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Mujeres florero, pero con todo el derecho a serlo

Asistimos un año más a las campanadas de fin de año y este ha venido cargado de antemano de expectación e intriga. La Pedroche y su campaña de marketing en las redes para captar audiencia durante esa noche  en cuestión, había  hecho sus deberes.

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Algunos opinan que es una liberación para la mujer, y abogan por la libertad y sus derechos, algo que ya hace años que está conseguido; creo que nadie ha descubierto nada a estas alturas y sobre todo en nuestro país. Toda mujer que lo considere y esté en condiciones de hacerlo puede hacer un 'Interviú''topless' o difundir fotos en las redes sociales como quiera, y no supone un escándalo.

Pero la cuestión no está en la libertad de la mujer para hacerlo o no, algo más que superado, sino en la imagen que se proyecta cara a las nuevas generaciones y en el momento actual de crisis que nos atañe. Parece que no triunfa una buena estudiante o una mujer formada universitariamente o con múltiples idiomas o con aptitudes y actitudes inteligentes, sino un cuerpo bonito que hace el deleite de los hombres. Y yo me pregunto: ¿Seguimos en el mismo sitio que antaño? ¿Somos  solo un objeto de deseo o tenemos otras capacidades y podemos ocupar puestos de responsabilidad en los diferentes ámbitos de la sociedad

Podemos entonces hablar de la libertad de la mujer para  aparecer como quiera o podemos hablar de que esa imagen nos debilita de nuevo y nos encasilla en ser mujeres florero, en el culto al cuerpo y que si no utilizamos nuestras armas de mujer nunca tendremos éxito. Realmente de lo que hablamos es de utilizar a la mujer para conseguir audiencia y no nos damos cuenta de que las nuevas generaciones ven este acto un reflejo de lo que la sociedad valora y premia. Todos sabemos que no es una decisión personal, sino que detrás de un vestido transparente en una mujer diez, hay muchos intereses económicos y una huella que queda en la retina del espectador. Quizás no hemos avanzado tanto y sigamos siendo un florero, eso sí un florero con todo el derecho a serlo.

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