¿Comprometen los talibanes la erradicación de la poliomielitis?

En 2020, el mundo celebraba la erradicación de la polio de África y anunciaba su inminente eliminación, cuando se borrara de Pakistán y Afganistán, los últimos países donde sigue endémica. Un año después, el desastre afgano podría desbaratar esos planes. 

El 17 de agosto, el mando talibán llamó a los sanitarios a volver al trabajo. El 30 de Agosto, la OMS consiguió entregar un primer lote de medicamentos por avión en el aeropuerto de Kabul. A la vez, la casi totalidad de los centros de salud Sehatmandi (una red impulsada por la cooperación internacional) han cerrado, dejando a millones de personas sin asistencia, según la OMS.

¿Cuál es la situación global de la polio?

La poliomielitis se transmite por agua contaminada, afecta especialmente a la infancia y puede llevar a la parálisis. No hay cura pero sí hay vacuna. Gracias a ella, los casos se han reducido en un 99.9% desde 1988. En zonas de África con bajos niveles de inmunización, se dan casos causados por mutaciones del virus contenido en la vacuna. Si la erradicación no ocurre ya, otras 200.000 personas podrían enfermar en diez años. En Afganistán, la polio ha resurgido en los últimos años por la guerra, la pandemia y las suspicacias de los talibanes.

¿Cuál es la actitud de los talibanes?

En 2019, los talibanes prohibieron las vacunas de la polio durante unos meses en los territorios que controlaban. Ello expuso a millones de niños a la infección, según UNICEF. “En la época anterior de los talibanes había un rechazo a todo lo que venía del mundo occidental, rodeado de toda clase de mitos”, recuerda Blanca Carazo, responsable de programas internacionales de UNICEF España. A los talibanes se han atribuido incluso atentados contra vacunadores.

Sin embargo, Hamid Jafari, director del programa de la OMS para la erradicación de la polio en la zona que incluye Afganistán, quita hierro al asunto. “Los talibanes no han sido nunca antivacunas. Las prohibiciones de acceso en las áreas que controlaban era una prohibición a la vacunación casa por casa, por razones de seguridad, no una oposición a la erradicación. Confiamos en su apoyo”, afirma. “Los programas de vacunación implican que trabajadores externos vayan de puerta a puerta y rellenen registros. Grupos como los talibanes temen que sean una cobertura para obtener inteligencia”, afirma Johnathan Kennedy, investigador en salud global de la Universidad Queen Mary de Londres.

En efecto, una falsa campaña de vacunación fue empleada para dar con Osama Bin Laden en Pakistán. Según Kennedy, mucho dependerá de la imagen que los talibanes quieran proyectar. “Permitir la vacunación es una manera de hacer amigos, obstaculizarla es una para enfurecer [a la comunidad internacional]”, observa. Jafari afirma que las campañas programadas dentro de 2021 están planificadas para ser puerta a puerta.  

¿Qué más podría comprometer la erradicación?

• Discriminación de las mujeres. “Nuestra red de trabajadores comunitarios está compuesta en gran parte por mujeres que dan charlas a las madres, van casa por casa, etcétera”, explica Carazo. La discriminación que los talibanes ejercen contra las mujeres podría comprometer la campaña. “Estamos trabajando entre bambalinas para asegurar la continuidad de las actividades de erradicación de tal forma que no amenace la seguridad de los trabajadores”, afirma Jafari.

• Refugiados sin protección. Abandonar a si mismos los afganos que huyan de su país podría facilitar rebrotes. “Las vacunas son una manera para evitar la transmisión. El agua limpia y la higiene son la otra. Si millones de personas se concentran en campos sin medidas sanitarias, podría ser un desastre”, alerta Kennedy. “Hay que hacer esfuerzos para asegurar que los niños migrantes sean vacunados”, coincide Jafari, que dice estar trabajando con los principales países receptores, Pakistán e Irán. 

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• Falta de ayuda internacional. “El programa no puede funcionar si colapsa la infraestructura sanitaria básica. Trabajamos para que los donantes sigan proporcionando una ayuda humanitaria muy necesaria”, afirma Jafari. La inversión de la propia OMS será determinante: una investigación reciente detectó recortes a la financiación de la erradicación de la polio. 

• Una guerra civil. Las fuentes consultadas coinciden en que un conflicto armado entre los talibanes y sus opositores (como los del valle del Panshir) comprometería gravemente los programas de vacunación.