEN MUÑOZ

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La prima de riesgo, el tabaco, la gasolina, Froilán... ¡Todo se dispara!».El chiste, uno de los muchos que circulan por Twitter, tendría gracia si no fuera porque el accidente por arma de fuego que sufrió el nieto mayor de los Reyes el pasado lunes podía haber acabado en tragedia en lugar de quedarse en susto. Un nuevo sobresalto para Juan Carlos que se suma a la ya delicada situación que vive la familia real por la imputación de Iñaki Urdangarin en una presunta malversación de fondos públicos.

El accidente ocurrió en la finca que la familia Marichalar posee en la localidad soriana de Garray. Froilán, de 13 años, se disparó en el pie con una escopeta del calibre 36 mientras hacía prácticas de tiro en el patio de la casa, acompañado de su padre y en presencia de su hermana, Victoria Federica. El cartucho le atravesó el segundo dedo del pie derecho, lo que le obligó a pasar por el quirófano para practicarle una limpieza quirúrgica y retirarle los perdigones alojados en la extremidad, y es probable que tengan que hacerle un injerto para reparar la zona dañada.

Un juzgado de Soria investiga las circunstancias que rodearon el suceso como es preceptivo en un caso con arma de fuego en el que está implicado un menor, y Jaime de Marichalar tendrá que declarar como testigo ante la Guardia Civil. De lo que no se librará el exmarido de la infanta Elena será de una sanción administrativa, una multa por falta grave de entre 300 y 6.000 euros, por saltarse la ley que prohíbe usar armas a menores de 14 años, al permitir a su hijo disparar con una escopeta.

Ahora se ha sabido que el nieto mayor de los Reyes empezó a manejar la escopeta a los 8 años, cuando acompañaba a su padre al campo de tiro y a cacerías, una práctica, por lo visto, habitual entre los cazadores, que empiezan a aleccionar a sus hijos desde muy pequeños en las artes cinegéticas a pesar de que lo prohíbe el reglamento de armas.

El episodio ha convertido al chiquillo en el protagonista de la semana. Felipe Juan Froilán de Todos los Santos Marichalar y Borbón, Froilán para todos los españoles porque así lo llamó el Rey en una aparición pública, y Pipe para su familia, es el más Borbón de los ocho nietos de los Reyes. Un niño extrovertido, noble y simpático que disfruta haciendo bromas a sus primos, los hijos de la infanta Cristina, con los que se veía a menudo antes de que se instalaran en Washington.«Un poco trasto»,en palabras de su abuela la reina Sofía, al que sus padres no pasan ni una.

Memorable patada

Para la historia queda su famosa patada en la boda de los Príncipes de Asturias. Vestido de paje con un traje inspirado en el siglo XVIII, obra de Lorenzo Caprile, y cansado de aguantar una ceremonia religiosa tan larga, Froilán se levantó del lugar donde estaba sentado y le lanzó un puntapié a otro paje, disfrutando de su travesura con una amplia sonrisa. Un día antes, durante los ensayos de la boda, protagonizó otra anécdota al escaparse de los escoltas subido en un patinete. Aunque ha recibido instrucciones para comportarse ante los medios, a veces se rebota y responde a los fotógrafos haciendo muecas o una peineta con el dedo. Es listo y se las ingenia para conseguir lo que desea, como hizo en la cabalgata de Reyes, en la que abrió un paraguas al revés para acaparar los caramelos.

Froilán es el quinto en la línea de sucesión del trono después de su madre, tiene el tratamiento de Grande de España y el título de Caballero Divisero Hijodalgo del Ilustre Solar de Tejada. Estudió en la guardería Micos y en el Colegio San Patricio de Madrid. Para mejorar su rendimiento escolar, pasó una temporada en un internado de Sussex (Inglaterra), pero no acabó de adaptarse a la estricta educación británica y regresó al San Patricio, donde el martes debía haberse incorporado tras las vacaciones.«El abuelo se va a enfadar mucho»,le oyeron exclamar a su llegada al hospital de Santa Bárbara de Soria donde le hicieron las primeras curas. Y es que el niño es consciente del lío que ha montado. H