BRECHA DE GÉNERO

Programas de liderazgo para aumentar la presencia de la mujer directiva

Existen programas específicos para mujeres que potencian su desarrollo académico y profesional, así como la creación de sinergias entre altos cargos directivos para su crecimiento

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Mar Ardèvol

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¿Queda algo por decir del papel y la representación de la mujer en el ámbito empresarial? ¿Cuántas cifras son necesarias para sustentar la reivindicación por la igualdad entre hombres y mujeres en altos cargos empresariales? Seguramente la respuesta es que todavía hay mucho que remar para llegar a compensar las décadas de políticas desiguales entre géneros.

Prueba de ello son las cifras que recoge el último informe de Women In Business 2018: ¿cumplir o liderar?, elaborado por Grant Thornton. Por ejemplo, a nivel mundial, la proporción de empresas sin participación de mujeres en la alta dirección ha descendido de forma significativa, pasando del 34% al 25%, lo cual significa que ha aumentado el número de empresas que han logrado un cierto nivel de equilibrio de género.

Si acercamos la lupa, veremos que el Reino Unido ha alcanzado un máximo sin precedentes, con un 75% de empresas que tienen al menos una mujer en la alta dirección, al tiempo que ha ascendido ligeramente la proporción de puestos de alta dirección ocupados por mujeres, del 19% al 22%.

En cambio, en España, la cifra de mujeres en puestos directivos se sitúa en el 27%. De hecho, de los 35 países que el estudio de Grant Thornton analiza cada año, que representan a más del 70% de la riqueza mundial, España se sitúa en la posición 23 de los países más avanzados en liderazgo femenino.

Gestos reales

Por lo tanto, sí, hay avances, pero el camino es largo y se requieren años de trabajo para desaprender lo aprendido. Y de ahí que, con estos porcentajes encima de la mesa, sea destacable y noticiable la existencia de iniciativas que no solo promuevan políticas de igualdad dentro de las empresas, sino que incentiven la formación de las mujeres y la creación de sinergias que impulsen su crecimiento.

Este es el caso de los programas W30 y W50, impulsados por la Anderson School of Management de la Universidad de California- Los Ángeles (UCLA) y respaldados por Banco Santander. Estas iniciativas están orientadas a la formación en liderazgo para mujeres gestoras, emprendedoras y ligadas a la educación superior. El objetivo es dotar a las mujeres que apliquen a esta convocatoria de herramientas y conocimientos que sumen en la educación superior, así como contribuir al desarrollo de sus habilidades, asegurando su progreso en la gestión de estas instituciones.

Otro ejemplo de programa enfocado al liderazgo de la mujer que desarrolla Banco Santander es Sumando Talento, que tiene como objetivo potenciar las habilidades directivas de la mujer en cargos previos a la dirección de una empresa. A través de este programa se busca que trabajen sus fortalezas individuales, que mejoren su visibilidad dentro de la organización y, por último, que refuercen su comunicación asertiva y networking.

Esto es: que asuman con responsabilidad y confianza los retos del liderazgo, aportando además de sus cualidades como profesionales, los rasgos femeninos que permitan a Banco Santander ser una organización más completa, inclusiva y diversa, a través de talleres experienciales, conferencias y sesiones inspiradoras con personas referentes, tanto de dentro como de fuera del banco.

En primera persona

"No es un tema de habilidades teóricas o técnicas", asegura haciendo referencia a la formación de la mujer Pilar Roch, CEO de Ideas4all Innovation y participante de la segunda edición de Santander W50, por el que ya han pasado más de 400 mujeres.

"Las mujeres estamos igual de formadas que los hombres. ¡Incluso hay más licenciadas mujeres que hombres! Pero sí que es cierto que durante la carrera profesional se nos sigue penalizando por ser madres, y es ahí donde hay algunos casos en los que las mujeres se estancan, porque topan con el famoso techo de cristal", asegura Rocha.

La razón, explica, es que es "precisamente en la edad en que solemos ser madres cuando estamos en el momento de middle management, y es cuando se producen promociones". De ahí, argumenta, que sean importantes oportunidades como la formación en liderazgo W30 y W50 y en particular la experiencia que ella tuvo la oportunidad de vivir: "Era un grupo de 50 mujeres empresarias de todo el mundo. Al ser un programa internacional, se abren puertas de networking ". Además, añade, "el hecho de que tengamos formación a todos los niveles, tanto en hard skills como en soft skills, son palancas y facilitadores para el progreso profesional".

En definitiva, no se trata de negativizar, resume Rocha, sino de ganar en sensibilización y cambiar dinámicas e inercias que vienen imperando durante mucho tiempo. "Esto no es una batalla contra el género masculino. Es cuestión de sumarse a iniciativas que compensen las desigualdades".

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