UNA TARDE EN LA BOQUERIA CON EL DÚO CÓMICO

La sangre catalana de Los Morancos

Los hermanos Cadaval, de madre barcelonesa, estrenan 'Risoterapia'

IMMA FERNÁNDEZ
BARCELONA

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Pillados en La Boqueria, adonde su abuela les llevaba de críos, Los Morancos-Jorge y César Cadaval-se prestaron con infinita paciencia a los posados con sus fans entre una salva de piropos: «Guapos», «Sois muy buenos»... Pocos saben que su madre era vecina del Poble Sec. «Conoció a nuestro padre en el Romea. Él era el mánager deAntonio Machíny ella trabajaba en eloffice», aclaran. Así pues, la historia de Los Morancos empezó en la emblemática sala del Raval. «Somos andaluces por encima de todo pero llevamos a Catalunya en el corazón, nuestra madre nos inculcó el amor por esta tierra y la adoramos», sueltaJorge en el catalán que aprendió de la «yaya». La que les llevaba a la Boqueria «a comprarbacallà i no vol dir res».

Los cómicos han elegido Barcelona para el estreno de su nuevo espectáculo,Risoterapia, que estará hasta el 23 de octubre en el Coliseum. La mejor medicina para estos días de ánimos enfermos. «Hay que apretarse el cinturón y sonreírle a la vida, que son dos días. Y no vas a estar uno para pensar y otro para caer», sentencia el menor de los hermanos.

Anuncian que en su nueva obra se enfundan la bata blanca y el fonendoscopio para embestir contra los recortes de sanidad, la televisión, los políticos -«que dejen el chófer y vayan en autobús y se bajen los sueldos»-, el paro... «Lo criticamos todo. La crisis nos afecta a todos. La farándula también está de capa caída», lamentan los actores, que se meten en el pellejo de un catedrático de Medicina y un médico, y también, en el de las reclamadas Antonia y Omaita.

LA BODA DE CAYETANA DE ALBA / El público asistirá además a la despedida de soltera de la duquesa de Alba. La noche de bodas la recrearán, dicen, cuando se haya consumado. «La respetamos mucho, nos trata fabulosamente y nos parece perfecto que haga lo que quiera, como todos. Parece que en este país a partir de los 60 años ya no puedes vivir».

Ellos viven muy a gusto en su Sevilla natal. «Nos encanta Barcelona pero aquí la vida es más atropellada por el trabajo, la gente corre más, es más estresante. Se ha perdido la vecindad», comparaCésar. «Pero es una ciudad muy acogedora y con muchas cosas preciosas. Cada vez hay más turismo. Nosotros de pequeños íbamos a Palamós». ¿Lo que más les fastidia? «Los radares», coinciden. ¡Es que te retratan hasta las bolillas que te quitas de la nariz!», apostillaJorge.