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Alí, Toukif y Abdel, viven en una granja abandonada en Aitona (Segrià). Aquí lo único que importa es la fruta, dicen. /
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Alí, Toukif y Abdel, viven en una granja abandonada en Aitona (Segrià). Aquí lo único que importa es la fruta, dicen. /
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Toukif y Alí, en la granja que ocupan en Aitona (Segrià), esperando poder trabajar recogiendo fruta. /
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Mohamed, ha trabajado dos meses en Raimat (Segrià) recogiendo fruta, hasta que se le ha estropeado el coche. Durante todo este tiempo le ha escondido a su jefe que duerme en la calle, ahora justo delante del polideportivo municipal.Si le digo a mi jefe que duermo en la calle no me conrtatará, hay mucho miedo por el cornavirus, explica. /
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El ayuntamiento de Lleida ha habililitado 300 hamacas en el pavellón de la Fira para que los temporeros no duerman en la calle. Una medida que varias entidades consideran insuficiente. /
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Varias personas duermen, junto a sus vehículos, frente al Pavellón de La Fira que ha habilitado el ayuntamiento. /
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Ansu Mana es Gambiano y tiene tres hijos a los que alimentar desde Catalunya. A la menor, de 4 años, aún no la ha podido abrazar. Lleva 9 días viviendo en las calles de Lleida. Ayudante de paleta, en una fábrica, de jardinero... lo que sea, necesito trabajar, cuenta. Esta es la primera vez que viene al Segrià para recoger fruta. /
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Toukif muestra la granja abandonada donde vive en Aitona (Segrià). Nació en Argelia y llegó a España en patera cuando tenía 17 años. Ahora, con 20 cumplidos, espera poder trabajar en la campaña de la fruta y dejar de pasar hambre.
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Mohamed, charla con otro temporero en la granja abandonada donde duerme en Aitona. Él cruzó el estrecho en patera este mismo junio. Pensó que en Lleida encontraría trabajo. Mis padres merecen una vida mejor, y si trabajo aquí yo les puedo mandar dinero, explica. /
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Pasadas las seis de la mañana, varios hombres esperan ante el campo de fútbol de Alcarrás (Segrià) las furgonetas que les llevan hacia el campo para trabajar. /
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Ansu Mana, vive en un descampado en Lleida, aguardando para un empleo en el campo. /
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Un jornalero trabaja en una de las fincas de paraguayos deAitona (Segrià). /
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Kabir, un joven senegalés, lleva 10 días viviendo en las calles de Lleida. Antes de la pandemia del coronavirus, trabajaba en el ’top manta’ en la playa de Cambrils. Solo comemos una vez al día, me siento atrapado aquí porqué no tengo dinero para salir de aquí. /
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Una decena de personas dormían el pasado miércoles en la plaza de l’Ereta, de Lleida. /
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Muchos de los temporeros que buscan trabajo en Lleida, se reúnen durante el día en el centro histórico de la ciudad. /
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Magan Keita, un joven maliense de 22 años, malvivía en una chabola en Huelva. Al terminar la temporada de la fruta allí, vino hacia Lleida, pero no encuentra empleo. Duerme entre cartones, y come gracias a rebender escombros que se encuentra por las calles de la ciudad. /
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El Casal de Joves de Lleida, ha cedido su espacio para que los temporeros voluntarios cocinen 240 raciones diarias para personas migrantes sin trabajo. La comida la compran gracias a las aportaciones del futbolista Keita Balde. /
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El cocinero del Casal de Joves, Modu Diop, reparte comida a los temporeros sin trabajo a las cuatro de la tarde. No damos abasto, hay muchos días que se quedan personas sin comer, lamenta. /
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Varios voluntarios se ofrecen ante el Casal de joves de Lleida para dar de comer a los migrantes sin trabajo. /