Oráculo de la consulta

ERC 3 Terricabras y Junqueras (con su vástago en brazos) el pasado domingo en Barcelona.

ERC 3 Terricabras y Junqueras (con su vástago en brazos) el pasado domingo en Barcelona.

XABIER BARRENA
BARCELONA

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A menos de seis meses de la fecha prevista para la eventual consulta, los partidos catalanes se lanzarán esta noche sobre los resultados de los comicios europeos como augures deseosos de desentrañar el futuro.  Pero además de la fortaleza o debilidad del llamado proceso, los partidos se juegan otras cosas.

CiU acudirá al escrutinio con nervios. La apuesta cruzada en el 2012 de abrazarse al soberanismo y, más o menos explícitamente, al independentismo vive otro exigente test. Pero a diferencia de las elecciones al Parlament del 2012, el cojín de diferencia sobre sus seguidores ha desaparecido, al menos demoscópicamente. Ello puede permitir que el mil veces anticipado sorpasso de ERC a CiU sea finalmente una realidad.

Tras la gran implicación de Artur Mas en la campaña de Ramon Tremosa será imposible no responsabilizar, sea bueno o malo el resultado, al president de lo acaecido. Dicho de otro modo: Mas saldrá reforzado o debilitado, sin término medio. También internamente, en CDC y CiU.

ERC espera el desenlace con ilusión. No dudan de que su porcentaje de voto será elevado y sueñan con la guinda que sería la victoria sobre CiU. Y son conscientes de que es una cereza que puede poner al proceso  en un brete: «Ya nos dedicaremos a masajear a Mas y a (Francesc) Homs» apunta una voz socarrona para simbolizar que, en caso de victoria, los republicanos harán exhibición de adhesión inquebrantable al líder del Ejecutivo catalán.

Una forma de acabar con la recurrente queja de la federación sobre que los republicanos no sufren ni un ápice de desgaste por la obra de gobierno que, al fin y a la postre, ellos posibilitan, sería la entrada de ERC en el Govern. Esquerra lo ve posible, aunque recuerdan que si no lo han hecho hasta ahora es porque Mas no se lo ha ofrecido y exponen su principal condición: «Si entramos será para blindar la consulta.

Aun dentro de las interpretaciones en clave soberanista cabe añadir dos apartados. Cuanto más se supere ese 37% de participación registrado en el 2009, más será utilizado por los partidos pro-consulta como argumento a su favor. Y cuanto mayor sea la suma de votos de las fuerzas del pacto sobre el referendo (CiU, ERC, ICV-EUiA --la CUP no concurre), tres cuartos de lo mismo.

EL TERMÓMETRO DE NAVARRO / El resultado será también un buen indicador sobre la gestión de Pere Navarro. Las encuestas otorgan al PSC un tercer puesto, que sería más que digno, si no fuera acompañado por la pérdida de la mitad del voto del 2009. Será esta la primera vez que el nuevo PSC de Navarro, liberado de coqueteos con el catalanismo soberanista se exponga al examen de las urnas. Su diferencial de puntos con ERC, por un lado, y con PP y Ciutadans, por el otro, será clave para las interpretaciones. Verbigracia para saber si los republicanos se han hecho con esa porción del electorado, básicamente del rere-país, que el PSC ha dejado huérfano para atrincherarse en las  murallas metropolitanas en espera de tiempos mejores.

ICV-EUiA conocerá, también, si su ya clásico equilibrio entre la defensa del derecho a decidir y de la consulta y las más críticas posturas antiausteridad siguen siendo el aglomerante que permite tener unido a su  su heterogéneo electorado. Su diferencial con el PSC permitirá calibrar, también, si esa fuerza centrípeta emitida por la dirección del PSC (la que pacto BCN World con CiU) contempla la salida de la órbita socialista no solo de los más catalanista, sino, también, a los más críticos con el statu quo.

El PP tiene como reto saber si la corrupción (caso Bárcenas) le pasa factura y, también, comprobar si su táctica de balance de daños con los partidos pequeños que le muerden los pies, sobre todo en lo que respecta al proceso catalán (Ciutadans, UPD y Vox), tiene o no éxito.