Pimpinela: "Defendemos el rol de la mujer fuerte"

Después del libro autobiográfico, ‘Hermanos… La verdadera historia’, viene la gira, que trae a Pimpinela este domingo, 28 de octubre, a la sala Barts (19.00 horas). Hablamos con la parte masculina del popular dúo argentino, el cantante y compositor Joaquín Galán.

Con el libro y ahora con el ‘tour’, ¿qué deseaban contar?

Nuestra parte personal, la que no es tan visible, con el mensaje de que allá donde parece que todo es fenomenal y todo brilla hay también una historia con momentos difíciles.

¿A qué momentos se refiere?

Nuestro padre tenía una enfermedad, la adicción al alcohol, y eso marcó nuestra infancia, con nuestra madre siendo el eje de contención de la familia. Él era asturiano, fue a Argentina en 1948, luego llevó a mamá, leonesa, en 1952. Pero a pesar de esa enfermedad, él era un tipo maravilloso. De él vino nuestra vocación por la música. Salimos adelante por la lucha de mamá por mantenernos unidos y acompañarle en su enfermedad y no dejarlo hasta el día que murió, en 1986.

Cuando Pimpinela ya había despegado.

Tuvimos la suerte de que él viviera nuestro primer éxito con ‘Olvídame y pega la vuelta’, que en diciembre de 1984 cantamos en el programa ‘Estudio abierto’, de José María Iñigo. En La Bustariega, un pueblo pequeño de Asturias, que tenía unas treinta familias, mi padre bajó a todo el mundo al bar de la carretera, el único que tenía televisión, para ver a sus hijos debutar en Televisión Española. Él estaba con diabetes y diálisis. Hubo esos momentos intensos, y luego nuestra relación de hermanos, que no es fácil: se mezcla ser hermanos con ser amigos y socios.

"Nuestro padre tenía una enfermedad, la adicción al alcohol, y eso marcó nuestra infancia"

Pimpinela creó un estilo con esos melodramáticos diálogos de pareja. ¿En qué se inspiraron?

Nos dimos cuenta de que se podía mezclar música con teatro y dramatización corporal, haciendo un juego, dejando de ser hermanos durante tres minutos y metiendo historias de parejas. Eso creo que fue una creación nuestra. ¿Y musicalmente, en qué se inspiró? Pues a lo mejor en Manuel Alejandro, Pérez Botija, Calderón… Camilo Sesto también. Y a mí me gustaban mucho los Beatles, Paul McCartney en particular. De ellos saqué la búsqueda de hacer algo distinto, de crear un estilo.

En el vídeo de otro de sus éxitos, ‘Heroína solitaria’, salía Christopher Reeve. ¿Cómo fue eso?

Estábamos en Los Ángeles y él estaba ahí filmando. ‘Heroína solitaria’ era un homenaje a las secretarias enamoradas de sus jefes, ¡y justo ahí teníamos a Superman, que daba el papel perfecto! Fue un rato nada más. Un tipo simpático, humilde, muy agradecido. Nos quedamos helados cuando luego tuvo el accidente.

Siguen publicando regularmente discos con material nuevo. ¿Les sigue divirtiendo hacer canciones?

Sí, soy yo básicamente quien se encarga de eso, aunque en cada canción hay el punto de vista de la mujer, que comento con Lucía. A estas alturas no necesitamos tener un ‘hit’ para seguir trabajando. A principios de año habrá un ‘single’ nuevo, y además estamos trabajando en una serie, un ‘biopic’.

"Que nos imiten es que algo nuestro ha trascendido. No se puede imitar algo que no tenga personalidad"

¿Una serie al estilo de la de Luis Miguel

Sí, 13 o 15 capítulos contando nuestra historia. Participando nosotros en algún momento, pero con actores que harán nuestros papeles cuando éramos pequeños, etcétera. Nos apetece compartir cosas con la gente que nos sigue después de tantos años. Y al mismo seguimos creando historias sobre la pareja del día de hoy, sobre los celos, engaños e infidelidades. Canciones en las que reivindicamos a la mujer para que hable al hombre de frente.

Pimpinela, ¿feminista?

Defendemos el rol de la mujer fuerte, y Lucía es un poco la de las canciones, la mujer independiente que admira al hombre pero no deja que se la lleven por delante. Por eso nuestras canciones han tenido predicamento, porque es la mujer la que planta cara.

Les han imitado y parodiado. ¿Hay algo que les haya sentado mal?

¡Todo eso nos encanta! Nos gusta reírnos de nosotros mismos y cuando hay alguna parodia, como las de Martes y Trece o Mojinos Escocíos, lo disfrutamos. Es un reconocimiento de que ha habido algo nuestro que ha trascendido, porque no se puede imitar algo que no tenga personalidad.