Mbappé despide a Lewandowski con la mayor exhibición del Mundial
Emilio Pérez de Rozas
Periodista
Licenciado en Ciencias de la Información por la UAB. Hijo de Carlos Pérez de Rozas, sobrino de Kike y Manolo Pérez de Rozas, integrantes de una auténtica saga de fotoperiodistas. Trabajó en Diario de Barcelona, fundador de El Periódico de Catalunya en 1978 también formó parte de la redacción en Catalunya del diario El País. Colaborador del diario deportivo Sport y vinculado al departamento de Deportes de la cadena COPE, que dirige Paco González. Emilio suele completar muchas de sus informaciones con sus propias fotos, en recuerdo a lo aprendido junto a su padre y tíos.
Te vas a la cama habiendo visto lo que ha hecho Leo Messi ante Australia, que no es otra cosa que liderar, cargar con una selección que no parece nada del otro mundo, eso sí, muy voluntariosa y motivadísima, y, además, seguir manteniendo el sueño, la ilusión, la esperanza de casi 46 millones argentinos, que solo tienen un dios y es ‘la Pulga’. Eso sí, al apagar la luz de tu mesita de noche piensas que, tal vez, ni siquiera la magia de Messi sea suficiente para que Argentina logre su tercer título mundial, aunque todo puede ser.
Te despiertas y, después de comer, en un domingo sin siesta, te sientas en el sofá y lo que ves sí te deja boquiabierto, sí te deja con los ojos perennemente abiertos porque, acabado el Francia-Polonia (3-1), sí crees haber visto al mejor futbolista del mundo, al mejor jugador, no solo goleador, del momento, al auténtico heredero de ese ‘O Rei’ Pelé por el que suspiramos todos y del ‘D10S’ que luce Argentina: el francés Kylian Mbappé.
Adiós a 'Lewa'
Porque, lo siento, o no, pretender que este duelo entre franceses y polacos era un choque en el que se medían dos de los más grandes goleadores de la historia, Mbappé y el azulgrana Robert Lewandowski, es una manera, como otra cualquiera, de querer dañar al veterano futbolista polaco, que no existió en ningún momento, que juega en un equipo que no está a la altura de la categoría del blaugrana. 'Lewa' abandona el Mundial de Qatar sin haber demostrado sus inmensas cualidades, en el más puro estilo de lo que le ocurrió en su primera participación con el Barça, esta temporada, en la Champions, donde no pudo dejar su huella. Algo muy parecido a lo que le ocurrió, en el 2018, en la Copa del Mundo de Rusia, donde cayó en la frase de grupos, entonces sin marcar un solo gol.
Decir que el choque Francia-Polonia era un pulso entre Mbappé y Lewandowski fue jugarle una mala pasada al goleador culé
Lo que Mbappé hizo anoche con ‘Lewa’ y con Polonia fue una auténtica exhibición de lo que puede ser el fútbol en la próxima década. Porque Mbappé ya juega como Messi, es decir, no juega, o juega cuándo, cómo y dónde quiere, se pasa 75 minutos caminando, deja que los demás se maten por él pero…cuando coge el balón ocurren las cosas más maravillosas y espectaculares que jamás se han visto en un campo de fútbol. O que solo se las vimos al mejor Messi. De ahí que pueda asegurarse que Mbappé arrolló a Lewandowski con una auténtica exhibición de fútbol, potencia y goles.
El diccionario de sinónimos de la RAE dice que exhibición es, en efecto, lo que hizo anoche el delantero del PSG: presentación (presentó su candidatura, de nuevo, al título y al Balón de Oro del 2022), ostentación (hasta ahora, en esta Copa del Mundo, nadie había impresionado tanto, tanto, con el balón en los pies), manifestación (todo lo que hizo fue, sencillamente, impresionante), exposición (los ojos del mundo le miraron como si fuese la Monna Lisa de Leonardo da Vinci), demostración (de poderío inmenso, inalcanzable, incomparable a nadie más) y prueba, prueba de que, hoy, es el mejor futbolista del mundo.
Nadie, con menos de 24 años, ha marcado 9 goles en dos Mundiales como Mbappé, uno más que CR7 en cinco Copas del Mundo
Mbappé, que ya fue campeón del mundo en el 2018 con Francia, lleva camino, con menos de 24 años (los cumple el próximo 20 de diciembre), de convertirse en bicampeón a tan corta edad, cosa que no logró ni siquiera, eso, ‘O Rei’ Pelé. No parece que a Mbappé le preocupe mucho que su colega Olivier Giroud se convirtiera anoche en el máximo goleador francés con la selección, con 52 puntos, superando al filigranero Thierry Henry (51).
Mbappé es otra cosa. Mbappé es único. Mbappé lo rompe todo, con su habilidad, velocidad, potencia, regate, bicicleta, profundidad, disparo, gol, coordinación y desborde. ¿Qué dice la RAE de ‘desborde’?: “Rebasar el límite de lo fijado o previsto”. Pues eso es Mbappé. La solución a todo lo previsto, el chico que se inventa lo imprevisto, casi lo nunca visto. ¿Por qué?, porque tiene gotas de todos los elegidos, de todos los extraordinarios, porque, eso, ya juega, cuando quiere, como Messi, desborda como Vinicius, marca como Lewandowski, tiene el partido en su cabeza como De Bruyne o Benzema, desatasca los encuentross como Haaland y maravilla al mundo, incluso al mundo que no le gusta el fútbol, como Neymar Júnior, que, por cierto, ya está curado.
Sin tener, repito, aún 24 años, Mbappé se ha colocado, con sus dos torpedos de anoche, con sus dos golazos, inventados por él, no regalados por ningún asistente, colega o compañero, en el jugador más brillante y explosivo del momento. Suma ya 9 goles en solo dos Mundiales (y aún le quedan cuartos y quién sabe si semifinales y final), uno más que Cristiano Ronaldo en ¡cinco ediciones de la Copa del Mundo! Nunca antes un jugador con menos de 24 años había conseguido semejante cifra de goles.
No todo acaba ahí, por supuesto. Mbappé totaliza, en estos momentos, la friolera de 250 goles, sí, vale, hay quien dice que, en ese sentido, se beneficia de jugar en una de las ligas más débiles de Europa, la francesa, pero, a su misma edad, por seguir las odiosas (o no) comparaciones, Leo Messi totalizaba 197 tantos y CR7, 132.
"Por supuesto que este Mundial es una obsesión para mí. He construido mi temporada, tanto física como mentalmente, en base a este objetivo"
Es evidente, cristalino, que Mbappé es el estilete de la selección campeona del mundo y el muchacho en el que el discreto pero eficaz y campeonísimo Didier Deschamps, poseedor de una gesta muy, muy, difícil de conseguir como es ser campeón del mundo como futbolista (Francia-1998) y como seleccionador (Rusia-2018), confía ciegamente para mantener la tremenda racha de éxito que tiene: 12 victorias, 2 empates y solo dos derrotas, en las dos últimas Copas del Mundo.
No es extraño, pues, que tras la exhibición de Kylian Mbappé, uno de los comentaristas más prestigiosos del diario deportivo francés ‘L’Equipe’ titulase anoche su comentario: “Mbappé sigue ocupándose de todo”. Y, para redondear la noche, el mago francés apareció, por primera vez en esta Copa del Mundo, ante los periodistas y habló: “Por supuesto que este Mundial es una obsesión para mí, es la competición de mis sueños, tengo la oportunidad de jugarla y he construido mi temporada en base a esta Copa del Mundo tanto física como mentalmente. Quería llegar preparado y, de momento, va bien, pero aún estamos lejos del objetivo que me he marcado, que es ganar el título”.
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