Servicios financieros

Caixa Guissona eleva casi un 50% su clientela entre comunidades de vecinos y pymes y cierra un año de récord

La entidad propiedad del grupo alimentario ha duplicado su tamaño en cuatro años fruto del boca oreja y la ausencia de comisiones

El BCE mantiene los tipos pero apunta a junio para comenzar a bajarlos

El director general de Caixa Guissona, Martí Bravo

El director general de Caixa Guissona, Martí Bravo / FERRAN NADEU

Paula Clemente

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La receta parece sencilla, aunque el hito no lo sea. Caixa Guissona, la caja rural propiedad de la Corporació Alimentària Guissona (bonÀrea) está ganando 1.000 clientes al mes, ha duplicado su balance en cuatro años y, en 2023 en concreto, cerró un ejercicio de récord. “Somos un banco con las cosas muy claras y que jugamos muy seguro, somos una banca muy tradicional que prioriza más al cliente que lo que sacará de una operación”, resuelve a EL PERIÓDICO su flamante director general, Martí Bravo. “Como empresa tenemos que intentar que todo sea rentable, pero no buscamos ganar más cada año, sino ser más útiles para nuestros clientes”, añade.

La declaración de intenciones, que bien podría ser hueca, se apoya en una política de no cobrar prácticamente nunca comisiones, de no hacer publicidad, de ganar nuevos clientes solo a través de la recomendación de otros clientes, de no vender nada que no sea un servicio estrictamente bancario y de no crecer porque sí. “Una cooperativa de crédito como nosotros lo que busca es crear impacto sobre su área de influencia y, cada año, capitalizar el resultado”, razona Bravo. “Nosotros nos hemos anclado en la idea inicial de lo que era un banco [sin seguros, ni negocios complementarios], nuestra cuenta de pérdidas y ganancias viene en un 99% del margen de intereses”, explica.

De momento, este directivo no da mucho más detalle de la radiografía financiera actualizada a 2023, pero hay indicadores que dan pistas. Para empezar, que el alza en los tipos de interés ha hecho que este sea un año en general bueno para quienes se dedican a la banca. “Hemos crecido mucho en pasivos gestionados y ha ayudado que los tipos de interés están en cotas altas”, contextualiza el director general de Caixa Guissona. En segundo lugar, las 1.000 cuentas que están ganando cada mes desde que ha empezado el año. Luego, el crecimiento que están teniendo sus oficinas, un movimiento que la empresa solo ejecuta cuando detecta que ya tiene una masa suficiente de clientes que así lo requiere. Por último, la popularidad que está ganando entre pymes y comunidades de vecinos.

En total, según los datos que maneja la empresa, a cierre de 2023 tenían casi un 40% más de comunidades de vecinos entre sus clientes que un año atrás (en torno a 17.000) y el número de pymes se ha incrementado en cerca de un 9% hasta superar las 7.600. Dicho de otro modo, actualmente una cuarta parte de sus clientes forman parte de uno u otro grupo.

“La concepción de que la Caixa Rural de Guissona está enfocada a un sector rural y ganadero no es cierta, estamos abiertos a todo tipo de clientes”, apunta Bravo, que pone como ejemplo que Barcelona suponga ya cerca de un 25% de su negocio o que esta provincia y Tarragona sean las que más crezcan actualmente. “Estamos creciendo mucho en pymes porque desgraciadamente son un cliente muy castigado y nosotros no cobramos comisiones para los servicios más básicos”, simplifica el directivo, que atribuye a lo mismo el éxito en las comunidades de vecinos.

Sin objetivos de crecimiento ni expansión

De este modo, la compañía tiene puesto el foco en atenderles cada vez mejor y de forma más adaptada a sus necesidades, aunque, en realidad, eso es lo que se propone cada año con todos sus clientes, sean del perfil que sean. No hay planes ambiciosos de crecimiento, ni intención de abrir nuevas oficinas, no hay una meta que alcanzar, ni siquiera la ensoñación de expandirse fuera de Catalunya, si bien el 4% de su clientela viva fuera de sus fronteras.

“La gran parte de nuestro cliente y el perfil que más encaja con nosotros es el que se abre una cuenta y luego se lo puede hacer todo solo”, justifica Bravo. “Se trata de continuar un modelo muy sólido. Siempre hemos ido creciendo de forma orgánica cuando el cliente nos ha necesitado, no hemos abierto nunca una oficina por probar suerte: al final, nuestro modelo de no cobrar por servicio implica tener costes contenidos, no podemos abrir oficinas en cada capital [de comarca] porque entonces el modelo se complica”, plantea, quien, recién entrado en la treintena, celebra su primer aniversario en el cargo.

Bravo entró a Caixa Guissona para situarse en primera línea de la oficina de Barcelona cuando solo eran él y un compañero. E, igual que la empresa y la oficina en sí (ahora son una decena de trabajadores) él ha ido escalando hasta llegar a lo más alto. “Ha sido un año fabuloso”, concluye el directivo, que solo avanza, en relación con esto, que la compañía crece en todos los indicadores. 

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