Doble de 'fast food' en Collblanc

En conversación con este periódico Rodríguez explica lo que ha supuesto, para los vecinos de la zona, tener que convivir con un McDonald´s cuya ventanilla de pedidos da directamente a la calle (uno de los pocos de estas características, en toda España). Una retahíla de suciedad, ruidos, malos olores derivados de la cocina, acumulación de personas en las aceras y la novedad de los últimos años: la concentración de 'riders' o repartidores de comida a domicilio en busca de pedidos. Con un horario de entrega que se extiende más allá de la 1 de la madrugada, en días laborables.

Por si no bastaba con ello, el inversor del local colindante llegó a un acuerdo con la franquicia de Kentucky Fried Chicken (KFC) para poder abrir un restaurante al lado del McDonald's. Viendo que su malestar se multiplicaría por dos, Rodríguez, su mujer y demás vecinos de la carretera de Collblanc acudieron a la concejalía de Urbanismo y Sostenibilidad de l'Hospitalet para exponerles el problema: del mismo modo que no se permiten dos bares musicales cercanos, defendieron que tampoco debería permitirse la construcción de dos locales de comida rápida de forma contigua. Pero las conversaciones con el consistorio no han impedido que la construcción del KFC siga su curso.

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Fuentes municipales consultadas explican que el conflicto entre los vecinos de la carretera de Collblanc y los 'fast food' de la discordia afecta a ciudadanos privados y que, cuando se les ha requerido, han actuado como mediadores. Pero, alegan, el local de comida rápida actual y el que está en construcción cumplen con la normativa existente y para atender las peticiones vecinales haría falta cambiar la regulación municipal. Algo que no se puede ejecutar de un día para otro. A partir de los argumentos del consistorio, Suñé replica que el Ayuntamiento podría hacer más al respecto. Por ejemplo, establecer una moratoria si se produce una concentración de restaurantes de alta intensidad (tal como se ha hecho, explican, con los clubes cannábicos).

Ante la falta de avances, el pasado jueves los vecinos afectados aprobaron presentar una denuncia contra el inversor que ha cedido el local para la franquicia de KFC, intentando aprovechar un resquicio legal que ofrece eliminar la chimenea de salida de las cocinas (sin ella, no se podría construir el restaurante). Pero insisten en que ese no es el verdadero problema. Y es que no es lo mismo pedir un doble de hamburguesa a que se instale un doble e intenso 'fast food' al lado de tu casa.