Injusta tributación de los planes de pensiones

La actual regulación y tratamiento que se da en España a los planes  de pensiones privados (no los promovidos por los empresarios para  sus trabajadores) supone, a mi juicio, un enorme fraude y engaño a los  confiados ciudadanos que, de buena fe, contratan dicho producto.

Ahora que se discute acerca de la evidente injusticia que supone  cualquier doble imposición o tributación fiscal por un mismo dinero o  bien (como sucede con el Impuesto de Sucesiones), creo que puede  afirmarse que el tratamiento fiscal de los planes de pensiones, al ser  rescatados por su titular y propietario, es escandaloso, injusto,  abusivo e injustificable, pues no se les reconoce el carácter de  ahorro, sino el de ingresos o rendimientos del trabajo, como si se  tratase de una pensión pública o de un salario que un empresario te  estuviese pagando en contraprestación por un trabajo (cuando,  generalmente, al rescatarlo, ya estás jubilado).

Con el señuelo que supone la desgravación fiscal en la declaración  de la renta el año en que se efectúa cada imposición, se atrae al  ahorrador, que deposita ahí sus ahorros (por los cuales ya ha  tributado), los cuales quedan inmovilizados hasta el momento de la  jubilación, y que se encuentra con la sorpresa de que cuando lo rescata, una buena parte de esos ahorros se esfuman en forma de  impuesto (en mi caso, dependiendo de la cantidad que rescate, esa  pérdida nunca es inferior al 32%). Si esto no es una doble imposición  y un abuso.

Creo que lo justo es que solamente tribute en el IRPF el beneficio o  ganancia que se pueda haber producido, pero nunca el ¿capital¿  depositado, como si se tratase de un dinero 'ajeno' al ahorrador.