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Carta de un lector: "La piñata de Pedro Sánchez demuestra que la libertad de expresión tiene límites"

La simulación del ahorcamiento del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la protesta de Nochevieja frente a la sede nacional del PSOE en la madrileña calle de Ferraz.

La simulación del ahorcamiento del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la protesta de Nochevieja frente a la sede nacional del PSOE en la madrileña calle de Ferraz. / Diego Radamés / Europa Press

La lamentable Nochevieja alternativa protagonizada por un grupúsculo de radicales, apaleando una piñata en forma de muñeco de Pedro Sánchez, frente a la sede del PSOE en la calle de Ferraz de Madrid. Vociferando de manera visceral, ha reabierto el debate sobre los límites de la libertad de expresión y los delitos de opinión precisamente cuando se va a debatir en el Congreso la despenalización de las injurias a la Corona, el enaltecimiento del terrorismo y las ofensas a los sentimientos religiosos.

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Lo cierto es que, en nuestra legislación penal, odiar no constituye delito. No debe vulgarizarse el lenguaje jurídico. Desde luego, ese triste y penoso episodio merece la enérgica repulsa, el reproche ético, moral y político, pero carece de recorrido penal. Este tipo de conductas deben ser, de inmediato, contundentemente condenadas por los partidos políticos, sin doble vara de medir. Es preciso que la división frentista, la crispación y la polarización política no se trasladen a la calle con riesgo de quiebra de la convivencia.

Por lo demás, la libertad de expresión tiene unos límites, y, ciertamente, las deplorables imágenes difundidas contienen violencia, desprecio y deshumanización.

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