"El horror a la vuelta de la esquina y necesitamos una cura"

Vivimos tiempos de preocupación a nivel global sobre el calentamiento del planeta, los problemas ecológicos, los movimientos migratorios de personas que llegan a Europa huyendo de las dictaduras y del terror; se habla de Greta Thunberg, una adolescente que clava palabras en nuestras conciencias, de una nueva crisis global, etcétera.

Pero muchas veces olvidamos que el horror, la miseria humana, está a la vuelta de la esquina o en el portal de nuestra casa.

El adolescente de 16 años que ha lanzado al río Besòs a su propio hijo recién nacido es una buena muestra de ello. Sinrazón y absurdidad pura, raíz de un horror casi cósmico. Y de la madre del bebé, otra adolescente de 13 años, que durante nueve meses ha mantenido oculto a todo su entorno, incluidos sus padres, su propio embarazo.

Y surgen muchas preguntas al respecto. ¿Cómo esa niña ha conseguido mantener oculto su embarazo? ¿Cómo esos padres no lo habían observado en su niña? ¿Qué tipo de educación moral y humana ha recibido ese joven, para lanzar a su hijo recién nacido al río? Ahora todo van a ser lamentaciones y condenas, pero esto ha sucedido con un par de niños, en nuestra sociedad aparentemente civilizada.

Creo firmemente que se han perdido ciertos valores, y que hay que educar mucho más en humanismo a nuestros jóvenes, quienes serán la civilización del futuro.

Mientras tanto, pienso que miramos más allá de nuestras fronteras, y muchas veces olvidamos el horror que nos colinda. Para mí, este suceso supone un fracaso de nuestra sociedad y sistema de valores.

Decir que la sociedad está enferma puede parecer un tópico desgastado, pero sí que creo cierto que nuestra sociedad y civilización necesitan una cura.