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" El sectarismo nos lleva a algo muy peligroso: prohibirle la palabra al supuesto enemigo.

Togas y puñetas de varios jueces del Tribunal Supremo.

Togas y puñetas de varios jueces del Tribunal Supremo. / ARCHIVO / AGUSTÍN CATALÁN

JORDI QUEROL

Hago muchos esfuerzos pero no puedo. Detesto a todos y cada uno de los personajes de nuestra sociedad que, continuamente y a través de plataformas públicas, expresan y salvaguardan sus puntos de vista como si fueran verdades absolutas. Insisto, no lo soporto. A muchos, el comportamiento de Javier Zaragoza, el que fue fiscal del Tribunal Supremo en el juicio del 'procés' no les gustó, mientras otros lo aplaudieron. Y, ahora, cuando es invitado por la junta de gobierno del Colegio de Abogados de nuestra ciudad a impartir una conferencia en el marco del Congreso de la Abogacía de Barcelona, asociaciones de juristas y otras muchas entidades de marcado signo separatista han firmado diversos manifiestos en contra de esta invitación y de María Eugenia Gay, decana del colegio. Ya digo, me sorprende que no se quiera escuchar a este señor. La razón es muy sencilla, aguzando el oído y grabando sus palabras, nos ayudaría a reforzar nuestra opinión sobre él o, a lo mejor, modificarla. El sectarismo y la posesión de la verdad nos lleva a algo muy peligroso: prohibirle la palabra al supuesto enemigo.

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