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La nueva MásOrange promete al Gobierno inversiones de 4.000 millones en España

El grupo resultante de la fusión de Orange España y MásMóvil descarta despidos forzosos pero no salidas voluntarias para recortar plantilla, y se abre a una futura salida a bolsa: “Si fuéramos una empresa cotizada, estaríamos en el Ibex 35”

El consejero delegado de Orange-MásMóvil, Meinrad Spenger (d), posa junto al director general de operaciones, Germán López (i), y el director financiero, Ludovic Pech (c), durante la presentación de la nueva compañía que ha echado a andar tras su fusión en Pozuelo de Alarcón, Madrid, este miércoles.

El consejero delegado de Orange-MásMóvil, Meinrad Spenger (d), posa junto al director general de operaciones, Germán López (i), y el director financiero, Ludovic Pech (c), durante la presentación de la nueva compañía que ha echado a andar tras su fusión en Pozuelo de Alarcón, Madrid, este miércoles. / EFE

David Page

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MásOrange, el grupo resultante de la fusión de Orange España y MásMóvil, echa andar como nuevo líder del mercado español de las telecomunicaciones por número de clientes (con más de 37 millones de usuarios), desbancando por primera vez a Telefónica. El nuevo gigante nacional, comandado por Meinrad Spenger como consejero delegado, ha celebrado este miércoles su puesta de largo oficial con la presentación de su marca comercial y de su logotipo (+O) y ha proclamado que se lanza a un nuevo futuro para competir en el agresivo mercado español con su quincena de marcas de operadoras.

MásOrange nace con un plan de inversiones de cerca de 4.000 millones de euros en los próximos tres años como pilar de su apuesta por España y como parte de los compromisos con el Gobierno español para conseguir la autorización de su fusión, tras la aprobación por parte de la Comisión Europea después de dos años de trabajos preparatorios.

"La aprobación de esta fusión viene acompañada de un plan industrial de la entidad resultante que es verdaderamente ambicioso y con una orientación de muy medio plazo, con una política de inversiones muy potente durante los próximos años en infraestructuras digitales fijas y móviles", anticipó el ministro para la Transformación Digital, José Luis Escrivá, en el anuncio del ‘ok’ gubernamental a la operación.

Un plan industrial que tendrá como uno de sus puntales ese esfuerzo inversor de 4.000 millones en el próximo trienio, hasta 2026, y que se concentrará especialmente en el despliegue de redes de 5G (con el objetivo de superar la cobertura del 90% de la población española de la nueva generación de comunicaciones móviles, desde el 80% actual), de más fibra óptica (sumando 6 millones de unidades inmobiliarias adicionales conectadas, hasta un total de 23 millones de hogares) y en el desarrollo de nuevos servicios.

"No vamos a tener complejos. Somos un proyecto de crecimiento. Tenemos la obligación de crecer y las capacidades para hacerlo. Un proyecto de crecimiento es más divertido", ha sentenciado Meinrad Spenger en un encuentro con medios de comunicación, asegurando que la compañía ya tiene firmada la financiación para hacer frente a los 4.000 millones de inversión y que no pretende distribuir dividendos en los primeros años para apuntalar esas inversiones. "Tenemos un proyecto industrial con compromisos de inversión fuertes y que muestra vocación de permanencia en el mercado. Hemos presentado al ministro Escrivá un plan sólido y detallado, y le ha parecido muy bien", ha indicado el nuevo CEO.

Sin despidos forzosos

Los planes del grupo, sin demasiados detalles financieros de momento, pasan por impulsar el crecimiento para elevar los ingresos, ir reduciendo la enorme deuda con que nace el grupo (ahora de 12.500 millones de euros) hasta dejarlos en 3,5 veces el ebitda, y aprovechar las sinergias para impulsar la inversión. La nueva compañía prevé generar unas sinergias de 490 millones de euros anuales a partir del cuarto ejercicio tras el cierre de la operación, frente a los 450 millones que se estimaban hasta ahora.

MásOrange insiste en que los ahorros previstos se producen sólo por las economías de escala y por evitar solapamientos a través del plan industrial, no con recortes de plantilla. El nuevo CEO ha descartado por completo despidos forzosos en la compañía, pero no la posibilidad de salidas voluntarias. "Voy a ser muy claro. No tenemos previsto ningún plan de salidas forzosas. Y no hay ningún otro plan en este momento. Si hay personas que no se ven en el nuevo proyecto o a la que los cambios organizativos no les convencen, articularemos soluciones dentro del diálogo social".

Posible salida a bolsa

El accionariado de la nueva teleco se repartirá a partes iguales entre los accionistas de las dos compañías. Un reparto 50/50 conseguido gracias a un complejo juego de contrapesos financieros para equilibrar las diferentes valoraciones de cada una de las compañías y que se articulará mediante el reparto de un ‘megadividendo’ entre los actuales dueños de las dos empresas fusionadas.

La nueva 'joint venture' se endeudará con un préstamo milmillonario para abonar un ‘superdividendo’ a los accionistas de Orange (entre ellos, el Estado francés) y a los de MásMóvil (los fondos KKR, Cinven y Providence). La retribución extraordinaria a los accionistas también crece hasta los 6.050 millones de euros, frente a los 5.850 millones estimados hasta ahora. Orange percibirá unos 4.400 millones de euros (200 millones más que lo previsto) y MásMóvil, unos 1.650 millones (en línea con lo anunciado desde el inicio de la operación).

El equilibrio inicial 50/50 tiene todos los visos de que acabará rompiéndose y que Orange acabará tomando el control de la nueva compañía en el caso de una futura salida a bolsa. En el pacto de fusión de 2022 ya se incluía la posibilidad de que Orange tomara una posición mayoritaria transcurrido un tiempo y si la compañía pasa a ser cotizada.

El grupo galo admite que se guarda esa potestad de tomar un 1% adicional en un plazo de entre 24 y 42 meses desde el cierre de la fusión (tendría que ejecutarlo entre marzo de 2026 y septiembre de 2027). La consejera delegada del grupo francés Orange, Christel Heydemann, reconoció hace unas semanas que su intención es no repartir entre sus accionistas ese dividendo extraordinario y guardarlo para poder ejecutar esa compra adicional con la que tomar el control de la futura fusión Orange-MásMóvil. "La salida a bolsa claramente es una opción, pero en los próximos dos o tres años es muy difícil. Es una opción que se ha discutido y que se discutirá en unos años", ha apuntado Spenger. "Si ahora fuéramos una empresa cotizada, estaríamos en el Ibex 35".