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El ceño fruncido de Pablo Iglesias

José González Fuxà

Hay quien se sorprende por el acuerdo entre PSOE Ciudadanos. Sin  embargo, lo que creo que más debería sorprender es la sistemática  negativa de Podemos, puesto que esa negativa atenta contra la propia  lógica del partido. Creo que los españoles, en especial los que  votaron a Podemos o a sus confluencias, merecen una explicación de  cuál es la medida del acuerdo que no suscriben y el por qué. Si  defienden una educación libre y crítica, ¿por qué no se suman a un  pacto nacional que no esté sujeto a cambios a la luz de quien  gobierne? Si se presentan contrarios a los blindajes de los políticos,  ¿por qué no quieren apoyar un pacto para suprimir aforamientos?

Si su  interés es el de reducir el desfalco para invertir en bienestar y en  política social, ¿por qué negarse a eliminar instituciones con  funciones duplicadas o con una legitimidad obsoleta? Si tan parecidos  eran los programas entre PSOE y Podemos en materia de contratación,  ¿por qué negarse a unirse al propuesto en el pacto que está más cerca  del programa socialista que no del de Ciudadanos (si era ese el  problema)? Sin duda los argumentos para no apoyar el pacto no pueden  ser, de ningún modo, argumentos políticos, sino que parece que Pablo  Iglesias está más enfadado por el acercamiento de Ciudadanos al PSOE  ya que tira por tierra todos los esfuerzos que ha puesto en vincular  injustamente al nuevo partido naranja con el partido popular. Quiero  pensar que son estos los argumentos, puesto que la alternativa es que  vea más lejana ahora la posibilidad de conseguir vicepresidencias o  carteras ministeriales a su antojo, y por ende, tomar parte en el  control de un gobierno de coalición en el que se promulguen medidas  sociales que impliquen la necesidad de atormentar a impuestos a la  clase media, y que sea esto lo que le haga fruncir el ceño. Curiosa  paradoja presenta el partido morado.

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