Regreso al futuro: los franceses vuelcan camiones españoles

Muchos de quienes hayan visto estos días los informativos televisivos se habrán frotado los ojos y se habrán pellizcado para convencerse de que no estaban soñando, o de que no habían vuelto a 1994. Las imágenes que ofrecía la pantalla eran muy similares a las de hace tres décadas, pero están sucediendo esta semana: los agricultores franceses vuelven a cargar contra los camiones españoles y a vaciar su cargar por las carreteras del país cuando cruzan la frontera. Si en los 90 el producto emblemático espachurrado por el asfalto galo fueron las fresas, ahora se derraman ríos de vino español por esos mismos suelos.

Al margen de los motivos del malestar de los agricultores de uno y otro país -unos porque piensan que los productos españoles les hacen competencia desleal, otros porque exigen sanciones severas a Francia por el boicot-, las redes sociales han usado el episodio para reverdecer la vieja rivalidad entre ellos, que no es diferente a la que suele darse normalmente entre vecinos. Aunque las quejas francesas contra la competencia del campo español se remonten a los 70, la relación entre España y Francia pasa por un momento dulce, y Pedro Sánchez y Emmanuel Macron firmaron, el pasado enero, el primer tratado de amistad entre los dos países. Pero eso no impide las bromas.

"Está muy bien que cada generación viva esto al menos una vez en la vida para renovar nuestros lazos de enemistad con Francia. Que no se apague ese fuego", dice con ironía @kikegdelariva, uno de los miembros de 'El Mundo Today'. "Lo de las fresas todavía pero vino es una escalada sin precedentes. Salvajes sin alma...", apuntala @jota21i. "Cada generación dice, pero si cada año lo hacen. Solo recuerdo parón por la pandemia. Si no se ve más en los medios es porque ya no se toma ni como noticia", concluye @Ogatoman.

Tras las últimas elecciones, el PP no logró su objetivo de reunir -entre los suyos y los de sus socios necesarios de Vox- los votos necesarios para controlar el Congreso y el Gobierno, pero sí tiene mayoría absoluta en el Senado. Y la utiliza para hurgar todo lo posible en las contradicciones y las disputas internas del PSOE. Por eso promueve en la Cámara alta debates sobre la amnistía a los impulsores del 1-O, que divide a los socialistas y a sus votantes.

Pero en esta ocasión esa estrategia ha tenido un aliado en Pere Aragonès. El presidente de la Generalitat tiene sus propias urgencias: ERC cae en las encuestas, mientras que Junts ha obtenido con el resultado de las generales -que sitúa como imprescindible para una mayoría alternativa a la derecha al partido de Carles Puigdemont- un inopinado protagonismo. Así que el presidente de la Generalitat fue al Senado, a diferencia de lo que hicieron todos los presidentes socialistas de comunidades autónomas, y dijo lo que tanto los independentistas catalanes como los militantes del PP quieren oír en estos momentos: que la amnistía es solo un "punto de partida" para un referéndum de autodeterminación. Los primeros porque quieren seguir avanzando en sus objetivos; los segundos, por táctica partidista. A un mensaje archiconocido, el PP le puso un altavoz de 10.000 vatios con toda la intención.

Lo demuestra el hecho de que los presidentes autonómicos del PP no dirigieran sus críticas más duras a Aragonès tras su discurso, sino a Pedro Sánchez. Y también la amplia publicidad que le ha dado a esa intervención del ‘president’ la derecha tuitera. "Aragonès en el Senado: ‘La amnistía es el punto de partida, el destino es votar la independencia’. Y en eso quedó la campanuda y mendaz Agenda del Reencuentro y la Reconciliación de Sánchez", escribe por ejemplo Cayetana Álvarez de Toledo.

De todos los puntos de vista desde los que se ha abordado la guerra en Oriente Próximo desde que Hamás asesinara a más de 1.000 personas el pasado 7 de octubre quizás el más inesperado es el del humor. Es el que ha empleado el egipcio Bassem Youssef, que fue cardiocirujano hasta decantarse por la comedia y la sátira y convertirse en una gran estrella en su país y en Estados Unidos, en la entrevista que mantuvo esta semana con el periodista británico Piers Morgan. La charla, que dura casi media hora y tuvo lugar poco después de la matanza en el hospital Al-Alhi de Gaza, se hizo viral en las redes tanto por el negrísimo sarcasmo con el que se conduce Youssef acerca de las condiciones del pueblo palestino como por las réplicas del presentador.

Desde el principio, Youssef desvela que su mujer tiene familia en Gaza, con la que no han podido contactar debido a los bombardeos, y deja claro cuál es el tono que quiere dar a su intervención. "Ya sabes, esos palestinos son muy dramáticos: ‘Ah, Israel nos mata’. Pero nunca se mueren. Son personas muy difíciles de matar", dice en su primera respuesta. Morgan capta enseguida lo que quiere hacer el cómico ("hay un humor negro ahí, y lo entiendo"), e intenta por todos los medios que le hable en serio. Lo acaba consiguiendo en muchos momentos, como cuando, tras abominar del terrorismo, Youssef afirma que el problema es más profundo: "¿Hamas es la fuente de todos los males? Pues imaginemos, por un momento, un mundo sin Hamás. Y ahora pongámosle un nombre: Cisjordania. Allí no gobierna Hamás y desde agosto 37 niños palestinos han sido asesinados".

Las reacciones al vídeo, con millones de visualizaciones, demuestran la utilidad del humor para abordar casi cualquier asunto, y también lo irreconciliable de las posturas de ambos bandos en el conflicto.