la jornada electoral

Triple ajuste de cuentas

Josep Maria Terricabras celebra con la militancia la victoria de ERC.

Josep Maria Terricabras celebra con la militancia la victoria de ERC. / periodico

ALBERT SÁEZ

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Las facturas, en política, se acaban pagando siempre. Las elecciones europeas de este domingo fueron un triple ajuste de cuentas. En Catalunya, entre los partidarios de celebrar una consulta el próximo 9 de noviembre. En España entre los que han aplicado dócilmente el austericidio dictado desde la troika. Y en Europa entre los que han pagado más de lo que les parecía justo y los que han sufrido más de lo que merecían.

Esquerra dio ayer, finalmente, el sorpasso que anunciaban casi todas las encuestas en el último año y ayer ganó por primera vez unas  elecciones desde los tiempos de la Segunda República. El liderazgo incontestado de Oriol Junqueras junto con el acuerdo con parte del sector catalanista del socialismo encarnado por Ernest Maragall convirtió a los republicanos en los principales beneficiarios del aumento de la participación en Catalunya, que subió 10 puntos respecto al año 2009. El resultado de las elecciones europeas vuelve a debilitar el liderazgo de Artur Mas en el camino hasta la convocatoria de la consulta prevista para el 9-N. Pero refuerza  electoralmente al bloque de partidos que la apoyan. Ayer sumaron más del 55% de los votos frente al 30,3 % del PSC, PP y C's, que se oponen al referendo. Hace cinco años, la proporción era justamente la contraria.

Habrá que ver qué consecuencias tiene la «reflexión» que anunció el president Mas tras conocerse los resultados que, sin ser un cataclismo, ponen en cuestión la estrategia política de los nacionalistas catalanes.

El éxito europeo es un respiro para los independentistas tras su voto favorable a los presupuestos cargados de recortes del gobierno de CiU que hacía temer por al apoyo de los votantes con más sensibilidad social. El crecimiento de ERC esta vez no ha sido a costa de CiU, que prácticamente mantuvo los resultados del 2009, sino del PSC, que perdió definitivamente la hegemonía de la izquierda. Los socialistas cayeron hasta el 14,2% de los votos, más cerca del cuarto lugar de Iniciativa que del segundo de CiU. En total, 20 puntos menos que en el 2009. La caída fue especialmente significativa en Girona y en Lleida, como advertían los críticos con la actual dirección. La debacle socialista en Catalunya solo es comparable a la del PPC, que es el otro partido que perdió votos, más de 100.000, en un contexto de aumento de la participación. Ciutadans parece haber tocado techo en el mapa catalán, en el que, como en el conjunto de España, irrumpe con fuerza Podemos, la formación de Pablo Iglesias que ocupa así parte del espacio de las CUP en las pasadas elecciones catalanas.

Si el mapa político catalán saltó en estas elecciones definitivamente por los aires, el español empieza a resquebrajarse. El bipartidismo del PP y el PSOE, que ha sido hegemónico desde los años 90 del siglo pasado, sufrió un severo correctivo. La suma de ambas formaciones perdió ayer un 30 % de los votos y no alcanzó el 50 % del total a pesar de sumar 30 de los 54 diputados en disputa. Y la gran novedad es que los terceros en discordia no empujarán hacia la derecha sino todo lo contrario: Izquierda Unida, que triplicó votos y escaños, y Podemos, que en su debut sumó cinco eurodiputados. Si a ellos les sumamos los resultados de Esquerra pero también de Bildu-BNG, agrupados en Los Pueblos Deciden, y la Primavera Europea que cuenta con el pujante Compromís, la suma es que la izquierda arañó 12 eurodiputados al bipartidismo mientras que los que lo han flagelado desde posiciones más populistas, UPyD y Ciudadanos, se llevaron solo 5. Quizá esta circunstancia explica que, en este tsunami, el PP ganara las elecciones con 16 eurodiputados  frente a los 14 del PSOE.

Norte y sur

Estos resultados ponen a España en la estela de la dinámica electoral que vivió ayer el sur de Europa. Los conservadores volverán a ser el principal grupo del Parlamento europeo. Los sondeos les dan 212 escaños frente a los 185 de la socialdemocracia. Portugal, Italia y Grecia vieron ayer avanzar a los partidos críticos con la austeridad desde la izquierda. Mientras, en el centro y en el norte del continente, los beneficiarios del descontento popular fueron las fuerzas antieuropeístas y, muy especialmente, la extrema derecha. Los comicios dieron la victoria al Frente Nacional en Francia con el 25 % de los votos. Un éxito cosechado gracias la hundimiento del socialismo que gobierna.  La amalgama de partidos a la derecha de los conservadores puede llegar a tener un grupo propio pero no alcanzan el 17% de la nueva cámara.

Si los resultados se confirman, todo apunta que se producirá el anunciado acuerdo entre conservadores y socialdemócratas en el que Jean-Claude Juncker quedaría mejor situado que Martin Schulz como candidato a presidir la Comisión Europea. El hecho de que la participación haya tocado suelo debería ser un revulsivo para que la cancillera Merkel y el resto de jefes de Estado y de Gobierno se decidan a respetar el resultado de las urnas y propongan a uno de ellos  para presidir la Comisión.

La lectura de los resultados es, como siempre, el primer acto de la siguiente campaña electoral. Las fuerzas que han liderado hasta ahora el bipartidismo en Catalunya, en España y en Europa han visto cómo las cuentas siempre se ajustan en las urnas.