Crisis hídrica

El sector turístico aplaude que la Generalitat haya aceptado su propuesta de las piscinas como refugio climático

El Govern suaviza las restricciones de piscinas y flexibiliza las multas a municipios

Los hoteleros analizan el consumo de agua del turista y afirman que gasta poco más que un barcelonés

Turistas en la piscina del hotel The Hoxton, en el Poblenou de Barcelona, la semana pasada.

Turistas en la piscina del hotel The Hoxton, en el Poblenou de Barcelona, la semana pasada. / Zowy Voeten

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El sector turístico ha celebrado con entusiasmo el cambio de criterio de la Generalitat y su decisión, aprobada en el Consell Executiu de esta semana, de autorizar la apertura de las piscinas de hoteles y cámpings siempre que se conviertan en refugios climáticos accesibles a toda la ciudadanía. De este modo, este verano los hoteles deberán permitir la entrada de personas no alojadas en el establecimiento para que puedan bañarse, aunque sea cobrándoles el precio de una entrada.

Los hoteleros han valorado positivamente que "finalmente" se les tenga en cuenta como posible solución y alternativa ante las altas temperaturas estivales, según han manifestado en un comunicado. El Gremi d'Hotels de Barcelona ha indicado que ha sido el propio sector el que ha venido planteando esta medida, desde que en febrero la Generalitat declaró el cierre de piscinas (entonces sin condiciones), "como algo beneficioso para la ciudadanía y para los hoteles a la vez".

Esta medida deja fuera, sin embargo, a las piscinas de apartamentos turísticos privados. En este sentido, TV3 y Catalunya Informació han avanzado esta semana que plataformas como Airbnb y Holidiu ya han empezado a advertir a los propietarios de que deben sacar las piscinas de sus anuncios o, como poco, avisar de forma clara al huésped de que se la va a encontrar cerrada o con cortes de suministro.

Restricciones de agua a los turistas

De hecho, lo que más inquieta a algunos establecimientos es otro de los anuncios hechos esta semana, el que limita el consumo de agua de los turistas que se alojen en los municipios situados en las zonas afectadas por la sequía. La intención es, en definitiva, que los visitantes hagan el mismo gasto que los residentes habituales de esas poblaciones. Así, por ejemplo, en las localidades que se encuentran en situacion de excepcionalidad el límite es de 115 litros por persona; de 100 litros en las zonas declaradas de emergencia 1; de 90 litros, en las de emergencia 2, y de 80 en las de emergencia 3. Actualmente, hay 202 municipios catalanes -entre ellos las ciudades de Barcelona y de Girona- que están en fase de emergencia 1 y otras 37 localidades, todas ellas en el Alt Empordà, que han pasado ya a la emergencia 2.

Un estudio realizado por el Gremi d'Hotels de Barcelona en 2022 constató que el consumo en los establecimientos asociados era de 163,5 litros de agua por cliente y día, lo que significa que se tendrán que poner las pilas para rebajar esas cifras. El sector asegura, con todo, que en los últimos tiempos se han tomado ya medidas de ahorro de agua mediante soluciones técnicas como la adecuación de las instalaciones para el reciclaje de aguas grises, la colocación de grifos automáticos que se activan mediante infrarrojos en cocinas, baños y habitaciones o de sistemas de monitorización diaria del consumo de energía y agua para garantizar un consumo responsable.

En los jardines, se está reutilizando el agua para riego, se han sustituido las torres de refrigeración por otras con circuito secundario cerrado y se han revisado las conducciones para evitar pérdidas. Y, en la mayoría de los establecimientos se cuenta ya con piscinas con sistema de recirculación del agua.