Energía

Los derechos de emisión de CO2 cuestan hoy casi la mitad que hace un año

El precio que pagan las grandes industrias por contaminar se sitúa en alrededor de 50 euros por tonelada en los primeros meses del año, frente al pico de 100 euros de febrero de 2023

La fábrica de Industrias Químicas del Ebro (IQE), en Malpica, aspira a sustituir parte de su producción mediante gas por hidrógeno verde a partir de 2026.

La fábrica de Industrias Químicas del Ebro (IQE), en Malpica, aspira a sustituir parte de su producción mediante gas por hidrógeno verde a partir de 2026. / DANIEL SALVADOR

Sara Ledo

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Contaminar hoy cuesta casi la mitad que hace un año. Los derechos de emisión de CO2 han iniciado este 2024 con una tendencia a la baja que ha llevado a este mecanismo de defensa europeo, diseñado para promover una reducción de las emisiones de las grandes industrias a costa de rascarse el bolsillo, a situarse en el entorno de los 50 euros por tonelada, la mitad que hace un año, cuando tocó techo en 100 euros. La reducción coincide con la caída de precios del gas en las últimas semanas, que llevan a esta materia prima a valer alrededor de 25 euros por megavatio-hora (MWh), la mitad que en 2023 y similar a los precios precrisis, según el mercado de referencia (TTF holandés).

Europa se rige desde 2005 por un sistema denominado Emissions Trading Sistem (ETS) que limita las emisiones de unas 10.000 instalaciones de gran consumo de energía (centrales eléctricas e industria) y de las compañías aéreas. Cada empresa tiene asignada al año una cantidad limitada de derechos de CO2 que pueden emitir a la atmósfera de forma gratuita en el ejercicio de su propia actividad productiva. Si necesitan emitir más, deben acudir a un mercado (subasta) a comprar nuevos derechos.

El CO2 se convierte, así, en un coste más de producción de las instalaciones más contaminantes, lo cual explica también su impacto en la factura de la luz. Las centrales térmicas de generación eléctrica, como los ciclos combinados o las plantas de carbón, son unas de las principales compradoras de estos derechos, al no tener ningún cupo asignado de forma gratuita. De esta forma, una bajada o subida de los derechos de emisión de CO2 impacta directamente en los precios mayoristas de la electricidad que se rigen por un sistema marginalista según el cual la tecnología más cara es la que determine el precio.

En enero de 2018 estos derechos se pagaban a 4 euros por cada tonelada de CO2; en 2019, se llegó a 23 euros; en 2021, a 48, y el año pasado llegó al pico de 100 euros. Una tendencia al alza que está en la filosofía de la propia medida: si cada vez contaminar cuesta más, las industrias dejarán de hacerlo. Con un inicio de año en el que, por primera vez, se ha producido una desescalada de los precios a la mitad. La pregunta es: ¿Se está consiguiendo el objetivo de emitir menos?

Las emisiones de CO2 repuntaron un 1,1% en 2023 a nivel global, con un alza de alrededor de 410 millones de toneladas, según un informe publicado hace dos semanas por la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Pero en el caso de la Unión Europea disminuyeron casi un 9%, lo que resta 220 millones de toneladas, en línea con la caída observada en 2020, durante la pandemia del coronavirus, según el mismo informe, que atribuye el descenso actual al despliegue de energías renovables en el sector eléctrico, pero también a una situación macroeconómica más débil y a la mayor eficiencia de la industria.

Menos demanda

Estas tres circunstancias que han rebajado las emisiones en Europa provocan una menor demanda de derechos de emisión y coinciden con la lectura que hacen fuentes del sector eléctrico, que ponen el foco principalmente en la desaceleración industrial, sobre todo en Alemania, que es uno de los grandes consumidores europeos, y a que los inversores están vendiendo derechos para cubrir las pérdidas en otros activos y obtener mayor liquidez. También plantean el efecto bola de nieve: a medida que el mercado baja, se alimenta la venta de posiciones.

"La generación renovable en máximos está reduciendo significativamente la producción con gas y carbón en los mercados eléctricos europeos, principalmente en España y Alemania. La demanda industrial sigue sin grandes cambios al alza, otro factor más que mantiene contenido el precio del CO2", reitera el analista energético de Ignis Energía, Pedro Cantuel, a través de un correo electrónico, a lo que suma "unos fundamentales bajistas y un escenario de temperaturas que no presionan, de momento, los precios al alza".

No hay que obviar tampoco la importancia del componente especulativo, que llevó en volandas a los precios durante los últimos años. Los fondos de inversión y bancos representan alrededor del 30% de las compras, según Ismael Romeo, consejero delegado de SendeCO2, plataforma de compraventa de este tipo de derechos. “Es el ‘driver’ principal que hizo que los precios se dispararan por encima de lo que parecía normal y lógico, pero también es consecuencia de la bajada de precios. Hay fondos que están jugando a la baja”, confirma Romeo.

Más oferta

Pero también hay otras cuestiones que podrían haber favorecido a una menor presión sobre los precios, como la mayor liquidez en las subastas por las ventas de Repower EU para recaudar fondos para inversiones limpias o que este año por primera vez la entrega anual de derechos de emisión de las empresas se realizará el 30 de septiembre y no en abril como hasta ahora. “La urgencia de las industrias para comprar unidades, típica de esta época, ya no es urgente, y las entregas de derechos también se retrasan. No sería descartable que a partir de verano se empiecen a recuperar (los precios)”, asegura Romeo.

La gran incógnita es si los niveles elevados volverán. El consejero delegado de Endesa, José Bogas, se mostraba “absolutamente seguro” de que así será y “se recuperarán los 100 euros por tonelada”, según afirmó durante la presentación ante analistas de los resultados anuales de la compañía hace dos semanas. "Hay muchos mecanismos para hacerlo. Está claro que la Comisión Europea ha señalado que los precios altos son necesarios para promover el cambio tecnológico", añadió.

El dirigente de Endesa enumeró, entonces, el "sistema de control de precios (Market Stability Research), el objetivo de reducción (de derechos de emisión disponibles) que se ha actualizado al 90% en 2040, la integración de las emisiones del transporte marítimo en el régimen comercial europeo y la esperada recuperación industrial en los próximos dos años". El denominado Market Stability Research es una especie de 'Banco central de derechos' para darle estabilidad a los precios (retira liquidez cuando el precio está bajo y la inyecta cuando está alto, para minimizar la subida). Este mecanismo, que funciona con un algoritmo, no intervino cuando subieron los precios y, de momento, tampoco lo ha hecho.

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