TRAS CINCO AÑOS EN KOBE

Iniesta se despide de Japón tras una noche llena de emociones

Iniesta deja entre lágrimas el Vissel Kobe, pero desea "seguir jugando"

Homenaje del Barça a Iniesta en Tokio

Iniesta y Anna, su esposa, junto a sus hijo, en el último partido del exazulgrana en Japón.

Iniesta y Anna, su esposa, junto a sus hijo, en el último partido del exazulgrana en Japón. / @visselkobe

Marcos López

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No se había llegado aún a la hora de partido. Entonces, se levantó en la pizarra electrónica el dorsal número ocho. Su número. Ese que honró en Barcelona hasta hacerlo objeto de culto. Ese que dignificó en Japón, donde cambió el fútbol desde el campo llevando a su club, el Vissel Kobe, a cotas inimaginables conquistando títulos que nunca había ganado y el reconocimiento que antes jamás tuvo.

Se levantó el ‘ocho’ y él, Andrés Iniesta Luján, se dirigía hacia el banquillo emocionado, asombrado de recibir tanto y tanto cariño en la otra punta del mundo. Abandonó el césped, era su último partido con la zamarra del Vissel tras cinco años de ascensión continua hasta transformarlo en uno de los clubs más populares de Japón, y cuando salió del campo (minuto 57, entró Daiju Sasaki) estaba desbordado por tan impresionante homenaje.

Emocionado estaba cuando hizo la tradicional reverencia inclinando su cuerpo hacia adelante como ya hizo en Tokio coincidiendo con el homenaje que le tributó el Barça. Emocionadas estaban miles y miles de personas que llenaron las gradas del Noevir Stadium de Kobe.

Iniesta, en su último partido con el Vissel Kobe.

Iniesta, en su último partido con el Vissel Kobe. / Afp

El partido de la J League, que acabó en empate (1-1) contra el Consadole Sapporo, continuó jugándose. Pero las miradas se dirigían hacia Iniesta, quien se sentó al lado de otro exazulgrana, Sergi Samper.

Allí, en silencio, y con la emoción sacudiéndole por dentro y por fuera, el ya excapitán del Vissel Kobe iba repasando en su memoria todo lo sucedido desde aquel verano de 2018 en que emprendió la aventura japonesa. Nunca pensó estar tanto tiempo. Han sido cinco años. Cinco largos años donde ha visto crecer a su familia con Anna, su esposa. Ahora ya tienen cinco hijos.

Iniesta, emocionado, tras recibir el homenaje de despedida del Vissel Kobe.

Iniesta, emocionado, tras recibir el homenaje de despedida del Vissel Kobe. / @visselkobe

El viaje a la elite

Cinco años en los que el Vissel ha pasado de pelear por evitar el descenso a ganar títulos y vivir encaramado a la zona noble de la clasificación. Ahora mismo, ocupa el tercer puesto del torneo, con 37 puntos acumulados en las 18 primeras jornadas, un punto por debajo del Nagoya, que suma 38 pero con un partido más. Y a dos puntos del líder, el Yokohama Marinos (39), que también ha jugado 18 encuentros.

Se marcha Iniesta de Japón por voluntad propia porque desea sentirse importante. ¿Dónde? Aún no lo sabe aunque maneja varias ofertas

Iniesta, y por decisión propia, abandona Japón, un país que ha hecho suyo, entregados desde el primer minuto de su llegada al talento de Fuentealbilla. Se va porque, con 39 años, quiere seguir jugando.

Desea sentirse importante desde el inicio. ¿Dónde irá? Ni él mismo lo sabe. Maneja varias ofertas, por lo que tiene que decidir cual es su último destino, empeñado como anda en terminar cumpliendo los 40 años con las botas puestas.

Se va de Japón tras completar un lustro inolvidable, con un estadio (el Noevir) puesto en pie, iluminado dentro de una oscuridad con todo el foco puesto en él. Repleto de pancartas por todo lo que ha recibido: ‘Grasias, Andrés’, se podía leer en una de ellas. 'Mi capitán 8 Andrés' también rezaba otra.

Todo después de que un espectacular mosaico, con el ocho a la espalda, presidiera su entrada al campo. Acabado el partido, y rodeado de sus compañeros (todos llevaban el ocho, a la espalda, claro), escuchó el centrocampista una canción incapaz casi de alzar la mirada, asombrado por todo lo recibido.

Se va Iniesta de Kobe, pero nunca se irá de la memoria de los aficionados japoneses.