Salud infantil

Corte de digestión: Aunque es cierto que no existe como tal, es mejor seguir estos consejos para evitar sustos con los niños

Se recomienda entrar con precaución al agua para evitar los cambios bruscos de temperatura

Corte de digestión: Aunque es cierto que no existe como tal, es mejor seguir estos consejos para evitar sustos con los niños

Corte de digestión: Aunque es cierto que no existe como tal, es mejor seguir estos consejos para evitar sustos con los niños / Pexels

Alicia Mendoza

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Los cortes de digestión por bañarse en el agua son uno de los mitos que heredamos de generación en generación. La idea de que tengamos que esperar dos horas hasta bañarnos tras comer nos dificulta muchas veces la conciliación, por ejemplo, al querer bañarles tras cenar.

Pero estamos de suerte: el corte de digestión como tal no existe. Si hemos sentido alguna vez síntomas asociados al corte de digestión, estaríamos hablando de hidrocución, no de corte de digestión.

La hidrocución es el contraste brusco que experimenta nuestro cuerpo al pasar de un estado caliente a uno muy frío. Se suele dar esto en verano al pasar de una temperatura muy alta a una muy fría al meternos en el agua de la playa o piscina. Esto puede provocar una menor frecuencia cardíaca y presión sanguínea, de ahí que nos podamos llegar a marear, tener nauseas o calambres en el agua.

Entonces, si la hidrocución se da por el contraste de temperaturas, ¿por qué lo hemos asociado siempre al corte de digestión? La comida puede ser un factor que incremente el peligro de sufrir hidrocución, pero solo cuando se hacen comidas pesadas, ya que con las digestiones lentas, nuestra presión arterial baja y puede provocarnos desmayos al entrar en contacto con temperaturas frías.

Aunque no hay gran riesgo de que nuestros hijos, sobre todo pequeños, sufran hidrocución cuando les bañamos en nuestro día a día en la bañera o ducha, si que hay que tener más cuidado ahora que llega el tiempo de piscina y playa.

Precauciones para que no haya hidrocución

Es más importante tener en cuenta si el bebé o niño ha estado mucho rato expuesto al sol o si ha hecho ejercicio, pues su cuerpo no estará aclimatado a la temperatura del agua fría, y puede tener un contraste de temperatura que termine con algún mareo o calambre. Os damos algunas recomendaciones para evitar que sufran una hidrocución:

  • Entrar con precaución en el agua: poco a poco, introduciendo el pie y nuestras manos para acostumbrarnos a la temperatura
  • No hacer una comida copiosa, pero tampoco comer poco y dejar a nuestros hijos expuestos al Sol.
  • No estar en el exterior en las horas de más sol: entre las 10 y las 16 horas se recomienda no exponerse al Sol ya que la intensidad de los rayos ultravioleta son mayores.
  • Si es posible, buscar un sol y sombra para no estar constantemente expuestos al Sol.
  • Refrescar con agua las extremidades, el cuello y la cara.
  • Estar atentos a si cuando se meten en el agua se empiezan a marear.