Los pisos turísticos como fuente de problemas

Últimamente se oye hablar mucho de la proliferación de pisos turísticos en el centro de las ciudades y el grave peligro que ello constituye para la estabilidad urbana.

Leí recientemente que un piso turístico es fuente de problemas potenciales entre turistas y vecinos, por diversas causas: deterioro de las zonas comunes, utilización irresponsable de los servicios de la comunidad, molestias por alborotos nocturnos, etc.

Algunos de los ayuntamientos con mayor número de pisos turísticos han decidido imponer severas condiciones para conceder licencias de pisos de uso turístico. Quien quiera utilizar un piso como una pensión con una rotación elevada de inquilinos tendrá que acogerse a una regulación muy estricta.

Desde enero de 2017, el ayuntamiento de Barcelona puso en marcha el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT), una normativa que pretende regular la implantación y la gestión de pisos turísticos en Barcelona.

A fin de conciliar dicha implantación de alojamientos turísticos con un modelo urbano sostenible, el ayuntamiento decidió dividir el municipio en cuatro zonas, en una de las cuales, concretamente, en la zona 1, en la que se incluye l'Eixample, no se contempla la concesión de nuevas licencias.

Es más, la PEUAT determina que no está permitida la implantación de ningún tipo de alojamiento turístico nuevo en esta zona, ni tampoco es posible una ampliación del número de plazas de los establecimientos ya existentes. Por tanto, cuando cese la actividad de una vivienda turística, no será posible llevar a cabo la apertura de una nueva.

Sin embargo, los pisos turísticos crecen como setas.