El timo de Enríquez Negreira que acabó en amenaza

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

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Emilio Pérez de Rozas

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“Lo que más me duele, lo que más me sorprende, lo que más me inquieta de todo lo que se está descubriendo sobre el comportamiento del Enríquez Negreira, exárbitro y exvicepresidente del Cómite Técnico de Árbitros (CTA) y su hijo, sí, sí, también su hijo, Javier Enriquez Romero, es la cara de gilipollas que se me ha quedado, la cara de bobo que tengo en el espejo, pues acabo de darme cuenta que he estado haciendo gratis, por complicidad o por amistad, algo que otros han vendido a precio de oro, a millones de euros. Soy un auténtico tonto, un bobo absoluto”.

Podría decir el nombre, ¡claro que sí!, pero mi colega madrileño, uno de los tipos más íntegros que he conocido en mi vida, un perro de presa periodístico y, sobre todo, un sabio de la familia arbitral, aunque no era un experto de ello (simplemente se interesaba por ‘hobby’), se ha pasado la vida atendiendo, más a jugadores, a estrellas, a cracks, que a entrenadores o, incluso, directores deportivos de grandes clubs de fútbol español, contando o adiestrándoles, cuando le llamaban amigablemente, para saber cómo era el árbitro que les había tocado en suerte ese fin de semana.

Consejos gratis

“Querían saber cómo era, qué estilo tenía de arbitraje y, sobre todo, poseer información fresca, reciente, para comportarse con él o empatizar con él durante el partido y así ganarse sus simpatías”, me sigue contando mi amigo. Uno de los que más lo hacía, no ya como ‘viejo zorro’ sino como sabio y experto capitán y líder del Real Madrid, de la defensa del conjunto blanco, era Casemiro. “Siempre me llamaba, siempre me pedía opinión y recuerdo que un día le tocó un árbitro que, dos días antes de su partido, acababa de ser padre y se lo comenté. Y sé que, nada más saltar al campo, Casemiro se acercó a él y le felicitó, cruzó cuatro palabras de enhorabuena con él, y me dijo que se lo había agradecido mucho. No con el arbitraje, no, ¡por Dios!, sino que se alegró que alguien supiese que acababa de ser padre”.

Mi amigo tiene razón porque acaba de descubrir que, al parecer, por mucho menos, informes técnicos y CD de poca monta, la familia de Enríquez Negreira se ha forrado y hecho millonaria….hasta que la pilló la Agencia Tributaria por querer pasarse, dicen, de listos. Una prueba más de su pilleria mayor. La idea que comparte mi amigo, buena parte de la profesión periodística metida en el ajo arbitral y, sobre, todo los propios árbitros y excolegiados ya retirados, es que “Enríquez Negreira, que no pintaba nada o poquísimo en el Comité dirigido, muy personalmente, por Victoriano Sánchez Arminio, del que era un gran pelota, se aprovechó del cargo para enriquecerse”.

Enríquez Negreira, en su época de colegiado.

El árbitro Enríquez Negreira. / EFE

La creencia más generalizada desde que Radio Barcelona destapase el pago del Barça, durante años, al vicepresidente arbitral (‘El Mundo’ acaba de confirmar pagos, del 2001 al 2018, por 6.659.488 euros), es que al club azulgrana, fuese quien fuese el presidente, le levantaron la camisa pues, según cuentan muchos colegiados de la época, “Enríquez Negreira ni tenía mano en las designaciones ni influencia alguna entre los árbitros. Es más, él se limitaba a ser el brazo ejecutor, el ‘correveidile’, en temas desagradables, que Sánchez Arminio no quería afrontar, como comunicar a un árbitro que había sido descendido de categoría o pasaba a la ‘nevera’ durante unas jornadas”.

Enríquez Negreira, a cuyo hijo se le vio muchísimas veces sobre el césped del Camp Nou acompañando al colegiado de turbo (“solía irle a buscar al hotel, cenar con él la noche anterior o, si el encuentro era por la noche, almorzaban y, luego, lo llevaba al campo”, señala un exárbitro), se ganó las simpatías de los dirigentes culés de tanto aparecer por el palco. “Yo creo que alguien se creyó que tenía un gran poder en el Comité Técnico de Árbitros y decidieron pagar mensualmente a su empresa. Pero, insisto, les levantaron la camisa”.

Colegas de Enríquez Negreira aseguran que el vicepresidente no decidía nada y jamás les dio consejo alguno

“Enríquez Negreira no tiene honor, ha sido desleal y un vende humo”, señaló ayer un excolegiado al diario ‘Marca’. “Cuando se retiró del arbitraje entró en el Comité Técnico de Árbitros (CTA) y pidió trabajo para su hijo. Montó una empresa, junto a su hijo Javier, que colaboraba con el CTA, realizando videos y para la selección, en la etapa de Luis Aragonés. En esa época, también iba por las federaciones territoriales ofreciendo su empresa, su hijo decía que era un gran ‘coaching’, dejando caer que podía influir en los ascensos y descensos de los árbitros. Pero insisto: todo humo, todo mentira”.

“Es una sorpresa mayúscula”, señala César Muñiz Fernández, “que una persona de la casa, de la Federación, haga ese doble juego. Me parece fatal y no debe consentirse. Si el arbitraje siempre ha estado bajo sospecha, imagínate ahora”, señaló Muñiz Fernández ante el micrófono de RTVE. “Una cosa sí puedo afirmar, jamás me llegó ni nos llegó comentario, ni orden, ni sugerencia, alguna de Enríquez Negreira. Su relación con nosotros era mínima”.

"Enríquez Negreira era, simplemente, el 'correveidile' de Sánchez Arminio, nada más", señalan otros compañeros de arbitraje

No es que los árbitros traten de defender su función, que también, claro, sino que les duele en el alma que una persona como Enríquez Negreira se haya aprovechado de su privilegiado cargo y representación, que no poder, para hacerse rico. “Es más, ya veo que si hubiese hecho sus declaraciones de renta correctamente, nadie se hubiera enterado de esto, lo que demuestra, sin duda, que trataba de ser más pillo que los demás”, señala otro colegiado.

“La amistad que le unía a Victoriano Sánchez Arminio, por entonces presidente del CTA, es lo que le llevó a ser vicepresidente”, ha asegurado Iturralde González en la SER. “Enríquez Negreira era el que te llamaba cuando ascendías o descendías como árbitro. Pero las designaciones eran directas de Victoriano Sánchez Arminio. Luego dieron paso al modelo de sorteo. Entonces era un sistema por ordenador. Después de las designaciones vino el ‘triunvirato’: uno del CTA (Sánchez Arminio), uno de LaLiga (Lopez Nieto) y uno de consenso, en este caso Puentes Leira”.

Dada esta rocambolesca historia, de la que todo el mundo trata de defenderse como gato panza arriba y de la que, probablemente, todavía van a salir más irregularidades, a nadie le extrañó anoche que 'El Mundo' publicase el burofax que el propio Enríquez Negreira envió, en el 2018, a Josep María Bartomeu, el último presidente azulgrana que pagó por sus curiosos servicios y, al parecer, el que interrumpió ese pago (los otros fueron Joan Gaspart, Joan Laporta y Sandro Rosell), amenazándole con desvelar irregularidades del Barça si no seguía abonando las mensualidades a su empresa. En el burofax, según 'El Mundo', el exvicepresidente de los árbitros amenaza a 'Barto' con contar "sin miramientos, las irregularidades del club que había conocido y vivido de primera mano".

El exárbitro López Nieto afirma que "Negreira es un indigno, ha vendido humo. Es como el pequeño Nicolás"

Solo un punto final porque, probablemente, hablando de lo que hablamos, las palabras de anoche en COPE del excolegiado Antonio Jesús López Nieto sean (casi) definitivas y definitorias para reforzar la tesis del timo, que, insisto, va tomando cuerpo. La comparación final con otro gran pillo, pillado, es genial: "Negreira es un indigno, ha vendido humo y alguien se lo ha comprado. Mandaba menos que el conserje del Valladolid. Es como el pequeño Nicolás".

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