Entrevista

Eduard Cabré: "La vivienda social de propiedad es una política franquista"

Consultor en políticas de vivienda, expone su análisis en pleno debate sobre la futura Ley de la Vivienda y sobre cuál sería la mejor forma de regular los desbocados precios del alquiler. Cabré es uno de los participantes en la sesión que presentará las conclusiones del ciclo ‘La emergencia del hábitat urbano: retos y oportunidades’, que organiza el Observatori Social de la Fundació la Caixa. La jornada tendrá lugar el martes día 30, de 16.00 a 20.00 horas, en el Palau Macaya de Barcelona. La entrada es gratuita previa reserva en palaumacaya.org y la sesión se ofrecerá en diferido a partir del 1 de abril.

Eduard Cabré, fotografiado en el Palau Macaya.

Eduard Cabré, fotografiado en el Palau Macaya. / JORDI COTRINA

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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En Catalunya el 72% de las viviendas son de propiedad y en España esta cifra llega al 76%. ¿Esto predetermina el debate?

Totalmente. Los propietarios quieren que sus viviendas mantengan el precio y no se devalúen, por lo tanto cualquier política que ponga en riesgo esta dinámica les hace sufrir. Predetermina el debate y la opinión pública respecto al debate.

¿Se protege más el derecho a la propiedad que a la vivienda?

En cierta forma sí, pero muchos propietarios tienen hijos o sobrinos que no pueden acceder a una vivienda y también son sensibles a las necesidades de vivienda.

¿Plantear la vivienda como un derecho universal es utópico?

Es utópico en el sentido de pensar que la administración pública provea casas para todos vía vivienda pública, porque esto significaría que más de la mitad de las viviendas deberían ser de titularidad pública. Pero sí puede ser un objetivo de política pública universal.

¿Cómo?

Con una parte pública del parque de viviendas, ayudas al alquiler y otros tipos de ayudas, una regulación del marco privado y otros mecanismos.

La regulación de los precios del alquiler ya rige en Catalunya y es el nudo de la futura Ley de Vivienda. ¿Regular el alquiler es franquista?

La regulación de los precios de los alquileres en la España franquista se produjo también en la mayoría de países europeos tras la II Guerra Mundial, así que, más que franquista, esa regulación es propia de una época. 

"La regulación tiene que garantizar que no desincentivará a los propietarios a la hora de ofrecer vivienda en alquiler"

¿En qué es distinta la propuesta de regulación Unidas Podemos?

Es muy distinta porque no se trata de un control rígido en el sentido de que no se puedan actualizar las rentas, sino que se contempla una actualización basada en el IPC y cuando se hagan mejoras se podrán repercutir escalonadamente esas mejoras en el alquiler.

¿Una regulación a la larga podría reducir la oferta de alquiler?

La regulación es imprescindible, pero tiene que garantizar que no desincentivará a los propietarios a la hora de poner la vivienda en alquiler y mantenerla y rehabilitarla en el sentido energético. 

¿Por qué se ha construido tan poca vivienda protegida durante la última década?

Se ha hecho poca, pero en España se ha construido mucha vivienda protegida desde el inicio de la democracia. Lo que ocurre es que era un parque que tenía una regulación temporal y con el tiempo estas viviendas se han desregulado.

¿Cómo es posible que se pueda comprar y vender una vivienda protegida?

El término vivienda protegida solo existe en España. La mayoría de países europeos hablan de vivienda social o asequible y se presupone que es de alquiler. La figura de la vivienda social post segunda guerra mundial en régimen de propiedad es ‘made in Spain’ total.

"La política franquista buscaba que la gente estuviera pendiente de pagar la hipoteca y no se rebelara contra el sistema"

¿Y ‘made in Franco’ también?

Sí, es un política franquista. Se quería un país de propietarios y no de proletarios. Se buscaba que la gente estuviera pendiente de pagar la hipoteca y temerosa de perder su trabajo y no se pudiera rebelar contra el sistema, contra el propietario o contra la fábrica.

La vivienda como herramienta de control social.

Exacto.

Si con la pandemia se acabara produciendo un éxodo rural y el turismo no fuera tan masivo, ¿se facilitaría el acceso a la vivienda?

Yo aún no veo un cambio de paradigma, pero aunque este fuera el caso dudo de que repercutiera en una mayor accesibilidad a la vivienda. Como se vio en la crisis de 2008, hay mucho capital privado, sobre todo internacional, que utiliza estos contextos adversos para poner su capital en el ámbito de la vivienda.

A menudo se citan Berlín o Amsterdam como modelos para Barcelona.

Una cosa es a quién miras y otra si podrás llegar a ser como él. El modelo a admirar y desear es Viena. Tiene prácticamente un tercio de vivienda pública, un tercio de vivienda social gestionada por entidades sin ánimo de lucro y un tercio de vivienda privada que además tiene una parte de alquiler regulado. Incluso alguien de derechas diría que es un modelo admirable.

"El modelo a admirar y desear es Viena, pero para llegar a él Barcelona tendría que expropiar o comprar vivienda en masa"

Pero…

Tras la guerra, Viena tuvo que reconstruirse con una inversión pública increíble. Para plantearse algo así Barcelona tendría que expropiar o comprar en masa muchísima vivienda, con un presupuesto inimaginable. Viena es un ejemplo al que no podremos llegar nunca.  Barcelona y Catalunya tienen que construir su propio modelo, teniendo en cuenta otros ejemplos pero con su propia idiosincrasia. 

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¿No es algo perverso dedicarse a reflexionar sobre la falta de vivienda en un espacio patrocinado por un gran banco?

Me lo planteé cuando acepté participar en las jornadas y hacer esta entrevista y pienso dos cosas: primero, yo voy a decir lo que quiera y agradezco que nadie me haya puesto ningún condicionante, además es una oportunidad para llegar a más personas; por otro lado, entidades como La Caixa tienen que jugar un rol en este modelo de vivienda que queremos construir, no hay que excluirles, pero creo que tienen que hacer un cambio de actitud y de prioridades.