DOS AÑOS DESPUÉS DE SU INTENTO DE SUICIDIO

Receptor de un transplante facial: "Me siento afortunado por tener esta segunda oportunidad"

Cameron Underwood se disparó en la cara en 2016 para acabar con su vida pero sobrevivió, y desde entonces ha estado luchando por salir adelante

Cameron Underwood, antes y después de su intervención.

Cameron Underwood, antes y después de su intervención. / periodico

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Cameron Underwood, un joven estadounidense de 24 años, había perdido las ganas de vivir y se intentó suicidar en el 2016, pero en contra de todo pronóstico, tras dispararse en el rostro, se aferró a la vida. 

Tras su intento de suicidio fallido, Underwood perdió la nariz, la mandíbula inferior y todos los dientes excepto uno, además de sufrir múltiples secuelas emocionales y psicológicas. Ahora, casi dos años después de ese disparo fallido, Cameron Underwood asegura que está viviendo su segunda oportunidad. 

"Me siento tan afortunado de tener esta segunda oportunidad. Tener rostro me permite sonreír, hablar y comer comida sólida de nuevo", ha asegurado. El joven se sometió a un trasplante de cara y es uno de las 40 personas que ha superado este complicado tratamiento en el mundo. 

Salir, hacer deporte...

Desde que superó esta intervención, Underwood ha sido capaz de recuperar viejos hábitos como "salir, hacer deporte y pasar tiempo con la familia y amigos". El joven ha asegurado que tras recuperar la ilusión con esta nueva oportunidad de vida ahora espera volver a trabajar pronto y algún día "formar una familia". 

En enero de este año, más de 100 profesionales médicos participaron en la cirugía reconstructiva de más de 25 horas a la que fue sometido Underwood en el Hospital de Langone en Manhattan, Nueva York. 

Dieciocho meses después de su intento de suicidio, Cameron Underwood se sometió a esta operación convirtiéndose en el paciente que menos ha esperado para este tipo de intervenciones en Estados Unidos, algo que ha ayudado mucho, según los expertos, a su pronta recuperación y a la disminución de las secuelas psicológicas. 

Al haber vivido menos tiempo con las secuelas de su disparo, los médicos han asegurado que Underwood es menos propenso a sufrir las depresiones y las dependencias de sustancias que tienen otros pacientes que han llegado a convivir con sus heridas durante años. "Al final depende del paciente. Cameron ha trabajado mucho y ha hecho todo lo necesario para que esto saliera adelante", ha asegurado el Dr. Eduardo Rodríguez, jefe de la intervención. 

El donante

El donante, un joven de 23 años campeón de ajedrez y estudiante de cine, había dejado clara a su madre su voluntad de poder dar vida a los demás una vez fallecido, y así fue como Sally, la madre de Will Fisher, decidió darle una segunda oportunidad a Cameron Underwood. 

"La muerte de mi hijo fue una tragedia. Haber podido formar parte de esta experiencia me ha dado mucha fuerza. No creo que hubiera sobrevivido a la muerte de mi hijo si no hubiera sido por Cameron", ha asegurado. 

Cameron también quiso homenajear y agradecer a su donante ya fallecido la generosidad con la que afrontó su vida, y le dedicó unas palabras en la rueda de prensa ofrecida en el hospital. 

La operación

La complicada intervención consistió en un trasplante y reconstrucción de la mandíbula de Cameron, las encías y los dientes, además de la superposición del rostro del donante a su cara. En la operación, los doctores tuvieron también que reconstruir la forma de la boca y el paladar, los párpados  y la lengua. 

En la posterior rueda de prensa tras la recuperación de Cameron, el equipo médico aseguró que ha sido la intervención de trasplante de cara con más tecnología y más avanzada hasta el momento.