La divertida respuesta del 'community manager' de las Juventudes Socialistas de Madrid a un tuitero

Cada vez más, las personas que gestionan las redes sociales de las grandes empresas o entidades dan ingeniosas respuestas que hacen que, lo que podía convertirse en una crítica, sea alabado como un acto de 'fair play'.

O al contrario: hay ocasiones en que los llamados 'community managers' no tienen su día y la lían con una publicación, como es el caso de un responsable de una pastelería erótica de Alicante, que hasta acabó detenido por difundir un vídeo de carga sexual protagonizado por menores.

Y de todos es sabido que Twitter es una de las redes sociales que acumula mayor número de 'haters' y personas que, escondidas bajo el anonimato que les da la red, se dedican a atacar con total impunidad a famosos, a los que no les ha temblado el pulso a la hora de poner denuncias ante la policía por "amenazas de muerte".

El caso del 'community manager' de las Juventudes Socialistas de Madrid puede englobarse en el caso de los primeros; personas que, al ser aludidas en Twitter -aunque sea de soslayo, como es el caso- responden de forma ingeniosa, provocando la hilaridad y la admiración del resto de la comunidad tuitera.

El tuitero Israel Merino hacía, en principio, una queja retórica -de esas que no esperan respuesta- en Twitter, quejándose de su poca (o nula) vida sexual y dando a entender que no sabía qué más hacer para ganarse, supuestamente, los favores del género femenino: "Ya he adoptado a un cachorrito y estoy subiendo fotos suyas a mis redes. ¿Qué más tengo que hacer para follar de una puta vez? ¿Afiliarme a las Juventudes Socialistas?".

Lo que no esperaba este tuitero es la graciosa respuesta del community manager de las Juventudes Socialistas de Madrid, que no desaprovecha la ocasión de captar a un nuevo afiliado: "Te adjuntamos a continuación el enlace a través del cual puedes gestionar tu afiliación".

La respuesta, que se ha viralizado rápidamente, ha provocado las risas y las alabanzas de la comunidad tuitera, incluida la del propio afectado, que ha sabido encajar bien el golpe con un "No me lo creo" en letras mayúsculas: