LLÍVIA

Doblete inesperado

La farmacia más antigua de Europa, reconvertida en museo, es el símbolo de esta localidad, recomendada por Cristina Casals, que quedó al margen del Tratado de los Pirineos

Vista de Llívia desde la montaña del Castell.

Vista de Llívia desde la montaña del Castell. / ARCHIVO / RICARD CUGAT

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EROS LÓPEZ MONTURIOL

Llívia es una localidad singular por varias razones. Lo es, en primer lugar, por albergar la farmacia más antigua de Europa, ahora reconvertida en museo. Documentada desde 1594, y desde principios del siglo XVII propiedad de la familia Esteva, la botica vio pasar siete generaciones antes de cerrar en 1926.

La peculiaridad de Llívia se debe también a su situación geográfica, pues se halla en territorio francés, a escasos kilómetros de la frontera con España, aislada como una gota de aceite en un vaso de agua. De hecho, es el único municipio de España que no se encuentra dentro de sus fronteras. Y todo ello debido al ingenio de Miguel de Salvà y de Vallgornera, representante de Felipe IV, quien negoció cuáles debían ser los 33 pueblos ceretanos cedidos a Francia por el Tratado de los Pirineos. El hombre se aferró al título de villa que el rey Carlos I había otorgado a Llívia para considerar que no podía incluirse en dicho pacto.

Esto es historia, pero la gente tiene sus propias historias. Y este enclave es y será especial para Cristina Casals porque aquí nacieron ella y su hermana melliza, Carmela, hace 49 años.

Si bien los llivienses siempre trataron a su familia como si fuera autóctona, más aún se hermanaron con ella cuando la madre se puso de parto en plena estancia vacacional y requirió de la ayuda de los vecinos para dar a luz. En ausencia del marido, que se encontraba en Barcelona por motivos laborales, los habitantes de esta localidad de la Cerdanya se movilizaron para que la niña que esperaba la mamá naciera sin complicaciones. Gracias a ellos, Carmela asomó su cabecita al mundo y respiró por primera vez el aire puro pirenaico. Mas la sorpresa fue mayúscula al ver que, tras ella, otro bebé ansiaba el momento de salir del vientre materno. ¡Bendita sorpresa! Era Cristina, quien en adelante sería la protagonista, junto a Carmela, de esta hermosa anécdota.

En esa época, la familia veraneaba en una de las casas de alquiler que había al final de la avenida de Puigcerdà, y a cambio se encargaba de cuidar del arquitecto que vivía en el piso inferior de la finca, el dueño de la misma. Sin embargo, esas viviendas ya no existen. Las derribaron tiempo atrás para construir otras, cada una de las cuales se divide en seis apartamentos. Cristina, que reside en Esplugues de Llobregat, recuerda perfectamente la ubicación de su antigua residencia de verano, la que la vio crecer: a la altura del actual número 7, con el río Segre susurrando a sus espaldas. La madre y las dos mellizas, muy apegadas al pueblo, continúan visitándolo a menudo en compañía de sus otros tres hermanos, pero ahora se hospedan en el domicilio de unos amigos que conservan en la calle del Raval.

Pocos son los vecinos que se acuerdan de lo acontecido hace casi medio siglo con Cristina y Carmela. Y, de hecho, en Llívia van quedando cada vez menos que lo sean de toda la vida; los más mayores han fallecido y los jóvenes se marchan a estudiar o a buscarse la vida. La señora Adela, de 92 años, sí permanece en su piso, pero se lamenta del abandono progresivo de sus conciudadanos, consciente de que la localidad se está convirtiendo en un refugio de invierno para foráneos.

Cristina, por su parte, sostiene que es mucho más bonita en verano, y seguirá viniendo por estas fechas y admirando la naturaleza de los alrededores. Aquí, a la postre, están sus raíces más profundas.

ACCESO

El grueso del trayecto se hace por la C-16. Luego hay que girar a la derecha por la C-162/Alp y la N-152/Puigcerdà para incorporarse a la E-9 y más tarde tomar la salida hacia la N-154/Llivia.

ALOJAMIENTO

Hostal Rusó, en la calle que sube a la iglesia, entre 50  y 70 euros según temporada. Hotel Esquirol, en la avenida principal, entre 50 y 100 euros. Ambos con almuerzo.

LUGARES DE INTERÉS

Los restos del castillo y la Torre Bernat de So, construida más tarde; la iglesia de la Mare de Déu dels Àngels y el museo de la farmacia.

LA OFERTA DE OCIO

A lo largo de este mes tiene lugar el Festival de Música Vila de Llívia, que llega a la 34ª edición.

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Información turística: www.llivia.org

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