INGLATERRA-ESPAÑA (1-0)

La final del Europeo sub-21: la fatalidad condena a España

Los británicos marcaron de rebote en el tiempo añadido de la primera mitad y Abel Ruiz falló un penalti en el tiempo añadido de la segunda

Abel Ruiz se lamenta de su fallo en el penalti, que fue detenido por James Trafford, el meta inglés.

Abel Ruiz se lamenta de su fallo en el penalti, que fue detenido por James Trafford, el meta inglés. / Efe

Joan Domènech

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De rebote ganó Inglaterra el Europeo sub-21. Por un desgraciado rebote lo perdió España, que sumó otro disgusto ante el mismo adversario que le arrebató a esta generación el Mundial-2017 y le quitó, esta vez, el honor de sumar el tercer campeonato continental a los ya conquistados por los muchachos españoles cuando eran sub-17 y sub-19 y los guiaba Santi Denia, que lloró esta vez la derrota.

Un rebote gestó el desenlace de la final que se dibujaba en el tiempo añadido de la primera mitad con una innecesaria falta concedida en el balcón del área. El polémico e involuntario desvío de Curtis Jones –pegado a la barrera de forma antirreglamentaria– al tiro de Cole Palmer dejó sin réplica a Arnau Tenas, el meta azulgrana (hasta el pasado 30 de junio) y el mejor de los españoles.

Abel Ruiz lanza el penalti en el tiempo añadido de la segunda mitad de la final del Europeo sub-21, que es detenido por Trafford, el meta inglés.

Abel Ruiz lanza el penalti en el tiempo añadido de la segunda mitad de la final del Europeo sub-21, que es detenido por Trafford, el meta inglés. / Efe

Por encima del colosal Arnau planeó James Trafford, el portero de los ingleses. Completó el torneo, en el sexto partido, sin encajar un gol. Ni siquiera de penalti, en el momento culminante de la final: el penalti concedido a España en el tiempo añadido de la segunda mitad, superado ya el minuto 96.

Abel Ruiz, el capitán y goleador de España, ejecutó el lanzamiento y Trafford lo detuvo. No solo eso. También detuvo el remate de Aimar Oroz a su rechace. Y habría detenido el de Ander Barrenetxea, en el tercer intento, si el balón no se hubiera ido a las nubes de Batumi, la ciudad georgiana que ha compartido el certamen con Rumanía, para que Inglaterra lograra un título que no celebraba desde 1984.

Colwill intenta el remate de cabeza ante la defensa española en la final del Europeo sub-21.

Colwill intenta el remate de cabeza ante la defensa española en la final del Europeo sub-21. / Efe

El meta inglés hizo historia: acabó el torneo sin haber encajado un gol y dio a su país un título que no ganada desde 1984.

El gigantesco Trafford

Trafford, portero del Manchester City, cedido al Bolton esta pasada campaña, y provisionalmente traspasado al Burnley, fue un gigante insuperable en una Inglaterra que impuso la superioridad física en cada duelo como complemento a una cierta dedicación a construir el juego con pases desde atrás. Acabó encerrada, sin embargo, ante el acoso español que ganó en intensidad hasta forzar el penalti aconsejado desde la sala VAR después de un largo examen de las imágenes. Abel yacía en el suelo doliéndose de la patada de Colwill con sus compañeros atacando sin parar, pero finalmente llamaron la atención del árbitro para acudir al monitor.

El paroxismo del crucial momento llegó también por la acumulación de tensión que iba adquiriendo el duelo, cuantificable por la cantidad de tarjetas que enseñó el flemático árbitro noruego. Cole Palmer y Álex Baena capitalizaron las trifulcas en un partido que generó choques y brusquedades. Pero no fueron ellos los expulsados: vieron la roja dos que ya habían sido reemplazados.

La plantilla inglesa y el staff del equipo posa con el trofeo de campeón.

La plantilla inglesa y el staff del equipo posa con el trofeo de campeón. / Vano Shlamlov / AFP

Palmer se las tuvo con Miranda y desafió a todo el banquillo español tras el gol de chiripa que se apuntó, aunque el mérito corresponde más a la joroba de Jones por el decisivo desvío del balón que dejó clavado a Arnau. Baena se las tuvo con muchos, y se ganó la sustitución porque andaba acumulando méritos para la expulsión. Podía haber visto cuatro amarillas; el árbitro se apiadó de él al perdonarle las tres siguientes a la primera.

Arnau evita la tragedia

Demasiado distraído estaba el mediocampista del Villarreal, sin aportar el juego imprescindible para remontar el marcador. Pero no era el único que no rayó al mejor nivel, a la perfección que entendía Santi Denia que requería la conquista del título. El triple cambio que se llevó por delante también a Saicet y Rodri iluminó algo a España en ataque.

James Trafford, el portero de Inglaterra, posa con el trofeo de campeón del Europeo sub-21.

James Trafford, el portero de Inglaterra, posa con el trofeo de campeón del Europeo sub-21. / Vano Shlamlov / AFP

Sergio Gómez juega de lateral izquierdo en el City, acabó de extremo derecho con España y fue el máximo goleador del torneo.

Una vez ajustadas las líneas tras los riesgos que se tomaron -Arnau evitó un par de veces la tragedia que habría supuesto el segundo gol-, los rojitos encerraron a Inglaterra, que ya había dado un paso atrás para proteger el resultado, instalada cómodamente en el salón de Trafford. El meta acabó encajando el primer gol del torneo, invalidado por fuera de juego de Abel Ruiz.

El delantero y capitán de España, uno de los supervivientes de la India-2017 donde se registró el primer episodio del duelo con la misma generación británica, cabeceó por segunda vez un gran centro de Sergio Gómez, trasladado a la derecha. Versátil como nadie -juega de lateral izquierdo en el Machester City, acabó de extremo derecho con España y fue el máximo goleador del torneo- le envió un balón a la cabeza que Abel peinó fuera. El tercer intento del nueve agotó la frustración posible que puede sentir un futbolista en un partido.

Sergio Gómez, desolado, al final del encuentro.

Sergio Gómez, desolado, al final del encuentro. / Yuri Kochetkov / Efe

La ficha del Inglaterra - España (1-0)

Inglaterra: Trafford; Garner, Harwood-Bellis, Colwill, Aarons; Palmer, Gomes, Jones, Smith Rowe; Gibbs-White, Gordon. Técnico: Lee Carsley. Cambios: Madueke por Smith Rowe (m. 66); Archer por Gibbs-White (m. 73); Skipp por Gomes (m. 73); Elliot por Palmer (m. 83), Doyle por Gordon (m. 83).

España: Arnau; Víctor Gómez, Paredes, Pacheco, Miranda; Blanco, Baena; Rodri, Sancet, Sergio Gómez; Abel Ruiz. Técnico: Santi Denia. Cambios: Veiga por Sancet (m. 59); Aimar Oroz por Rodri (m. 59); Riquelme por Baena (m. 59); Barrenetxea por Víctor Sánchez (m. 73); Camello por Blanco (m. 83).

Gol: 1-0 (m. 45+4) Jones.

Árbitro: Espen Eskas (noruego).

Tarjetas: Gomes (m. 24), Baena (m. 34), Blanco (m 37, m, 90+4), Colwill (45+6), Sancet (45+6), Aimar Oroz (m. 62), Gibbs-White (m. 69 y m. 90+6), Trafford (m. 74), Riquelme (m. 86), Santi Denia (m. 90).

Tarjetas rojas: Blanco (m. 90+6), Gibbs-White (m. 90+6).

Estadio: Batumi Arena.