Primero educación y, después, Vinicius Júnior

El caso Vinicius: racismo en el fútbol español, hechos, denuncias, apoyo, sanciones

Comunicado de Vinicius: "España es un país racista"

El Real Madrid denuncia a la Fiscalía un delito de odio por los insultos racistas a Vinicius

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

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Hace nueve años, el norteamericano Derek Jetter, ‘short stop’, es decir, ‘entre bases’ o ‘juego corto’, de los míticos y populares Yankees de Nueva York se retiró tras dos décadas de inigualable béisbol. Un mito, vamos. Durante su último año en activo, el año de su despedida, Jetter fue recibido en todos los estadios que visitó con los Yankees con miles y miles de espectadores puestos en pie, ofreciéndole una ovación que duraba un montón de minutos. Luego, empezado el partido, Jetter les dañaba o derrotaba con su béisbol, pero el homenaje, el reconocimiento, la despedida del mito fue brutal a nivel nacional. Impecable. Señorial.

Anoche, por seguir el ejemplo o, perdón, por lamentar el ejemplo, todo el estadio Sánchez Pizjuan del Sevilla coreó un sonoro “¡hijo de puta!” cuando Joaquín, el ‘Jetter’ de nuestra Liga, de nuestro fútbol, saltó al campo en su último derbi, sin duda, la auténtica despedida de uno de los futbolistas y genios mayores que ha tenido LaLiga.

Contra el racismo

Educación. Estamos en el mismo punto de siempre. Se trate de la invasión del campo del Espanyol en la celebración del Barça, se trate del feísimo estilo de la afición sevillista con un icono bético o, por supuesto, hablemos de esos dos imbéciles que, ¡ojalá nos los hubiesen mostrado las cámaras de TV cuando Vinicuis Júnior, valeroso, lo señaló!, llamaron mono al fenomenal extremo del Real Madrid.

Papá decía que cuando quitaron la asignatura de urbanidad en los colegios, se jodió la educación. No sé si es verdad, pero que los estadios de fútbol se han convertido en uno de los reductos más lamentables que existen en España y por los que un país de acogida como el nuestro está siendo señalado, en todo el mundo, como racista por culpa de un puñado de ultras (no los 46.002 espectadores que denunció erróneamente Carlo Ancelotti), es una lamentable realidad, que solo se puede rebatir con hechos, con actos, con decisiones firmes.

Vinicius indica la segunda división con sus dedos a la afición valencianista

Vinicius indica la segunda división con sus dedos a la afición valencianista / JOSE JORDAN / AFP

Antes de señalar o recordar que Vinicius Júnior provoca, antes de considerar que se pasó el partido enviando a Segunda División a los futbolistas del Valencia y a los 46.002 espectadores, antes de criticar que llamó tonto al periodista de ‘Superdepor’ que le ofreció la posibilidad, acabado el partido, de pedir disculpas y/o arrepentirse por tanta provocación (“¿tú eres tonto o qué?”, le dijo por respuesta), hay que criticar y lamentar que miles de personas vayan a los estadios a insultar a los rivales, al árbitro y a los que no piensen como ellos.

La Fiscalía ha archivado varias de las denuncias presentadas por LaLiga por insultos a Vinicius Jr.

Y, contrariamente, a lo que cree (y escribe en su twitter) Vinicius Jr., LaLiga sí trata de acabar con esta plaga. Es más, LaLiga ha presentado, en los últimos dos años, diez denuncias en los juzgados por insultos racistas contra Vinicius Júnior, por cierto, denuncias que, en ningún caso, han sido respaldadas por el Real Madrid, por el club del extremo brasileño.

Y hay que recordar que LaLiga no puede sancionar. Y hay que decir que la perplejidad de LaLiga ha sido total cuando, de momento, buena parte de las demandas han sido archivadas por la Fiscalía, tanto en Barcelona como en Madrid, cuando el artículo 510 del Código Penal castiga con penas de 1 a 4 años esos insultos.

El problema del Madrid

Es evidente que clubes, instituciones, LaLiga y/o Federación pueden y deben intentarlo todo, pero uno tiene la impresión de que esto solo se puede parar o con duras sanciones (directamente cárcel) a los que insultan o mostrando a los energúmenos en televisión, ocasión que, cierta y lamentablemente, se perdió anoche, un día para parar el partido y retransmitir, en vivo y en directo, como la policía entraba en la grada Mario Kempes de Mestalla y detenía a los dos tipejos que llamaron mono a ‘Vini’, pues el resto de espectadores le llamaron tonto, cierto, tan grave como llamarlo mono, negro o cantarle “Vini, muérete”.

Lo escribí hace una semana, es la sociedad la que está enferma. Es la mala educación la que está de moda y triunfando. Esos dos o cien idiotas no representan a la afición del Valencia, pero el fútbol tiene que dejar de mirar hacia otro lado. Empezando por el Real Madrid, que, desde hace muchos meses, tiene un problema, y grave, con Vinicius porque, siendo el equipo que más negros tiene, los problemas solo se generan alrededor, por y para 'Vini’, que alguna culpa tendrá en todo esto, al margen de que sea uno de los mejores jugadores del mundo. Digo.

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