LUCHA CONTRA LA DESIGUALDAD

De la Polynesia al Far West entre risas y confidencias

Participantes en la visita a PortAventura organizada por CaixaProinfancia

Participantes en la visita a PortAventura organizada por CaixaProinfancia / periodico

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Alma es una nueva manera de hablar de lo social. Con actitud y optimismo. Desde la diversidad. Y a partir de las historias de la Obra Social La Caixa. 

Un sábado soleado en PortAventura tenemos una cita a ciegas con una familia malagueña. Será amor a primera vista. El encuentro fortuito lo han organizado CaixaProinfancia y la Fundación PortAventura y, junto a los Fernández Muñoz, hay 21 familias más de todo el Estado.

En total, estamos rodeados de 112 niños y jóvenes que disfrutarán con sus padres o tutores de un fin de semana en el parque de atracciones. Este ha sido el premio que recibieron las familias, con motivo de los 10 años de CaixaProinfancia, por estar muy implicadas en el proceso educativo de sus hijos. Todas ellas forman parte de este programa que lucha contra la pobreza infantil y ayuda a más de 400 entidades sociales del territorio a realizar, entre otras cosas, actividades de refuerzo escolar y ocio con chavales de entornos vulnerables. ¿La meta final? Que cada uno de estos chicos y chicas tenga las mismas oportunidades que cualquier otro.

La implicación de los Fernández Muñoz

Después de la foto oficial en una plaza de la Mediterrània, que imita un pueblo pesquero, las familias comienzan la yincana organizada a lo largo y ancho del parque. Aquí es cuando, por azar, nos cruzamos con Águeda Muñoz, su marido Miguel Ángel Fernández y cinco de sus seis hijos, que están todos observando el mapa del parque.

Águeda y Miguel tuvieron a sus responsables trillizas hace 21 años, Isabel, Raquel y Águeda. Luego llegaría Elena, la rebelde del grupo, de 18 años; más tarde, el apuesto Miguel Ángel, de 15 años, y el benjamín Pedro, de 8 años, un sol de niño que dice que quiere ser futbolista y que se ha leído El Quijote ¡dos veces! “Una adaptación”, aclaran las hermanas.

Águeda madre nos cuenta que el programa les ha dado este reconocimiento porque tienen a las tres hijas mayores en la universidad y ninguno de sus hijos ha repetido jamás ningún curso. Ni ella ni Miguel tuvieron la oportunidad de sacarse una carrera y se esfuerzan a diario para dar a sus hijos todo lo que ellos no tuvieron. Los han llevado a todos a los conservatorios de danza y música, a pesar de que solo entra en casa el sueldo de Miguel Ángel, que trabaja de auxiliar de clínica en un centro para personas con discapacidades físicas y mentales. La pareja nos cuenta que se las saben todas para ahorrar. Un truco fácil: ir a comprar al mercado a última hora.

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