revisión del mapa escolar
Cerrados seis colegios por falta de alumnos
Los cambios en la demografía obligan a abrir 5 nuevos institutos
Los alumnos del colegio Àlguema, en el pequeño municipio de Santa Llogaia d'Àlguema (Alt Empordà), tendrán que coger el autocar a partir del próximo 15 de septiembre para ir a clase a la vecina localidad de Vilafant. Este será el primer (y posiblemente no el único) cambio que detecten los alumnos de Santa Llogaia, después de que la Conselleria d'Ensenyament confirmara el pasado viernes el cierre definitivo de su colegio con la publicación de una orden en este sentido en el Diari Oficial de la Generalitat (DOGC).
Junto a la escuela de Santa Llogaia, la Generalitat ha dado también por clausurada la actividad escolar en el colegio Mirades de Torredembarra, cuyos alumnos se distribuirán entre otros tres centros del municipio; en el Germans Amat de Terrassa, donde los estudiantes pasan al Roc Alabern, y en el Rosa dels Vents de Barcelona, cuyas instalaciones y alumnado son asumidos por el colegio Congrés-Indians.
En el mismo acuerdo gubernamental se confirma, asimismo, el cierre de los colegios Encarnació Fonoll y del Pi, ambos en Dosrius (Maresme), que se han fusionado para crear una nueva escuela, bautizada con el nombre de El Castell.
En casi todos los casos, Ensenyament argumenta que son medidas adoptadas después de que en esos municipios se haya producido un acusado descenso de la población en edad escolar, consecuencia, a su vez, de la bajada experimentada por la natalidad en los últimos años. De hecho, según los cálculos de la Generalitat, este curso 2014-2015, Catalunya alcanzará su máximo histórico de población escolar de entre 3 y 16 años, con la estimación de 999.081 alumnos. A partir del curso siguiente, se iniciará un descenso, tras años de crecimiento. Además, por primera vez, en el curso que está a punto de empezar la cifra de estudiantes de infantil disminuirá, al pasar a primaria los nacidos en el 2008, el año en que la natalidad tocó techo.
BARRACONES EN SECUNDARIA / Mientras la primaria ve cómo se cierran escuelas (las seis de este año se suman a las cuatro del pasado curso 2013-2014), los directores de instituto han tenido que hacer, en algún caso, auténticas filigranas para habilitar espacios en los que acoger a la hornada de alumnos de primero de ESO. Muchos de ellos han tenido que recurrir a los barracones.
Es el caso, por ejemplo, de Vilafranca del Penedès, donde se crea un nuevo centro que, de momento, se ubicará en módulos prefabricados. En Sant Andreu de la Barca (Baix Llobregat) y en Sabadell (Vallès Occidental) se van a abrir también nuevos institutos de secundaria, que se instalarán en espacios desocupados de escuelas de primaria.
En Girona y en Sant Gregori (Gironès) harán primero de ESO en dos edificios hasta ahora destinados a actividades cívicas y culturales: el antiguo colegio menor Bisbe Cartanyà, en la capital, y un edificio municipal de servicios culturales en Sant Gregori. La previsión es que, en un futuro inminente, el problema siga repitiéndose durante unos cuantos años más, por lo que Ensenyament ha empezado ya a contactar con los ayuntamientos para que cedan equipamientos municipales.
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