PERIODISMO CON EL CIUDADANO

Hablan los trabajadores esenciales: "Pasé con el bus y me aplaudieron"

Mientras buena parte de la sociedad está confinada, los trabajadores de servicios básicos siguen dando la cara día a día para atender al resto de la ciudadanía

EL PERIÓDICO entrevista a ocho de estos profesionales para saber cómo es su vida cotidana cuando el resto del mundo se halla en cuarentena

Sonia, Olaya y Priscilla, tres de las profesionales de servicios básicos que dan la cara por la ciudadanía durante el confinamiento.

Sonia, Olaya y Priscilla, tres de las profesionales de servicios básicos que dan la cara por la ciudadanía durante el confinamiento.

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Manuel Arenas
Manuel Arenas

Redactor y coordinador del equipo de información del área metropolitana de Barcelona

Especialista en historias locales, audiencias e información del área metropolitana de Barcelona y reporterismo social

Escribe desde área metropolitana de Barcelona

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La pandemia mundial del coronavirus y las restricciones que ha desatado han obligado a buena parte de la sociedad al confinamiento en cuarentena. Sin embargo, y más allá del personal sanitario, una serie de trabajadores con profesiones estrechamente vinculadas a servicios básicos siguen dando la cara día a día para atender al resto de la ciudadanía a pesar de la situación de excepcionalidad.

EL PERIÓDICO ha entrevistado a ocho de estos profesionales para saber cómo es su vida cotidiana mientras el resto del mundo está confinado. Hablan de cuál es actualmente su día a día, de cómo las preocupaciones fruto de la crisis sanitaria han cambiado sus rutinas y de la función social de su oficio en beneficio de la comunidad. Estas son sus historias en primera persona.

"Sabemos que en casos de emergencia somos la primera línea: va en el uniforme"

Priscilla Larrañaga (Badalona, 1981)

Sargento de Guardia Urbana

"Desde la Guardia Urbana de Badalona estos días tratamos que se cumplan las medidas del estado de alarma. Al principio, cuando todos estábamos a la expectativa, dábamos información y avisábamos a la ciudadanía, pero ahora, tras días advirtiendo, lo hemos endurecido y hacemos alrededor de unas 100-120 denuncias diarias. Se nota que la gente está cansada y ya no quiere estar en casa: busca mil excusas para salir; por ejemplo, denunciamos a un señor por llevar un perro de juguete como excusa y a una señora que llevaba un carro de la compra lleno de chaquetas y resultó ir a casa de una amiga. Tenemos asumido que, en casos de emergencia, somos la primera línea: va en el uniforme. Aunque, como todos, tenemos sentimientos encontrados: queremos trabajar por el bienestar público, pero tenemos la preocupación de no enfermar para no perjudicar a gente cercana. Estamos muy agradecidos por cómo nos está tratando la gente, en especial la comunidad china, que nos ha traído mascarillas y geles".

Priscilla Larrañaga, sargento de la Guardia Urbana de Badalona. / ÁLVARO MONGE

"Si dejamos de recoger basura un día, se lía la mundial"

Juanjo Martos (Barcelona, 1982)

Basurero

"Desde que llegó el coronavirus en las calles hay poca gente, pero sí que me he encontrado a los típicos chavalitos tomándose unos cubatillas sin pensar mucho con la cabeza. Si la gente fuera un poco más civilizada y dejara las bolsas donde debe, nosotros nos evitaríamos tener que meter las manos en según qué sitios. Es cierto que ahora, al haber miedo a bajar a la calle, la gente tira la basura cada dos días en vez de a diario, aunque algunos también se buscan esa excusa para que les dé el aire. Una cosa tengo clara: si dejamos de recoger basura un día, se lía la mundial. Por eso entiendo perfectamente que nos toque trabajar: hay que dar el servicio, del mismo modo que lo dan sanitarios, bomberos o policías. Aunque no tengamos tanto reconocimiento en Instagram, los basureros también somos necesarios".

"Me siento responsable de no contagiarme porque trabajo con un grupo de riesgo"

Helena Ginés (Sant Adrià de Besòs, 1992)

Fisioterapeuta en una residencia de ancianos

"Habitualmente mi trabajo consiste en atender a ancianos que necesitan mejorar su movilidad articular, así como ofrecerles acompañamiento. Cuando llegó el coronavirus las actividades grupales y nuestro movimiento por las plantas quedó limitado, de modo que ahora doy apoyo a las personas dependientes y hablo con sus familiares. Me frustra estar tan limitada, pero aunque no pueda trabajar con normalidad, ayudar ya me reconforta: si estuviera en casa encerrada sería mucho peor. Estos días me siento responsable de no contagiarme porque trabajo con un grupo de riesgo, por eso evito ir al trabajo en metro y camino 35 minutos. Me preocupa el posible contagio de estas personas si son derivadas a un hospital y, sobre todo, su aislamiento social. Y me sorprende que haya quien no entienda el riesgo que se corre si se va a visitar a un familiar".

"Pasé con el bus y la gente me aplaudió como símbolo de agradecimiento"

Susana Molina (Santa Coloma de Gramenet, 1987)

Conductora de autobús

"Trabajo en un servicio de bus diurno, concretamente la B15 de Santa Coloma de Gramenet. Si algo ha cambiado a raíz del coronavirus es que ahora hay menos tráfico y casi nadie se sube al bus, así que vamos algo más relajados; tampoco vendemos billetes ni hacemos descambios. Si normalmente hago unas 300 validaciones en mi turno, ahora estoy haciendo unas 16. Respecto a trabajar de cara al público... al principio dices: 'Jolín', porque tú también quieres quedarte en casa, pero luego piensas: 'Es que si nosotros no estamos, la gente no puede llegar al trabajo o al hospital'. Mi preocupación es la misma de todos: siempre hay miedo al contagio. El mejor momento durante el coronavirus fue el otro día: pasé con el bus por un sitio y la gente me aplaudió como símbolo de agradecimiento".

Susana Molina, conductora de autobús. / RICARD CUGAT

"Correos funcionó hasta en la Guerra Civil: la comunicación es un servicio esencial"

José Mª Alonso (Barcelona, 1968)

Cartero de Correos

 "Aunque los primeros días fueron de indecisión, desde la activación del estado de alarma sí tenemos órdenes claras: nada de contacto con el destinatario, dejar paquetes en el felpudo y no necesidad de firma. Claro que entiendo que tengamos que trabajar: Correos funcionó hasta en la Guerra Civil porque la comunicación es un servicio esencial, aunque es cierto que estos días el reparto ha bajado muchísimo, quizá hasta un 70% de golpe, sobre todo en paquetería. Noto mucha inseguridad y recelo; la gente es cada vez más distante porque nadie sabe cuánto va a durar esto. Económicamente no sabemos cuál será la afectación final; de momento nos han partido el turno para no coincidir todos en la oficina el mismo día".

"Se hicieron pedidos de alimentación que no se habían hecho en la vida"

Dolores Ballesteros (L'Hospitalet de Llobregat, 1960)

Cajera de supermercado

"Al principio hubo miedo, pero mi empresa, el Hipercor de Barcelona, enseguida reaccionó con mascarillas y guantes y cambió los horarios para que podamos llegar antes a casa. A pesar del miedo, a todos nos toca arrimar el hombro; cuando ofrecieron coger vacaciones nadie lo hizo porque todo el mundo está dando el callo. A finales de la semana pasada fue algo increíble: se hicieron pedidos de alimentación que no se habían hecho en la vida, incluso los compañeros de El Corte Inglés bajaron a Hipercor a ayudar. Desde el pasado martes hay una bajada de la euforia: parece que la gente ha asumido que no va a faltar comida. Me gusta que se aplauda a los médicos, pero creo que las otras profesiones que estamos de cara al público también los merecemos".

"La gente que viene a la farmacia me pregunta cómo de grave es esta crisis"

Olaya Raiss (Barcelona, 1992)

Farmacéutica

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"Antes la gente se repartía a lo largo del día, y ahora la mayoría viene a la farmacia por la mañana. Se nota mucho el nerviosismo: me suelen preguntar cómo de grave es esta crisis. ¿Qué suelen comprarnos más? paracetamol, ventolín e ibuprofeno. Veo bien tener que trabajar estos días por nuestra responsabilidad civil, pero creo que a quienes estamos expuestos a diario se nos deberían proporcionar más recursos; por ejemplo, se deberían agilizar los diagnósticos y se tendría que facilitar más material: no puede ser que vengan médicos a comprar mascarillas. Se nota muchísimo la histeria, por ejemplo de clientes de más de 65 años a los que no puedes ofrecer mascarillas porque no tienes; tú no tienes respuestas, tú sabes lo que sabes. Es cierto que en las farmacias han subido las ventas, pero esto tendrá que reventar por algún lado".

Olaya Raiss, farmacéutica. / ÁLVARO MONGE

"En el parque de bomberos estamos seudoconfinados y eso también es duro"

David Fernández (Tarragona, 1973)

Bombero

"Son días de impotencia por nuestras incapacidades personales y colectivas. Yo, además, tengo personal de riesgo a mi alrededor y eso me obliga a ser exquisito tomando medidas. Personalmente llevo muy bien que la naturaleza de nuestro oficio nos obligue a salir de casa: somos personas de acción y el confinamiento lo llevamos mal, aunque, al haber bajado la curva de incidencias por el parón, en el parque de bomberos estamos seudoconfinados y eso también es duro. Me duele que ahora que parecía que íbamos a sacar cabeza tras estar en mínimos de personal por la falta de inversión... llega esto. Nosotros trabajamos con bolsas de pobreza y me preocupa que después del coronavirus podamos arrastrar la crisis del 2008. La única esperanza que me queda entre tanta porquería es que de esto salga reforzada la organización social de base".