Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

Rajoy gobierna desde la mayoría absoluta (sin tenerla)

El presidente Rajoy, durante una sesión de control en el Congreso.

El presidente Rajoy, durante una sesión de control en el Congreso. / JUAN MANUEL PRATS

Jesús Pichel

El PP perdió la mayoría absoluta que tuvo entre el 2011 y el 2015, pero lo cierto es que las consecuencias de aquella mayoría soberbia -que no pactaba, que legislaba según su propio criterio porque no tenía reparo alguno en imponerlo con sus votos- aún las vivimos cotidianamente.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

Perdió la mayoría absoluta en el 2015 y durante el larguísimo período de interinidad hasta la repetición de las elecciones en el 2016, el Gobierno de Rajoy dejó prácticamente inactivo el trabajo parlamentario, amparándose en la interinidad de un gobierno en funciones. No recuperó en las elecciones del 2016 aquella mayoría absoluta perdida, aunque sí ganó algunos votos y algunos diputados. La incapacidad de la oposición para construir una mayoría parlamentaria alternativa por sus recelos mutuos, permitió, y permite, un gobierno en minoría que sigue la misma estrategia parlamentaria, dejando al mínimo su actividad.

La consecuencia mayor es que, mientras no haya una mayoría alternativa que las derogue, las leyes que aprobó aquella mayoría descarnada del Partido Popular -unas veces neoliberales, las más de la veces, ultraconservadoras- siguen vigentes y, por tanto, interviniendo en nuestra realidad judicial, política y social: sin mayoría absoluta, Rajoy gobierna 'desde' la mayoría absoluta.

Ni los casos de corrupción, ni los recortes sociales, ni las torpezas en el conflicto secesionista, ni los problemas para aprobar los presupuestos, ni las escandalosas limitaciones a la libertad de expresión parecen hacer mella en un PP que conserva los bancos azules y se sienta en el Consejo de Ministros, con la seguridad de que la oposición será incapaz de relevarles y de que aún conservan un número sustancial de fieles electores.

Las airadas manifestaciones de jubilados y pensionistas, hartos de los abusos, pueden estar poniendo en jaque al Gobierno -esperemos que no se atreva a disolverlos a porrazos- y, sin duda, están dando una lección y una oportunidad a los partidos de oposición que, si no me equivoco, dejarán escapar.

Participaciones de loslectores

Másdebates