Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

La estrategia de crispar para conseguir un voto

zentauroepp34424668 valencia 23 6 2016 pol tica  elecciones generales 26j  almac190224184711

zentauroepp34424668 valencia 23 6 2016 pol tica elecciones generales 26j almac190224184711 / MIGUEL LORENZO

Jesús Pichel

Hace unos días, un amigo - excelente persona y profesional- ya  jubilado me preguntaba con cierta amargura: "¿De verdad puede haber tanta gente que vea bien la crispación política que hay?, ¿Cómo no están hartos de tanto insulto, de tanto griterío? Pregunta con respuesta desalentadora porque, probablemente, cada quien pasará  por alto la crispación que provocan los suyos y se escandalizará con la de los demás (los 'crispadores' siempre son los otros). Basta, para comprobarlo, con leer los brutales comentarios de algunos lectores según qué artículos en qué periódicos digitales.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

En estos días parece que sí ha habido alguna muestra de ese hartazgo que reclamaba mi amigo: la concurrida concentración en Colón que, pese a lo que digan los organizadores, no fue nada espectacular; y la poca incidencia que ha tenido la pretendida huelga general en Catalunya, o la escasa participación, cuarenta mil dice la Guardia Urbana, en la manifestación en Barcelona. Pero quizá esto solo sea un espejismo.

Las emociones no son algo que de suyo surge espontáneamente en  nosotros sino una construcción cultural que poco a poco vamos asumiendo hasta hacerla propia. Los sentimientos de asco, de  desaprobación, de ofensa, de vergüenza, etcétera se aprenden, como se aprende qué amar, ante qué compadecernos o con qué solidarizarnos (los insectos que tanto nos repugnan y jamás comeríamos son un plato exquisito para otros).

Y a las emociones apela la crispación, presentando todo machaconamente como una inaceptable ofensa a lo más valioso, como una traición, como un apocalíptico deshonor, hasta modular y modelar nuestras conciencias. Nos están haciendo pagar un precio demasiado alto para conseguir un voto más.

Quedan algo más de sesenta días para las elecciones generales y noventa para las europeas, autonómicas y municipales; dos o tres meses para incrementar o rebajar la tensión y el ruido político, dos o tres meses para terminar de hartarnos y decirles a los 'crispadores', con nuestros votos, que basta ya.

Participaciones de loslectores

Másdebates