Elecciones europeas

Los empresarios se muestran más preocupados por el choque PSOE-PP que por los ultras

Representantes del empresariado no ven en España un manifiesto contra los partidos radicales como sí han publicado 30 grandes compañías en Alemania

El empresariado alemán rehúye a los extremistas

El presidente del Cercle d'Economia, Jaume Guardiola, con Pedro Sánchez, antes del acto de clausura de la reunión anual de la organización empresarial.

El presidente del Cercle d'Economia, Jaume Guardiola, con Pedro Sánchez, antes del acto de clausura de la reunión anual de la organización empresarial. / JORDI OTIX

Agustí Sala
Rosa María Sánchez
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A diferencia de Alemania, donde una treintena de grandes empresas multinacionales han impulsado el manifiesto ‘Defendemos los valores’ para frenar el voto de ultraderecha de cara a las próximas elecciones europeas, en España no parece calar una iniciativa de este tipo. Sobre todo porque, a juicio del empresariado español, la situación no es la misma. Se percibe que, en España, a diferencia de Alemania, la polarización política no procede tanto del choque de los extremismos, sino del producido entre los dos grandes partidos, PSOE y PP, que compiten por la centralidad, si bien, en algunos casos, pueden verse empujados por los radicales de derechas o de izquierdas.

Entre las empresas firmantes del manifiesto alemán hay grandes multinacionales como Allianz, Deutsche Bank, BMW, Siemens, Thyssenkrupp, Basf, Rober Bosch, Mercedes-Benz, RWE, Volskwagen, la Federación de Industrias Alemanas o la Confederación Alemana de Sindicatos. También está la filial alemana de Telefónica.

Por más que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha agradecido en público “el ejemplo de las grandes empresas alemanas” y ha pedido a las españolas que se impliquen “en la defensa de la democracia” y “no se dejen llevar por la ola reaccionaria” (según la expresión que utilizó en su reciente discurso de enero en el Foro de Davos), no parece calar la idea de transformar esa actitud en algún tipo de pronunciamiento o manifiesto público, ni desde la gran patronal CEOE, ni desde las cámaras de comercio o el Cercle d'Economia, un organismo transversal que es de los que más apela al diálogo y al consenso, algo que, en esencia, reclaman todos los empresarios. Desde el punto de vista del Cercle d'Economia, la crispación constante y la falta de transversalidad en temas esenciales hace que muchos ciudadanos desconecten de la política.

Alberto Núñez Feijóo saluda al presidente de Banc Sabadell, Josep Oliú, en la reunión anual del Cercle d'Economia.

Alberto Núñez Feijóo saluda al presidente de Banc Sabadell, Josep Oliú, en la reunión anual del Cercle d'Economia. / Manu Mitru

El actual contexto de enfrentamiento entre el Gobierno y los representantes empresariales a cuenta del reciente encuentro de algunos de ellos con el presidente argentino, Javier Milei, (de visita en España para apoyar a Vox) o de algunas reformas en el ámbito laboral sin el consenso de la patronal no ayuda a que pudiera prosperar en España una iniciativa como la alemana. Tampoco abona ese terreno la polarización entre los dos principales partidos políticos del país, PSOE y PP, pese a que ambos, desde sus respectivas posiciones, ocupan la franja más ancha del centro político español. Ni lo uno ni lo otro animan a los representantes empresariales a acometer ningún tipo de acción pública similar a la alemana, según ha podido constatar EL PERIÓDICO en conversación con algunos de ellos y con otros que han preferido mantener el anonimato.

Radicalidad de derechas y de izquierdas

Desde la patronal CEOE, se evita abundar en este debate. Lo cierto, si embargo, es que en una reciente entrevista en la cadena Ser, se preguntó al presidente de CEOE, Antonio Garamendi, precisamente por esta cuestión, sobre si la patronal va a promover algún manifiesto parecido al de los empresarios alemanes. “No lo sé. Nosotros llevamos diciendo esto hace cinco años. Desde hace cinco años venimos diciendo que no nos gusta la radicalidad. Venimos apostando por la moderación”, respondió Garamendi. El presidente de CEOE quiso hacer notar que, en todo caso, “la radicalidad viene de la extrema derecha y de la extrema izquierda”. Esta es una de la circunstancias que, según algunas de las fuentes consultadas, diferencia el contexto político español del alemán.

Cuando, en el actual contexto previo a las elecciones europeas, el empresariado alemán proclama su rechazo a las formaciones políticas contrarias a la inmigración y aboga por comunidades “libres de la plaga del odio, la segregación, la exclusión y el racismo” todo el mundo interpreta que sus dardos van contra la formación de ultraderecha AfD, a la que no se cita de forma expresa en su manifiesto. En España, sin embargo, el presidente de CEOE precisa que la radicalidad viene tanto "de la extrema derecha" (donde se podría situar a Vox) como "de la extrema izquierda” (donde el empresariado tradicionalmente ubica a formaciones como Podemos y la CUP) .

“No veo en España una situación como la de Alemania”, reflexiona Salvador Navarro, presidente de la patronal valenciana y vicepresidente de CEOE. “En España, hay una enorme tensión política. La vida política está polarizada, pero no necesariamente por la extrema derecha, sino por las relaciones entre el PSOE y el PP”, añade. Navarro sostiene que desde la patronal “no se debe entrar en política”, pero reclama un mayor entendimiento entre las formaciones políticas que ahora dirigen Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo para sacar adelante cuestiones como la financiación autonómica, una política sobre el agua y la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

"La polarización nos angustia"

Sobre la conveniencia, o no, de impulsar un manifiesto empresarial contra el extremismo político, el presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, sostiene que, si bien a título individual “cada uno es libre de posicionarse como quiera”, a las organizaciones representativas de los empresarios o de las empresas les corresponde, sobre todo, “la defensa de las instituciones”. Aquí ubica Bonet la Constitución de 1978 y sus principios, tales como la defensa de la democracia, el estado de derecho, el estado de las autonomías o el consenso político. Como presidente de la Cámara de España, Bonet expresa “una defensa inequívoca del consenso entre los dos principales partidos políticos españoles”. “Nos conviene que vayan juntos, por el bien de la gente”, remacha. Más allá de esto, sobre la conveniencia, o no, de que un grupo de empresarios emita un manifiesto como el alemán responde que “cada uno es libre” de seguir esa iniciativa o no.

El presidente del Cercle, Jaume Guardiola, por su parte, para quien "no hay que superar determinadas líneas rojas", no se ha cansado de reclamar ante Sánchez y el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo durante la Reunión Anual a la que convocan a líderes empresariales y políticos, que aparquen la polarización. "La polarización nos angustia. Si seguimos así, no evolucionamos favorablemente", afirma Guardiola en declaraciones a EL PERIÓDICO. A su vez exige a los principales partidos que eviten ser arrastrados por los discursos populistas y de odio. En un mensaje dirigido tanto al PSOE como al PP, Guardiola reclama "huir de la visión xenófoba y de la extremadamente buenista" en cuestiones, como por ejemplo, la inmigración".

Pedro Sánchez, entre el nuevo junto al presidente del IEF, Ignacio Rivera, y el anterior, Andrés Sendagorta.

Pedro Sánchez, entre el nuevo junto al presidente del IEF, Ignacio Rivera, y el anterior, Andrés Sendagorta. / José Luis Roca

En defensa de la Constitución

Caracterizados por la discreción y alejados de las estridencias, el alrededor de un centenar de compañías que integran el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) ha defendido en reiteradas ocasiones el diálogo y evitar la polarización. Lo han hecho los sucesivos presidentes de esta entidad que agrupa a a algunas de las principales empresas controladas por parientes. El último, el más reciente, Ignacio Rivera (presidente de Corporación Hijos de Rivera, productos entre otros de la cerveza Estrella de Galicia), ratificado por la asamblea del IEF a principios de este mismo mes. Ante el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha recuperado las relaciones con esta organización, a cuyo congreso nacional anual no asistía desde València en 2018, reclamó "un clima político sosegado y una democracia de calidad en la que quepamos todos y que nos garantice el marco de convivencia que tanto nos ha costado alcanzar y que tanto nos ha costado construir”.

Pero no es la única ocasión en la que este potente lobi ha salido en defensa de la democracia y del entendimiento. En una inusual y explícita declaración en noviembre del año pasado, salieron en defensa de la Constitución y exigieron acabar con la polarización y el frentismo polìtico. Este clima, a su juicio, impide los consensos necesarios para acometer reformas que eviten el retroceso en el nivel de vida, que se había ganado desde 1978 hasta 2009, como también han advertido entidades como el Cercle d'Economia o la patronal catalana Foment del Treball.

Y, a su vez el IEF aprovechó para criticar los impactos provocados por los acuerdos de investidura sobre el estado de derecho que, a su juicio, "deberían ser objeto de reflexión por parte de todos". A la vez que ensalzaban los "45 años de convivencia constitucional y prosperidad económica" que, a su juicio, ha supuesto la Carta Magna, hacían un llamamiento a las fuerzas políticas democráticas para que "impere la responsabilidad, la moderación y el firme respeto a los pilares fundamentales, que han posibilitado que España sea la sociedad libre, dinámica y moderna de la que hoy disfrutamos". Y sin mencionarla, pero alertando de forma implícita sobre la amnistía para los implicados en el 'procés', advertían sobre el peligro de "la ruptura de los amplios consensos que se forjaron en torno a la Constitución de 1978", que, a su entender, "podría alejarnos del mejor periodo de nuestra historia reciente".