Una semana de conmemoraciones

Un mural en la fachada de la Modelo rinde homenaje a Puig Antich y Chez a los 50 años de su ejecución

La Modelo acogerá seis atardeceres de homenaje a Puig Antich

La vida en Estados Unidos de los Puig Antich: un duelo de medio siglo

Maria Corte, en el andamio, ya en la recta final de la elaboración del mural.

Maria Corte, en el andamio, ya en la recta final de la elaboración del mural. / ELISENDA PONS

Carles Cols

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Trabaja sin pausa Maria Corte, una de las más internacionales ilustradoras de Barcelona y que en 2019 fue cartelista de La Mercè, para que el sábado un gran mural en las paredes exteriores de la antigua cárcel Modelo recuerde que allí, no lejos de la entrada, en una tristísima sala de paquetería de la prisión, fue ejecutado Salvador Puig Antich y, a 100 kilómetros de distancia y en la misma fecha, Heinz Chez, ambos los últimos condenados a muerte del franquismo con garrote vil. Trabaja Corte a destajo e incluso contra los elementos, porque los muros de aquella prisión son muy poco amigos de este tipo de intervenciones artísticas, pero asegura que terminará a tiempo para que el sábado, cuando se cumplirá medio siglo de aquella medieval ejecución, den comienzo seis días actos en memoria de aquel joven anarquista barcelonés que, de haber surtido efecto la campaña mundial que exigía su perdón, sería hoy un setentón y no la pena que desde entonces arrastran sus tres hermanas.

El boceto del mural

MARIA CORTE

Los seis días de homenaje es una iniciativa que ha impulsado el equipo que en 2006 alumbró la película ‘Salvador’, en la que el actor Daniel Brühl se puso en la piel de Puig Antich. Habrá conciertos, poesía, debates y, en esencia, una acción colectiva de caras muy conocidas de la cultura y la política para que aquel episodio no caiga en el olvido. La propia elección de Corte para pintar el mural tiene su propio significado en este sentido.

María Corte, trabajando en el mural.

María Corte, trabajando en el mural. / ELISENDA PONS

Nacida nueve años después de que el régimen franquista mostrara en 1974 que continuaba siendo tan brutal como cuando tomó el poder, Corte reconoce que su primer contacto con la figura de Puig Antich fue tardío, y que, de hecho, estos días, mientras ha estado arriba, en el andamio, y quien más quien menos se ha parado para hablar con ella, ha descubierto que ese episodio lo tienen muy presente las personas más mayores y, por el contrario, es una hoja en blanco para los más jóvenes. Es por eso, en parte, que en mitad de los dos retratos más simbólicos de su mural, en los que las llamas de las velas parecen lágrimas o palomas, ha reproducido parcialmente la portada con la que el diario sensacionalista ‘El Caso’ dio la noticia, con el nombre de la víctimas y con la palabra ‘Ejecutados’ en una enorme cuerpo de letra. Es toda una invitación a querer saber más sobre aquel suceso, sobre los claroscuros del juicio que llevó a Puig Antich y Chez antes sus respectivos verdugos, e incluso no ignorar con cuanta impericia y crueldad se llevaban a cabo aquellas ejecuciones.

La portada de 'El Caso'.

ARCHIVO

Nadie podía imaginar hace 50 años que hoy, en 2024, Puig Antich y Chez (que en realidad se llamaba Georg Michael Welzel, una confusión que hizo que su familia tardara 20 años en saber que había sido ajusticiado) iban a tener un mural en su honor en la fachada principal de la Modelo. Hay una anécdota medio olvidada que resume muy bien el clima de indignación, pero a la par temor, con el que la sociedad española que no comulgaba con aquel régimen vivió las semanas previas a la ejecución. Fuera de las fronteras, todo era muy fácil. Había manifestaciones en las principales capitales de Europa para que las penas fueran conmutadas e incluso el Vaticano presionó a Francisco Franco para que detuviera aquel sinsentido. Pero de fronteras hacia adentro había que tener muchos arrestos para dar ese paso, el de clamar a favor del perdón. Es en este contexto que hay que entender lo que dijo Sara Montiel cuando un periodista, quizá con mala intención, le preguntó qué opinaba sobre la inminente ejecución de los condenados. “Yo, lo que diga el Papa”, respondió. Como siempre, fue políticamente muy ágil de reflejos.