El Ayuntamiento de Barcelona abraza la idea de proclamar dónde vivió Cerdà

El Ayuntamiento de Barcelona ha celebrado como un gran acierto la propuesta del Col·legi d’Enginyers de Camins, Ponts y Ports de Catalunya de que una placa recuerde en qué finca del Eixample vivió Ildefons Cerdà, Bruc 49, uno de los primeros edificios levantados tras el derribo de las murallas de la ciudad. Cerdà no solo fue el padre del Eixample, sino que fue uno de los pioneros en trasladar su residencia, en 1865 todo un acto de fe. Dejó atrás la señorial plaza del Duc de Medinaceli y se trasladó a esa finca, en la que residiría hasta que en 1875 se trasladó a Madrid y, después, a Cantabria, donde falleció.

Raquel Gil, concejala responsable del área municipal de Memòria Democràtica ha aplaudido la iniciativa del colegio profesional de los ingenieros, como lo era Cerdà, y ha recordado que esta cuestión, no obstante, debe pasar previamente el examen de la Ponència del Nomenclàtor, que estudiará si la idea de colocarle una placa está plenamente justificada. Este es un caso que parece indiscutible. El segundo obstáculo a superar es que esa placa no puede ser instalada sin el beneplácito de los dueños de la finca. Sin embargo, tras la publicación en EL PERIÓDICO y en ‘La Vanguardia’ de la propuesta de los ingenieros, el dueño del inmueble, actualmente de viaje, ha dado señales de vida y, además de reconocer que desconocía el pasado de esos pisos, se ha mostrado totalmente predispuesto a colaborar.