Bodegas Torres, tradición junto a innovación

La empresa vitivinícola familiar trabaja en la recuperación de variedades de viña ancestrales y ha lanzado recientemente su primer espumoso

Miguel Torres y Mireia Torres.

Miguel Torres y Mireia Torres.

Josep M.
BERENGUERAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tener éxito con un producto tan tradicional como el vino no implica cerrarse en banda, sino todo lo contrario: innovación continua en productos y proyectos, incluso aunque tarden 30 años en materializarse.

Esa es la filosofía de Bodegas Torres, ganadora del Premio Innova que concede EL PERIÓDICO a las empresas que apuestan por la innovación. Una empresa familiar dirigida por la quinta generación y que tiene muy claro que para que el éxito de la firma continúe, deben seguir trabajando día a día en nuevas soluciones y propuestas.

Uno de los proyectos más innovadores de la firma tiene su origen hace tres décadas, cuando la familia Torres se propuso rescatar variedades de vid ancestrales que dejaron de cultivarse después de la devastación causada por la filoxera a finales del siglo XIX y desaparecieron del panorama vinícola español, a excepción de alguna cepa aislada que logró sobrevivir en estado salvaje. Tras localizar esas cepas, la firma comenzó un largo proceso que dura entre 5 y 10 años -incluso más en algunos casos- y que implica el saneamiento y reproducción in vitro de la cepa original, la adaptación al campo de la variedad, microvinificaciones y el registro en los organismos pertinentes.

Gracias a este proyecto, la firma ha logrado recuperar 50 variedades en toda Catalunya. A principios de año, dio a conocer las variedades ancestrales con mejores propiedades. Torres se focaliza en seis de ellas, las que muestran mayor potencial enológico y con las que experimenta con vistas a elaborar vinos «capaces de emocionar», según la firma.

«Si el proyecto de las variedades ancestrales lo hubiésemos hecho con un objetivo de negocio, hace tiempo que habríamos desistido. Innovamos porque nos apasiona lo que hacemos y queremos que los vinos sean cada vez mejores o que sean únicos. Y muy probablemente con eso haremos negocio, pero para mí ese no es el objetivo de la innovación», señala Miguel Torres, director general de la empresa.

El año pasado, otro de los logros de Bodegas Torres fue lanzar su primer espumoso al mercado, el Esplendor de Vardon Kennett. Elaborado en Catalunya con el método tradicional, nace de viñedos propios, situados en el Penedès a más de 500 metros sobre el nivel del mar. La firma lleva desde el 2012 trabajando en este nuevo producto, bajo la dirección técnica de Mireia Torres. En el 2016 también lanzaron Bellaterra, un merlot ecológico del Penedès, y Sons de Prades, su segundo vino blanco de la Conca de Barberà.

La firma, que apuesta por las energías renovables, también lidera un proyecto sobre la adaptación de la viña al cambio climático basado en la tecnología. Bodegas Torres invierte cada año entre uno y dos millones de euros en proyectos de I+D+i.