Los retos de la 'superilla'
Los contenedores de residuos regresan a Consell de Cent acabadas las obras
Regresan por fin los contenedores de recogida selectiva a Consell de Cent (los de cristal, plástico y cartón, y los de basuras irrecuperables, no los de residuos orgánicos), pero no es esta una operación sencilla. Es mucho lo que está en juego. Se hará a paso lento, por fases, de manera que no se completará la misión hasta el próximo octubre. Acaban de ser restituidos, de noche, los primeros contenedores, primero en el tramo de ese eje verde comprendido entre las calles de Vilamarí y Entença. Es un notable cambio de paisaje. Durante más de un mes, la llamada ‘superilla’ Eixample ha podido ser paseada tal como la imaginan los arquitectos cuando la recrean digitalmente al presentar el proyecto. Los contendores, que por su tamaño no pasan inadvertidos, son especialmente visibles en una calle que ahora es eminentemente peatonal. El problema, sin embargo, no es su presencia, sino su posible mal uso.
Durante las últimas semanas, el volumen de residuos que generan los vecinos de Consell de Cent ha sido pacientemente monitorizado. Durante las obras, los contenedores han estado en las calles que atraviesan transversalmente esa vía. Todo podrían reducirse a una simple ecuación con tres incógnitas, cuánta basura se genera de cada tipo, qué capacidad máxima tienen los recipientes y cada cuánto hay que vaciarlos para que no se desborden. Parece fácil. No lo es. Cualquier indisciplina, como dejar unos pocos cartones a los pies del contenedor azul, suele desencadenar una reacción en cadena y en pocas horas deja de verse en ese lugar el relieve de la acera. Es todo cartón.
Un equipo de informadores trabajará sobre el terreno desde ahora y hasta octubre para orientar a los vecinos y, también y muy importante, a los comercios, que tienen su propia ruta de recogida y que cuando no la respetan colapsan la vecinal.
Ese equipo de informadores tendrá también el encargo de dar la voz de alarma si, por la razón que sea, en algún punto de recogida los residuos están fuera de su lugar.
Salvo que el día a día aconseje modificar los planes, los contenedores de plástico y metales y los de cartón y papel se vaciarán cada mañana entre las seis y las siete horas. Para los de cristal, el camión pasará dos o tres días por semana y un poco más tarde. Es una operación más ruidosa. Está prevista a partir de las nueve. Los contenedores de residuos no reciclables se vaciarán, como en el resto de la ciudad, cada noche. La excepción, lo dicho, serán los de material orgánico, que una vez hechos los cálculos se ha decidido que basta con los que ya hay en las calles transversales.
La reposición de los contenedores se realizará en cuatro fases. En la primera, actualmente en curso, se cubrirá el tramo inicial de Consell de Cent hasta Borrell. Tras el parón de agosto, necesario porque la tarea de los informadores podría no ser del todo eficaz, se proseguirá en septiembre, primero desde Borrell hasta Aribau, después hasta Pau Claris y, ya en octubre, hasta el paseo de Sant Joan.
Será después el turno de los otros tres ejes verdes, Girona, Borrell y Rocafort, más fáciles de administrar porque son más cortos.
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