Abro hilo: El juez Sánchez absuelve de terrorismo a Puigdemont

La penúltima aseveración conciliadora de Pedro Sánchez con respecto a la amnistía da para muchos comentarios. Después de que Junts le demostrara el martes de nuevo que puede hacerle sudar sangre en cada recodo de la legislatura, el presidente del Gobierno buscó el jueves, en Bruselas, la vuelta al redil del partido de Carles Puigdemont (aunque el expresident no tenga ningún cargo orgánico, esa parece la definición más exacta para Junts). "Todos los independentistas catalanes van a ser amnistiados, porque no son terroristas", dijo Sánchez.

Y es verdad que hasta hace unas semanas a nadie se le había ocurrido meter en esa definición a lo que ocurrió en Catalunya entre el referéndum de independencia de octubre de 2017 y los disturbios de octubre de 2019, tras conocerse la sentencia del ‘procés’. ¿Ataque a la democracia, revolución de las sonrisas, farol, <strong>ensoñación</strong>? Todo eso se dijo y se escribió, pero no terrorismo. Hasta que llegó el juez García Castellón, dispuesto a aprovechar cualquier resquicio de la ley de amnistía para evitar los planes del Gobierno.

Pero, a juzgar por lo visto esta semana en redes sociales, García Castellón ha abierto los ojos a mucha gente. Esas personas han descubierto ahora que no solo hubo terrorismo en Catalunya durante la 'rauxa procesista', sino que Sánchez está intentando ejercer de juez en la sombra cuando dice que no lo hubo. "Cuando un presidente del Gobierno se convierte en presidente del Tribunal de Justicia entramos en una vertiente muy peligrosa", dice uno de ellos.

Durante el juicio del ‘procés’, los fiscales flaquearon cuando les tocó defender que los promotores del 1-O habían cometido rebelión. Sus argumentos flaqueaban a ojos vista, y no lograron una condena por ese delito. Da risa pensar qué habría pasado si hubieran tenido que defender una acusación por terrorismo.

Las redes se indignaron el jueves con el caso de Blanca, la señora de 78 años desahuciada en Barcelona por una deuda de 88 euros con su casera. Las imágenes estremecen: tras cerrar la puerta del piso, Blanca se despide de un cartel que tiene en la puerta –con un mensaje de "Dios bendiga esta casa"– dándole un beso. Se irá a vivir a una pensión. Cuesta entender que no se haya podido llegar a un acuerdo para evitar que fuera desahuciada por una cantidad tan nimia.

La mayoría de los mensajes en X, antes Twitter, son de incomprensión o enojo que parecen sinceros. "Desahucian a Blanca, una anciana de Barcelona que debía 88 euros. Los propietarios podrán alquilarlo a precio de mercado (por decir algo a 1.200€ al mes) en lugar de los 388€ que pagaba la anciana. Y hoy habrá gente que dormirá tranquila", escribe @IbonPerezTV. Pero el caso es interesante también para ver cómo tratan los partidos políticos de arrimar el ascua a su sardina.

Desde el entorno político tradicionalmente más sensible a este tipo de problemas, el de la izquierda, se escribieron muchas quejas y se pidieron explicaciones. Pero también sucedió en cuentas cercanas a Vox, que encontraron una particular explicación para el caso de Blanca. "Desahucian a Blanca, de 78 años, del piso del Gòtic en el que llevaba medio siglo viviendo por una deuda de 88€. De ser extranjera su caso llega a la ONU, y el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat lo hubieran impedido. No es país para españoles", afirmó @GuajeSalvaje. "Blanca, una anciana de Barcelona que debía 88 euros, fue desahuciada hoy e irá a vivir a una pensión... Si un okupa se mete en tú casa y es vulnerable no hay forma de echarlo, pero si una anciana no tiene para pagar un aumento de alquiler, la sacan de su casa después de 50 años sin importarles si eres vulnerable o no. ¿Entendéis esto?", apuntaló @Capitana_espana. Todo vale para colar tu relato.

La voluntad de simplificar las cosas parece escrita a fuego en el ADN de los tiempos actuales, en una carrera sin fin hacia o bien la democratización máxima del conocimiento o bien hacia la idiotización total de la sociedad, está por ver. Queda la duda de si siempre ha sido así, de si la historia del mundo, al menos desde hace un par de siglos y al menos entre la porción alfabetizada de la población –cuyo peso en el total ha sido muy cambiante, por fortuna–, ha consistido en una constante jibarización, para adaptar cada concepto a unas capacidades globales menguantes.

Una manera de reducir la complejidad de las cosas es presentarlas en términos futbolísticos. El fútbol tiene muchas ventajas en ese sentido: una parte muy importante de la gente conoce sus reglas y a sus protagonistas, y disfruta del juego. En su manual de referencia titulado 'El estilo del periodista', el veterano Álex Grijelmo hizo el experimento de escribir una crónica parlamentaria con el estilo en el que se escriben las crónicas futbolísticas, con resultados muy curiosos. Quizás si se escribieran de esa manera muchas personas que nunca leen información política se interesarían por ella.

Pero esta semana las redes sociales han rizado el rizo: la futbolización ya no ha llegado solo a la política, a la economía o a la cultura, sino que también ha servido para explicar otro deporte. X se ha llenado de comentarios sobre la marcha del piloto Lewis Hamilton a la escudería Ferrari, que se producirá en 2025. La ignorancia en materia de Fórmula 1 de muchos usuarios ha provocado que otros les hayan explicado en términos futbolísticos qué significa ese fichaje. Han ganado por goleada las fotos 'fake' de Leo Messi vestido con la camiseta del Madrid y de Cristiano Ronaldo con la del Barça. Y la verdad es que, para los que no sabemos nada de Fórmula 1, ha sido muy gráfico.