OPINIÓN

La importancia de la elección

Hablamos con Mar Puchau, Directora de Campus Universitario y Escuela de Formación Profesional de ESIC

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El Saló de l’Ensenyament abrirá sus puertas el próximo día 13 y miles de estudiantes buscarán la mejor opción para continuar sus estudios superiores. Una cita en la que se encara un planteamiento relevante: ¿en busca del qué aprender o en busca del cómo aprender? Las instituciones de formación superior hemos desarrollado en los últimos años la reflexión en torno la transformación estructural de la universidad: desde una hiperespecialización en conocimientos específicos, hacia un planteamiento de desarrollo de destrezas y de pensamiento crítico que, de la mano de la materia estudiada, entrene los principios de formación del propio pensamiento. Una vía de trabajo para ir más allá del “formar para empleos que no existen”. El verdadero reto es ofrecer una formación superior que dé respuesta al entorno actual tan cambiante, que forme para la incertidumbre de lo que existirá y podemos intuir, y para aquello que vendrá y que desconocemos completamente.

La formación universitaria avanza flexibilizando estructuras rígidas que funcionaron antes, y se adapta a marchas forzadas a este nuevo entorno. Una de las claves en este proceso es la aproximación entre el vector empresarial y el vector educativo y los proyectos conjuntos que ofrecen un aprendizaje coordinado al profesional del futuro.

Mar Puchau, Directora de Campus Universitario y Escuela de Formación Profesional de ESIC

Mar Puchau, Directora de Campus Universitario y Escuela de Formación Profesional de ESIC / CEDIDA

Cambios en la Formación Profesional

En este contexto es innegable la importancia de la Formación Profesional que, con los cambios que impulsan las nuevas regulaciones, abraza el proceso formativo como una corresponsabilidad de los centros y del entorno empresarial. Una combinación clave para salvar la brecha entre escuela y empresa, y para la que el sistema no tiene ni tiempo ni recursos para adaptarse, pues la intensidad y la velocidad de los cambios es tal, que solo la formación dual permite ver y reaccionar a la realidad empresarial completa.

El desarrollo de la Formación Profesional ha sido ejemplar en los últimos años y promete ser todavía mejor, obligando a un fortalecimiento de los vínculos escuela-empresa y generando sinergias para la mejora de la empleabilidad. Parece que, poco a poco, no solo aceptamos la Formación Profesional como una formación superior digna, sino que reconocemos socialmente su calidad y el éxito de su planteamiento como inicio del aprendizaje continuo y a lo largo de la vida, y como sistema que acoge y cualifica a los profesionales de cualquier sector.

En estos días, en el Saló de l’Ensenyament, formadores, orientadores y familias debemos estar al alcance de nuestros jóvenes para ayudar en la elección que determine su futuro.