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El 'pequeño' gesto de una llamada al felicitar el cumpleaños
Adolescentes con un móvil en una imagen de archivo /
FERRAN NADEU
El pasado martes cumplí 22 años. Este año ha sido de lejos el que más gente me ha felicitado a lo largo de mi vida y no podría estar más contento si no fuera por una cosa. Quitando las personas que me felicitaron en persona, tan solo dos se tomaron la molestia de llamarme para felicitarme.
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Me llegaron incontables mensajes a lo largo del día felicitándome y me di cuenta de que algo está cambiando. Durante todo el día, eché de menos notar que quién me felicitaba lo hacía porque realmente lo sentía, eché de menos notar que no se me felicitaba sólo porque la gente lo había visto en las redes sociales. Ninguno de los mensajes que recibí me transmitió ni la mitad de lo que transmite una voz sincera y eso es porque el pequeño gesto de una llamada, hoy en día, no es tan pequeño.