Se acabó el debate: ya solo hay un ‘D10S’, Lionel Messi

Qatar desde mi sofá 3

Qatar desde mi sofá 3 / Archivo

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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Lo quería el mundo. O medio mundo. “Yo conozco un montón de franceses que querrían que ganase Argentina”, dijo el sábado Didier Deschamps, el seleccionador galo.

Lo necesitaba el fútbol. Lo pagó Qatar, que, ahora, le pedirá a Leo Messi que ayude, desde el PSG, a que su millonario club gane la Champions de la mano de Kylian Mbappé, que, antes de la vibrante y apasionante final de anoche, ya era campeón del mundo.

Lo gritaba y, al final, lo lloró y celebró toda Argentina, 46 millones de gargantas desesperadas, con problemas para llenar la cesta de la compra, pero una ministra de Trabajo, Kelly Olmos, que, a partir de hoy, ¡ya!, se pondrá a trabajar para disminuir la tremenda inflación que sufren sus compatriotas, ahora que ya tienen la inyección anímica y moral que la política demandaba de la albiceleste.

Lo necesitaba Leo Messi para, ¡por fin!, a ojos de los que menos saben de fútbol aún era cuestionado como el mejor jugador de todos los tiempos. Ya está, ya tienen todos los títulos que se le pueden exigir a un futbolista. Ya no hay más reto que plantearle, a sus 35 años, puede dejar de jugar mañana mismo aunque, con ese estilo que tiene, es decir, jugando andando y acelerando diez veces por partido, podría seguir hasta los 45 años, si quisiese.

El móvil de Dios

Era normal. Si alguien tiene el móvil de Dios, ése es Lionel Andrés Messi Cuccittini, que ayer, en un partido que tuvo ganado dos veces y perdido (perdón, empatado) otras dos, siempre fue dominador del marcador, pues Francia, pese a los tres goles de Mbappé, Pichichi del campeonato, nunca dominó la final. De ahí que Messi marcase el número del cielo y, al final, en la tanda de penaltis, sí, auténtica lotería (lo dicen todos, aunque no sea del todo cierto), ganó Argentina, se coronó Messi. Y ya no hay debate: el ‘D10S’ es Lionel Messi, que marcó dos goles en la final y, como Mbappé, se atrevió a lanzar el primero en la tanda definitiva.

Por eso, nada más terminada la ceremonia, larguísima, de entrega de medallas y del trofeo mundial, Messi declaró, lo ven, tiene el movil de Dios, que "sabía que Dios me la iba a regañar, Él escogió el momento, Él sabía cuándo debía ser". Así fue, pues, la coronación del futbolista que anoche, en Doha, conquistó su mayor título, el de campeón del mundo, el nº 41 de su tremenda y (casi) única colección.

Leo Messi hace campeona a Argentina, por tercera vez, en su quinto Mundial y 36 años después de que la albiceleste ganase su segunda estrella

Es por ello que ahora que ya se ha fotografiado con el único trofeo que le faltaba, suenan aún más divinas las palabras que le dijo Sofía Martínez Mateos, periodista de la Televisión Pública Argentina ESPN, cuando derrotó a Croacia y metió a toda Argentina en la final del Mundial: “Lo último que te voy a decir no es una pregunta, no. Se viene una final del mundo y si bien todos queremos ganar la copa, quiero decirte que más allá del resultado, atravesaste a cada uno de los argentinos. De verdad te lo digo. No hay nene que no tenga tu remera, da igual que sea la original, la trucha, la inventada o la imaginaria. De verdad, marcaste la vida de todos. Y eso, al menos para mí, eso es más grande que cualquier Copa del Mundo. Y eso ya no te lo va a sacar nadie. Es un agradecimiento por un momento de felicidad tan grande que has hecho vivir a tanta gente que, de verdad, ojalá te lo lleves en el corazón porque creo que eso sí es más importante que una Copa del Mundo. Y eso ya lo tienes. Así que gracias, capitán”.

Messi besa el trofeo de la Copa Mundial de la FIFA, durante la ceremonia de entrega de trofeos después de que Argentina ganara la final de la Copa Mundial de Qatar 2022 entre Argentina y Francia en el estadio Lusail.

Messi besa el trofeo de la Copa Mundial de la FIFA. / AFP/Kirill KUDRYAVTSEV

Porque, sí, es el Mundial en el que hay que darle las gracias a Messi y a los suyos. Ellos rescataron al fútbol de esa decisión irregular, vergonzosa, reconocidamente falsa, manipulada, pagada, de concederle la organización de la Copa del Mundo a Qatar. Fue ‘La Pulga’ la que hizo creer a todo un país, a todo un pueblo, que levantarían el trofeo tras caer incomprensiblemente ante Arabia Saudí. Y, sí, en efecto, a partir de aquel día, a partir de la victoria ante México y el inicio de la escalada, a Argentina (lo escribimos aquí varias veces) se le empezó a poner cara de España-2010, campeón en Suráfrica tras debutar perdiendo con Suiza.

No podía ser fácil

Y no solo eso, no, fue con otro fútbol, sí, esa es la realidad. La ‘Roja’ lo hizo con un tiki-taka que, ahora, este Mundial catarí ha empezado a cuestionar, pero la Argentina que dominó la final, durante los primeros 80 minutos, fue una selección solvente, que parecía encaminarse hacia el título jugando un partido amistoso. Pero enfrente tenía a la campeona del mundo y al leopardo Mbappé que, en dos zarpazos (al final, fueron tres), en solo un minuto, del 80 al 81, empató el partido y lo puso todo cuesta arriba.

"Sabía que Dios me iba a regalar esta copa. Él escogió el momento"

— Lionel Messi / Campeón del mundo con Argentina

Pero no podía ser tan fácil. No podía ser que la coronación del nuevo rey planetario se produjese después de un partido fácil, demasiado fácil. Messi no podía pegarle una patada al trono de Diego Armando Maradona (perdón, sí, sentarse a su derecha, pues ya comía en su misma mesa desde hace años) con un triunfo sencillo.

Y fue por eso que, no solo el encuentro llegó a la tanda de penaltis, sino que, en el más puro estilo de España-2010, ‘Dibu’ Martínez, el portero monstruo más parecido a Iker Casilla que jamás haya existido, le detuvo con su piececito el gol de la final a Kolo Muani, en el minuo 120+3. Era, sí, ¿recuerda? ¡claro que la recuerda!, la parada de Casillas al filigranero holandés Arjen Robben, Y ahí se gestó la coronación de Messi&Cia.

Messi sostiene la copa del mundo en la final del estadio de Lusail de Qatar donde Argentina se coronó campeona del Mundial-2022

La selección argentina en pleno celebra la conquista del Mundial en el podio de Qatar. / AFP/Kirill KUDRYAVTSEV

Y Argentina sigue en la calle. Y ya veremos cuando vuelven a ‘laburar’ (así le llaman allí a trabajar, a currar). De momento, no le importa a nadie el trabajo. ¡A nadie! Ni siquiera al presidente Alberto Fernández, que rechazó la invitación de Emmanuel Macron, presidente de la República Francesa, para que viajase a Doha “porque igual si voy, perdemos y, entonces, dicen que el ‘mufa’ fui yo”. No fue Fernández, Argentina se coronó, Messi ya es el auténtico rey del fútbol y, a partir de mañana, Kelly Olmos levantará el país.

Y, si no puede sola, que no podrá, que se ponga en contacto con el equipo de Guillermo Durán, decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, investigador de Cálculo de Conicet y creador de la plataforma 301060.com (bueno, exactamente 301060.exactas.uba.ar), que debe su nombre, claro, al día que nació Diego Armando Maradona (30 del 10 de 1960). Y es que Durán, después de analizar todos los resultados de todas las selecciones participantes en Qatar y hacer más de un millón de simulaciones, llegó a la conclusión de que Argentina era favorita en el final por 50.60% contra el 49.40% que le otorgaba a Francia.

La clavó. Ahora solo les queda levantar Argentina. Leo Messi ya levantó la Copa del Mundo. Todo ello, sin pisar apenas Argentina en los últimos 23 años.

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